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El significado espiritual de la risa

Mensajes Cristianos

Prédica de Hoy: El significado espiritual de la risa

Introducción

El fenómeno de la risa ha recibido cierto interés desde distintas disciplinas. La biología evolucionista, por ejemplo, ha afirmado que la risa tiene un origen más asociado a la supervivencia que al placer.

Algunos humanistas, por su parte, como Henry Bergson, filósofo francés, atribuían un enfoque más ético y social a la risa. Bergson afirmaba, entre otras cosas, que, en la risa, como fenómeno colectivo, los seres humanos nos uníamos suprimiendo nuestros defectos morales. 

La risa, sin embargo, también tiene una dimensión espiritual y las Sagradas Escrituras nos dan cuenta de ello. En el mensaje de hoy exploraremos algunos de los significados asignados a la risa dentro del contexto de la espiritualidad cristiana. 

 I. La risa como efecto de Dios en nuestras vidas

Como hijos suyos, reír es una de las manifestaciones de la presencia de Dios en nuestras vidas. Cuando reímos evidenciamos que nuestro día a día está siendo bendecido por nuestro Padre Celestial.

Pero vale resaltar que somos dignos de estas bendiciones cuando vivimos de acuerdo a los mandamientos de Dios. Dicho en otras palabras, veremos bendiciones dentro de nosotros y a nuestro alrededor cuando nos mantenemos apartados del camino del mal. Al conducirnos con rectitud, sentimos la mano de Dios obrando en nosotros y, por lo tanto, reímos dichosos y con regocijo (Cf. Job 8: 21). 

Cuando decimos que somos bendecidos, podemos estar afirmando, por ejemplo, que Dios ha cumplido su promesa para con nosotros. Por ello, al ver el amor de Jehová reflejado en sus promesas, notamos realmente el bienestar que esto nos infunde a través de la risa (Cf. Salmo 126: 2). Reímos, entonces, porque somos privilegiados de sentir la obra de Dios en nosotros. 

Por lo general, cuando un músico compone una obra, busca que sus acordes sean consonantes, que cada combinación de sonidos resulte amable al oído.  Si una nota no encaja en el acorde, podría llegar a sonar no muy bien, es disonante, como dicen los músicos.

Del mismo modo, una vida alejada de Cristo y decorada con risas es ejemplo de disonancia. Una vida guiada por Dios no encontrará en la risa un adorno o artificio, sino un gesto sincero de su plenitud espiritual

Decía Aristóteles, el gran filósofo griego, que si la felicidad es una actividad en concordancia con la excelencia, deberíamos buscar la excelencia más alta. Dado que reconocemos en Dios la más alta y mejor expresión de la perfección espiritual, Él es la fuente de nuestra felicidad.

Así, pues, cuanto más nos aferramos de la mano de Dios, más paz tendremos en nuestros corazones. Por ello, entonces, irradiaremos alegría y nos verán reír constantemente. 

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