¡Somos Moradas del Espíritu Santo!

¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros?” (1 Corintios 6:19).

Los Corintios habían olvidado esto, pretendían ignorar esta verdad que el Apóstol les recordaba. Cuando un creyente está consciente de su identidad en Cristo, dándole valor al sacrificio de Jesús a su favor; y, sabe que él es templo (morada, habitación, recipiente) del Espíritu de Dios, difícilmente va a reincidir en el pecado.

¿CUÁLES SON LAS CONSECUENCIAS DE IGNORAR QUE SOMOS TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO?

Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna” (1 Corintios 6:12)

1. Vivimos con esqueletos en el armario. Guardamos rencores, hacemos acepción de personas, no liberamos el perdón, somos desleales, arrogantes, altivos, inmaduros… y todo esto, nos impide tener una comunión íntima con el Señor. (Salmos 25:14)

2. Ignoramos las zorras pequeñas. Francamente hablando, nos es lícito chismear, murmurar, entremeternos en lo ajeno, hacer negocios extraños obteniendo ganancias deshonestas, y cualquier cantidad de cosas aparentemente lícitas, pero que no nos convienen. (Proverbios 16:25; 9:27)

3. Perdemos la santidad y nos hacemos esclavos de lo que no nos conviene. Juan 8:34.

¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS DE SER TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO?

1. Nos hacemos uno con el Señor. Pablo hace una comparación bastante fuerte respecto a la unión (1 Corintios 6:16), precisamente para ilustrarnos que “el que se une al Señor, un espíritu es con él” (Vers. 17)

2. Glorificamos a Dios. Si el Espíritu Santo mora en mi, nadie debe pedirme que adore a Dios, aún cuando las cosas vayan mal, porque tendré presente que le pertenezco. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” (Vers. 20)

3. Contamos siempre con ayuda divina. Alguien pensará que redacto todo esto porque, pensará que mi vida o mi andar en el Señor ha sido perfecto; más no lo es ni lo será. Muchas veces he fallado, me he caído y he tocado fondo; pero mi amigo, el Espíritu Santo ha sido mi ayuda en mi debilidad. “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad…” (Romanos 8:26).

4. Ser templo del Espíritu Santo nos hace una iglesia indetenible. Jesús le dijo a la Samaritana: “mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eternaJuan 4:14.

Esa “fuente” es el Espíritu Santo que ha sellado al creyente, que está guiando a la iglesia. Una iglesia con ese caudal fluyendo, no la detiene nada ni nadie. “…y las puertas del Hades no prevalecerán contra ellaMateo 16:18.

Conclusión

En estos tiempos hay mucha gente detenida por la pandemia, la cuarentena, la falta de gasolina. Excusas y muchos otros flagelos que Dios ha permitido sólo para mostrar al mundo Su poder y Su gloria por medio de sus hijos.

Pero eso sólo será posible cuando haya un creyente, un ministerio, una iglesia que no ignore que es templo del Espíritu Santo, porque “… donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad” (2 Corintios 3:17).

© Nestor Amaristha. Todos los derechos reservados.

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