Predicaciones Cristianas
Predicaciones Cristianas Prédica de Hoy: Nuestros niños – Inocentes en Peligro
Tema: La Protección de los Niños y la Responsabilidad Cristiana
Introducción
En los últimos tiempos, la protección y bienestar de los niños han sido temas de preocupación y debate en todo el mundo. En 2023, informes de UNICEF revelaron que millones de niños continúan enfrentando situaciones de violencia, abuso y pobreza. Uno de los datos más alarmantes fue el aumento del trabajo infantil y el tráfico de menores, dejando a los más vulnerables expuestos a terribles peligros [1].
En lugares como Haití, el conflicto y la inestabilidad política han generado situaciones desesperadas donde niños y niñas son víctimas de secuestros, tráfico humano y explotación sexual. La violencia armada en comunidades pobres, junto con el colapso de las instituciones estatales, han dejado a muchos menores abandonados y sin protección [2]. Y en países como Siria y Yemen, la guerra continúa dejando marcas indelebles en las vidas de los niños, quienes sufren hambre, desplazamiento y heridas físicas y emocionales.
Estos ejemplos nos muestran que la violencia y el sufrimiento de los niños no son situaciones aisladas. Jesús mismo tuvo un profundo amor y preocupación por los niños, como vemos en Marcos 10:13-16 (RVR1960):
“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban. Viéndolo Jesús, se indignó y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. De cierto os digo que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él. Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía.”
El llamado a cuidar y proteger a los niños es un mandato bíblico, y como cristianos, somos llamados a ser guardianes de su bienestar y defensores de su vida.
La Maldad en el Mundo: Un Llamado a la Acción
Las palabras de Jesús cobran relevancia cuando vemos la situación actual en la que viven muchos niños. Además de la violencia directa, como los tiroteos en escuelas que han ocurrido este año en lugares como Nashville, Tennessee, y en ciudades de Florida, donde los niños son víctimas de ataques sin sentido [3], hay otros factores que ponen en peligro su bienestar. Estos eventos desgarradores subrayan la urgente necesidad de que la sociedad tome medidas concretas para proteger la vida y la dignidad de los niños.
El abuso sexual infantil es otro flagelo que se ha incrementado con la facilidad de acceso a internet y redes sociales. La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó un aumento significativo en los casos de abuso y explotación infantil durante la pandemia de COVID-19, donde millones de niños quedaron más expuestos al peligro debido al aislamiento social y la crisis económica [4].
La violencia doméstica, el tráfico de menores y la falta de acceso a educación y atención médica son desafíos que enfrentan los niños a nivel global. En medio de todo esto, la iglesia no puede permanecer indiferente. Samuel Escobar, un influyente teólogo latinoamericano, enfatiza: “La misión integral de la iglesia no puede limitarse a predicar; debe incluir la denuncia de toda injusticia y abuso que destruye la vida de los más inocentes.” (La Misión en América Latina, 2008).
La Responsabilidad del Creyente en Proteger a los Niños
El cuidado de los niños es un llamado que Dios ha confiado no solo a los padres, sino a toda la comunidad cristiana. La responsabilidad de proteger, alimentar, guiar y cubrir de amor a los niños es fundamental para el diseño de Dios. Proverbios 22:6 (RVR1960) dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” Este mandato nos muestra que, al cuidar a los niños, estamos invirtiendo en el futuro y en el establecimiento del Reino de Dios en la tierra.
La Biblia también nos advierte que la maldad se multiplicará en los últimos tiempos (Mateo 24:12), y vemos cómo la corrupción moral, la falta de empatía y la violencia aumentan cada día. El tráfico infantil, el abandono y el abuso sexual no son simplemente temas sociales; son ataques directos del enemigo contra la inocencia y pureza de los niños. La iglesia debe levantarse con fervor y ser la voz de aquellos que no pueden defenderse por sí mismos. El pastor y escritor Salvador Dellutri nos recuerda: “La indiferencia de la iglesia hacia el sufrimiento de los niños no es una opción. Si no somos nosotros los que alzamos la voz, ¿quién lo hará?” (Llamado a la Compasión, 2017).
Armas Espirituales para Proteger a los Inocentes
Dios ha dado a su iglesia las armas espirituales necesarias para enfrentar al enemigo y proteger a los niños. Efesios 6:10-13 (RVR1960) nos exhorta a “fortalecernos en el Señor y en el poder de su fuerza“. Esto significa que no luchamos con nuestras propias fuerzas, sino con el poder del Espíritu Santo que nos capacita para vencer cualquier acechanza del diablo.
La oración, la intercesión y la proclamación de la Palabra de Dios son herramientas poderosas que podemos usar para proteger a los inocentes. Al orar por los niños en situaciones de peligro, por las familias que sufren y por la transformación de nuestra sociedad, estamos actuando como guerreros espirituales que luchan en el nombre de Jesús por la liberación y protección de los inocentes.
René Padilla, uno de los principales exponentes de la misión integral en América Latina, expresa que “la iglesia debe ser un refugio seguro para los niños, un lugar donde puedan experimentar el amor y la justicia de Dios, y un punto de partida para que la comunidad sea transformada por el Evangelio.” (El Evangelio Hoy, 2010).
Conclusión
La situación de los niños en el mundo de hoy es un llamado urgente para la iglesia. Cada vida de un niño es valiosa ante los ojos de Dios, y cada niño es una imagen viva de Su amor y creatividad. Nuestra misión es protegerlos, guiarlos y asegurarnos de que reciban el amor y la atención que merecen.
El llamado a ser defensores de los inocentes no es una opción, es un mandato. Proverbios 31:8 (RVR1960) nos instruye: “Abre tu boca por el mudo, en el juicio de todos los desvalidos.” No podemos permanecer callados mientras el enemigo busca destruir las vidas de los más vulnerables. Que el amor y la justicia de Dios nos impulsen a actuar, a hablar y a defender a los niños que están en peligro.
Que el Señor nos dé la valentía y la sabiduría para ser la voz y las manos de Dios en este mundo, protegiendo la vida de los niños con amor, verdad y convicción.
Oración de Clausura
Padre Celestial, gracias por Tu amor infinito y por recordarnos el valor de cada niño que has creado. Te pedimos que llenes nuestras vidas de compasión, sabiduría y valentía para proteger a los inocentes que están en peligro. Danos la fuerza para ser defensores de la verdad y guardianes de la justicia, levantando nuestra voz por aquellos que no pueden hablar.
Señor, guíanos para que nuestra iglesia sea un refugio seguro para los niños, y ayúdanos a ser instrumentos de Tu amor y misericordia. Que cada niño experimente el cuidado y la protección que viene de Ti, y que podamos ver un cambio en nuestro mundo para Tu gloria. En el nombre poderoso de Jesús oramos, Amén.
Referencias
[1] UNICEF. (2023). The State of the World’s Children.
[2] The Guardian. (2023). Haiti’s children trapped in violent chaos.
[3] BBC News. (2023). Nashville school shooting.
[4] World Health Organization. (2023). Child maltreatment.
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