Una nueva carrera

La carrera con obstáculos es una carrera donde los competidores deberán completar el recorrido sobrepasando los obstáculos situados a lo largo de toda la carrera así hasta llegar al final siendo las más significativas en la distancia de 2000 a 3000 metros

¿Qué carrera?

Y puedes en esta mañana preguntarte ¿Si yo no soy un atleta, y mucho menos voy a ir a correr ninguna de estas carreras?

Pues es verdad no somos atletas y mucho menos correremos estas carreras, pero como el apóstol Pablo todos a la verdad corren ellos por alcanzar un premio corruptible que les brinda este mundo, nosotros corremos por alcanzar lo incorruptible, lo eterno, aquello que perdura por siempre, aquello que no se desvanece.

¡Nosotros simplemente corremos una nueva carrera!

Como toda carrera tiene una línea de salida y una línea meta, la de salida fue cuando aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador y le dijimos escribe mi nombre en el libro de la vida.

En otras palabras, nos inscribimos en la nueva carrera que estaba por comenzar, la línea de meta es cuando alcancemos estar en la presencia de nuestro Dios allí sin lugar a dudas alcanzaremos el premio incorruptible.

Pero como es esta nueva carrera digamos que es una mezcla de todas estas carreras anteriormente descritas.

La nueva carrera es sin lugar a dudas una carrera de resistencia donde debemos correrla con mucha paciencia como expresa el texto áureo, es un error muy común en los hermanos que deciden correr esta carrera el pensar que es ella es de velocidad pues se equivocan los que corrieron pensando esto, son los muchos que quedan en el camino.

La nueva carrera debe ser recorrida en equipo como las de relevo, pues tus hermanos serán los que te levantarán cuando ya no tengas fuerzas y a su vez tú serás quien los releves cuando decaigan sus fuerzas, es sin lugar a dudas una carrera de relevo, lo importante es nunca detenernos en miedo de esta carrera.

Tu carrera es una carrera de obstáculos, por si fuera poco y sencilla la carrera está presente infinidad de problemas que a diario enfrentamos los cuales vienen a ser obstáculos que se interponen en nuestro andar, que es posible caer, nunca lo dudes pero lo más importante no es caer sino que vamos hacer si quedarnos en el suelo llorando, lamentando y mordiendo el polvo de la derrota o sacudirnos el polvo y decir no es nada lo importante esta aún al frente esa es la actitud de un vencedor, de todo un atleta que desea alcanzar la meta.

En todos los estadios hay un grupo de espectadores que, aunque no lo creamos desempeñan un gran papel, ellos son el motivo que impulsa a los deportistas a continuar la carrera, el apóstol Pablo se refiere a ellos como la gran nube de testigos y quienes son ellos, todos aquellos que nos antecedieron en esta nueva carrera, aquellos que corrieron y nos son de gran aliento para continuar.

El atleta corre la carrera, pero para ello simplemente lo hace con lo más mínimo de ropa evitando llevar consigo sobrepeso que lejos de ser ventajoso solamente retarda su desempeño por llegar a la meta.

Por tanto si ya hemos dispuesto para correr esta carrera corramos con paciencia hacia la meta puesto lo ojos en Jesús, es decir los ojos en la meta, pero debemos estar ligeros por ello despojarnos de todo el pecado que nos acedia.

Nunca pensemos que llegaremos si el pecado cada vez es más pesado, entrega todo aquello que constituye peso en tu vida lo que te impide avanzar ligero, el pecado simplemente será el lastre que nos llevará hasta el fondo, la palabra es clave despojémonos de todo lo que estorba y simplemente corramos la carrera que está por delante. Dos palabras claves despojarnos, librarnos y corramos la carrera que aún nos queda por delante.

Esta carrera no es fácil pero solo haz una cosa corre, si te cansas camina, si casi desfalleces arrástrate, pero lo único que no esta permitido en esta nueva carrera es detenerte.

La meta estará más cerca en la medida que avancemos más, no te des por vencido, por más fuerte que sean los vientos, por más grandes que se levanten los problemas continua, esta carrera no se acaba hasta que no acabe. Nuestra meta es el cielo no desmayes, continua.

Dios les bendiga.

 © Osmany Ramón Morales Aguila. Todos los derechos reservados.

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