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La Belleza Interna de la Mujer Cristiana

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Mensajes Cristianos Predica de Hoy: La Belleza Interna de la Mujer Cristiana

Mensajes Cristianos Lectura Bíblica: Proverbios 31:30

Introducción

Queridas hermanas en Cristo, cuando me detengo a pensar en nuestra jornada como mujeres, mi mente a menudo se sumerge en las profundas aguas de las Escrituras. Proverbios 31:30 resuena en mi corazón: “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme a Jehová, ésa será alabada“.

Este versículo no solo destaca la naturaleza efímera de la belleza física, sino que eleva la esencia espiritual de la mujer que tiene temor reverente hacia el Señor. Pero, al encontrarnos en este punto, surge una pregunta fundamental: ¿Qué significa realmente temer al Señor?

Y al descifrar esta pregunta, descubrimos más sobre nuestra verdadera identidad en Cristo. Es un viaje de autoconocimiento y profundización en nuestra relación con Dios. Así que, sumérjamonos juntas en este viaje y exploremos primero la verdadera naturaleza de la belleza.

I. La belleza interna sobre la externa

Al contemplar un espejo, vemos reflejados nuestros rasgos y a veces nos detenemos en los detalles superficiales. Pero, “Engañosa es la gracia, y vana la hermosura“. Estas palabras, cargadas de sabiduría divina, nos instan a mirar más allá de lo que perciben nuestros ojos.

Es un llamado a valorar lo que yace en el interior. En 1 Pedro 3:3-4, se nos dice: “Vuestro atavío no sea el externo… sino el oculto del corazón“. Esta escritura recalca que lo que verdaderamente importa no es lo que mostramos al mundo, sino el espíritu que llevamos dentro.

Esta es la belleza que resplandece con una luz inextinguible, la que el Señor valora. Y con este entendimiento, nos preparamos para profundizar en cómo esta belleza interna se relaciona con el temor reverente hacia Dios.

En nuestra travesía espiritual, a menudo nos encontramos con conceptos que pueden parecer contradictorios a primera vista.

Uno de ellos es el “temor de Dios”. Al escucharlo, podríamos pensar en miedo o ansiedad, pero en el contexto bíblico, tiene un significado mucho más profundo.

Al preguntarnos sobre la mujer que teme a Jehová, visualizamos a alguien cuyo corazón está inundado de respeto y amor genuino hacia el Creador. No es un temor que paraliza, sino que inspira. Salmo 111:10 nos dice: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová“.

Esta revelación nos muestra que, al abrazar este temor reverente, nos abrimos a una sabiduría divina que da forma y dirección a nuestra vida, llevándonos a un camino de verdadero propósito y amor incondicional. Y al entender este temor, descubrimos cómo este sentimiento se entrelaza con ser alabadas por Él.

III. Ser alabada por Dios

En el profundo rincón de nuestros corazones, existe un anhelo universal: ser reconocidos, ser valorados. Todos nosotros, en algún momento, hemos deseado recibir palabras de afirmación. Sin embargo, cuando miramos a través del prisma de la fe, comprendemos que los aplausos y halagos del mundo palidecen en comparación con la aprobación del Todopoderoso.

Mateo 25:21 nos ofrece una visión de este reconocimiento celestial: “Bien, buen siervo y fiel“. Imaginen el gozo inmenso de escuchar estas palabras de nuestro Padre Celestial. No por orgullo, sino como un reflejo de haber vivido en fe y amor genuino.

Cuando nuestras acciones emanan de un corazón puro, no solo seremos testigos de las bendiciones aquí en la tierra, sino que nos preparamos para el día en que, ante las puertas del cielo, Dios nos alabe por nuestra fidelidad. Y esta esperanza nos impulsa a reflexionar sobre cómo podemos seguir cultivando esa relación íntima con Él.

Conclusión

Hermanas, hemos navegado juntas por las aguas de la reflexión y la introspección, recordando la verdadera esencia de lo que significa ser una mujer en Cristo. La belleza eterna, el temor reverente y la búsqueda de la aprobación divina son piedras angulares en nuestra caminata con el Señor.

Pero, ¿qué sigue después de esta revelación? Te invito a que no guardes estas palabras solo para ti. Llévalas en tu corazón y comparte la luz con las demás. Desafía a otras mujeres en tu vida a sumergirse en estas verdades, a fortalecer su relación con Dios y a buscar esa aprobación que solo Él puede dar.

Que juntas, de la mano, caminemos en este viaje de fe y descubramiento, construyendo un legado que resuene a través de las generaciones. ¡Avancemos con determinación y amor, sabiendo que el Señor guía cada paso que damos!

© Hilda Hernández. Todos los derechos reservados.

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