No le impongas limites a Dios

Nuestros bajos niveles de fe pueden quebrantar el efecto milagroso de Dios en nosotros, recordando a Pedro cuando fue llamado por Jesús en las turbias aguas del mar.

Podemos notar que tuvo miedo, empezó a dudar, ocasionando que empezara a hundirse, a lo que Jesús responde: “Hombre de poca fe ¿Por qué dudaste?” (vers. 31b)

En el mencionado ejemplo, podemos ver claramente lo que pasa cuando quitamos la mirada de Jesús y empezamos a ver el problema que tenemos de frente. Si el Señor te llama a un sitio “aparentemente imposible de transitar”, es porque Él te dará las herramientas para lograr ese milagro.

Al dudar del Señor, estamos dando por menos Su palabra, Su poder y majestad. Dándole mas importancia a una “realidad” que nos perjudica, evitando el cumplimiento de Sus promesas en nosotros, incluso impidiendo que la grandeza de Dios sea manifestada en nuestra vida.

Cuando pecamos (Isaías 59:2)

El pecado es la barrera mas grande que puede existir entre Dios y los hombres. Si bien es cierto que Su amor no se aparta de nosotros, aunque vivamos en pecado, esta desobediencia a Dios impedirá que podamos ver cumplido Su propósito en los individuos que practiquen tales cosas.

El Señor no habita en comunión con la oscuridad, son contra partes totalmente distintas. El pecado vino para destruirnos, mientras que Jesús vino a salvarnos. El milagro mas maravillo que pueda existir es que un pecador reconozca su mal camino y se aparte para Dios. Inmediatamente inicia una conexión con Cristo (2 Corintios 5:17); pero dicha conexión puede verse afectada por nuestro empeño en pecar.

La cura para este mal es la obediencia (Deuteronomio 28:1-14), juntamente con la búsqueda del Señor. La obediencia a Su palabra nos blindara de los jueces malvados y la condena eterna que quiere destruirnos para siempre. La búsqueda de Dios nos llenara de Sus frutos y fortalezas para vencer las tentaciones que se presentan día tras día.

Nuestra resistencia a Dios (Marcos 7:6)

En ocasiones nos oponemos rotundamente a querer caminar el Cristo, evitamos a la iglesia, a nuestros lideres o cualquier medio por donde el Señor quiera hablarnos. Ese empeño de querer saber más que Dios, de querer imponer nuestra voluntad ante la Suya puede ser la causa de que no ocurra ese milagro anhelado.

3 comentarios en «No le impongas limites a Dios»

Deja un comentario