Mensajes Cristianos
Mensajes Cristianos Predica de Hoy: Confianza en Dios: Fortaleza y Paz en Dios para la Mujer de Hoy
Mensajes Cristianos Lectura Bíblica: Nahúm 1:7
Introducción
Queridas hermanas, me acerco a ustedes con palabras que brotan de un corazón lleno de fe. En un mundo donde las preocupaciones parecen multiplicarse y las cargas de la vida nos abruman, es fácil sentirse insegura y vulnerable. Sin embargo, en medio de la incertidumbre, tenemos una promesa eterna que nos sostiene:
“Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían”
Esta declaración no es simplemente una frase alentadora, sino una verdad absoluta. Es el recordatorio de que, sin importar lo que enfrentemos, Dios sigue siendo nuestro refugio y nuestra fuerza. Él nos ve, nos conoce y nunca nos deja solas.
A lo largo de la historia bíblica, vemos a mujeres que enfrentaron pruebas difíciles, pero que encontraron paz y fortaleza en su confianza en Dios. Ana, en su angustia, clamó al Señor y Él respondió a su oración (1 Samuel 1:10-20). Ester, en un momento de gran peligro, confió en la soberanía de Dios y fue instrumento de salvación para su pueblo (Ester 4:16). María, la madre de Jesús, aceptó con humildad la voluntad divina, confiando plenamente en el plan de Dios para su vida (Lucas 1:38).
Hoy, nosotras también enfrentamos desafíos. La vida nos presenta momentos de incertidumbre, pérdidas, enfermedades y preocupaciones diarias que intentan robar nuestra paz. Pero en medio de todo, hay una certeza: si confiamos en Dios, encontraremos fortaleza y paz en Él.
Acompáñenme en este mensaje mientras exploramos cómo la confianza en Dios puede transformar nuestras vidas, permitiéndonos vivir con seguridad, esperanza y gozo en su amor.
I. La Confianza en Dios como Fundamento de la Fe
La confianza no es simplemente esperar; es saber que Dios tiene el control. “Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia” (Proverbios 3:5). Al confiar en Él, nuestra perspectiva cambia. Vemos los desafíos no como obstáculos, sino como oportunidades para ver la mano de Dios en acción.
En cada decisión, en cada paso incierto, dejemos que nuestra confianza en Dios sea la guía. Él es fiel y justo, y nunca nos abandonará. Que esta certeza llene cada rincón de nuestras vidas.
II. Encontrando Paz en la Confianza en Dios
La verdadera paz viene cuando dejamos nuestras cargas a los pies de Jesús. “La paz os dejo, mi paz os doy” (Juan 14:27). En medio del caos, la confianza en Dios es el ancla que mantiene nuestra alma en calma.
Cada preocupación, cada miedo, entreguémoslos a Dios. Él es el maestro del universo, y en sus manos, todo está bien. Que su paz reine en nuestros corazones, hoy y siempre.
III. La Fortaleza que Nace de la Confianza en Dios
Dios nos llama a ser fuertes y valientes, no por nuestra propia capacidad, sino por la suya. “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis ni tengáis miedo” (Deuteronomio 31:6). Su espíritu nos da la fuerza para enfrentar cada día con esperanza.
Cuando confiamos en Dios, nuestra debilidad se convierte en fuerza divina. Él nos levanta y nos da la valentía para seguir adelante. Que su fuerza sea la luz que ilumine nuestro camino.
Conclusión
Hermanas, hemos recorrido juntas el camino de la confianza en Dios. Hemos visto cómo la fe en Él transforma nuestra perspectiva, nos da paz en medio de las tormentas y nos fortalece en nuestras debilidades.
Pero este mensaje no puede quedarse solo en palabras. Es un llamado a vivir de acuerdo con esta verdad.
Hoy, las animo a tomar una decisión firme: elijan confiar en Dios con todo su corazón. No permitan que el miedo, la duda o las circunstancias adversas les roben la paz. Dios es fiel, y en Él siempre encontrarán refugio.
Lleven este mensaje en su corazón y compártanlo con otras mujeres que lo necesiten. Tal vez haya alguien en su vida que está pasando por un momento de angustia y desesperanza. Hoy pueden ser un instrumento de Dios para recordarle que Él sigue siendo su fortaleza.
Cada día nos presenta una nueva oportunidad para reafirmar nuestra confianza en Dios. Que en cada decisión, en cada dificultad y en cada momento de incertidumbre, podamos decir con convicción: “En Dios confiaré, porque sé que Él nunca me fallará”.
Y recuerden siempre: Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia, y conoce a los que en Él confían (Nahúm 1:7).
¡Que la paz y la fortaleza del Señor las acompañe siempre!
© Hilda Hernández. Todos los derechos reservados.
