El perdón es transformador

La Biblia nos cuenta que ella lo primero que hizo al ver a Jesús fue arrodillarse arrepentida a pedir piedad. Sabía que necesitaba del Padre y fue movida por un amor inmenso qué causó un perdón igual de grande.

La historia de María Magdalena nos enseña que a pesar del pecado, Dios está dispuesto a perdonarnos. En la medida en la que expresemos ese deseo de transformación, seremos perdonados.

Ella deseaba soltar su pasado y aunque quizá el mundo la mirara mal y no la perdonara, consiguió el perdón mas valioso de todos, el de Jehová.

Perdonar para continuar (Lucas 6:37)

Es doloroso cuando alguien nos falla y nos decepciona. ¿Hemos hecho esto con Dios? Probablemente si y aún así, él nos asegura perdón. ¿Quiénes somos nosotros para no perdonar?

Hermanos, en éste mundo ocupamos menos de una baldosa, negar el perdón a alguien, es olvidarnos de ese detalle. No estamos aquí para ejercer juicios vacíos, ni para condenar. Nos corresponde hacernos cargo de la obra de Dios y eso significa tener un corazón listo para perdonar.

Perdonar es un escudo ante el rencor. Sí llevamos en nuestros hombros una mochila de perdones no concedidos, posiblemente nos será difícil avanzar. El rencor es un peso que hunde, nosotros como hijos de Dios, debemos estar preparados para continuar.

Conclusión

Nuestra meta es la vida eterna. No podemos aspirar a ella con perdones que no aceptamos, con heridas que quedaron abiertas por orgullo y egoísmo. El amor solo es aceptable cuando perdona, porque no existe persona en la tierra que no haya fallado.

El mismísimo Padre, nos recibe con brazos abiertos. Lo hizo con María Magdalena y está dispuesto a hacerlo con todos nosotros. Ser cristianos es tener un corazón humilde como el de Magdalena y estar dispuesto a humillarnos en pos de la salvación.

Para continuar en el camino de Dios y cada día estar mas cerca de él, ayudémonos mutuamente y jamás neguemos o dejemos de pedir perdón. Solo después de esto conseguimos verdadera transformación.

© Pedro Blanco. Todos los derechos reservados.

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