Predicaciones Cristianas
Predicaciones Cristianas Prédica de Hoy: El Corazón
Tema: La importancia del corazón como fuente de vida bajo la guía del Espíritu Santo.
Introducción
Dios nos creó con un propósito especial, y el corazón es el centro de nuestra vida espiritual. Hoy quiero hablarles sobre la vida de Dios en cada uno de nosotros y de cómo un corazón saturado del Espíritu Santo lleva a vivir bajo la permanente bendición divina.
La Palabra de Dios nos recuerda en Deuteronomio 30:6 (RVR1960): “Y circuncidará Jehová tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, a fin de que vivas”. La vida verdadera se encuentra en el corazón que se somete al Espíritu Santo; esa es la fuente de bendición para quienes aman a Dios.
La Importancia de Guardar el Corazón
El corazón, en la Biblia, es considerado el centro de la voluntad y el carácter de una persona. Cuando Dios creó al hombre y a la mujer, les dio un propósito de dominio y conquista. Sin embargo, muchas veces fallamos en dominar nuestros propios deseos y pensamientos. Por eso, necesitamos que el Espíritu Santo gobierne nuestros corazones y nos dirija.
El sabio rey Salomón escribió en Proverbios 4:23 (RVR1960): “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón, porque de él mana la vida”. Este versículo nos llama a ser cuidadosos con lo que permitimos entrar en nuestro corazón. Justo L. González, teólogo e historiador, afirma que “el corazón no solo es la fuente de la vida física, sino también el lugar donde se determina el destino espiritual de una persona” (Historia del Cristianismo, 1984).
Las Consecuencias de un Corazón Alejado de Dios
Cuando el corazón no está gobernado por el Espíritu Santo, tomamos decisiones equivocadas. Muchas veces, estas decisiones resultan en dolor, frustraciones y fracasos. Vemos en la sociedad actual cómo personas se apresuran a tomar decisiones importantes, como el matrimonio, sin la dirección de Dios, y luego sufren las consecuencias de relaciones rotas. Incluso ministerios, familias y negocios pueden caer por decisiones impulsadas por un corazón no guiado por el Espíritu de Dios.
El salmista David clamó en Salmo 51:10 (RVR1960): “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí”. Esta petición sigue siendo relevante para cada uno de nosotros; necesitamos un corazón puro que busque la voluntad de Dios.
Un Corazón Saturado por el Espíritu Santo
Lo más valioso que podemos tener es un corazón lleno del conocimiento de la Palabra de Dios e impregnado del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo gobierna nuestro corazón, nuestras decisiones se alinean con la voluntad de Dios, y todo lo que hacemos es prosperado y bendecido. Gálatas 4:6 (RVR1960) dice: “Y por cuanto sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, el cual clama: ¡Abba, Padre!”.
Sixto Porras, pastor y autor, señala: “Cuando una persona permite que el Espíritu Santo gobierne su corazón, su vida se convierte en un reflejo de la gracia de Dios y sus decisiones producen fruto abundante” (El Desafío de Amar, 2010). Esto es precisamente lo que transforma el corazón en una fuente de vida: dejar que Dios lo llene y lo gobierne.
La Responsabilidad de Cuidar el Corazón
El cuidado del corazón es una responsabilidad compartida entre Dios y nosotros. Mateo 5:8 (RVR1960) dice: “Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios”. Satanás busca destruir la fe y separar a los hijos de Dios de la santidad, pero cuando nos comprometemos a cuidar nuestro corazón y seguir el camino de Dios, el enemigo no puede prevalecer.
Cuidar el corazón implica batallar en la mente y en los sentimientos. Isaías 26:3 (RVR1960) nos anima: “Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado”. Esta paz proviene de la seguridad de que Dios nos guía y protege.
Viviendo en la Voluntad de Dios
Cuando el Espíritu Santo gobierna nuestro corazón, es Dios mismo quien dirige nuestros pensamientos y decisiones. Proverbios 16:3 (RVR1960) nos instruye: “Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados”. Todo lo que hacemos, cuando es guiado por Dios, trae prosperidad y bendición.
Aunque tenemos libre albedrío, la promesa de Dios es que si nos sometemos a Él y le obedecemos, Él guardará nuestra vida y nos prosperará en todos nuestros caminos. Pablo Hoff, un teólogo evangélico, menciona que “el libre albedrío no debe ser un obstáculo para la obediencia, sino una oportunidad para someternos voluntariamente a la voluntad perfecta de Dios” (Teología Bíblica y Sistemática, 1989).
Sometiendo el Corazón a Dios
Para que el corazón sea una fuente de vida, debe estar lleno de Dios y sometido a Su voluntad. Esto significa negarse a uno mismo, a los deseos, pensamientos y sentimientos que no están alineados con la voluntad divina. Cuando hacemos esto, Dios promete protegernos y guiarnos.
Como se menciona en Proverbios 20:27 (RVR1960): “Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, la cual escudriña lo más profundo del corazón”. Que nuestro espíritu sea esa lámpara que refleje la luz de Dios en cada decisión y acción.
Conclusión
Queridos hermanos y hermanas, el corazón es la fuente de vida y solo puede serlo cuando se somete por completo al Espíritu Santo. Afirmen su corazón solo en Dios y Su Palabra; ámenle con todo su ser y Él les guardará y bendecirá en todos sus caminos. Nadie podrá dañarles, porque Dios mismo será su defensor y les mostrará Su salvación.
Que el Señor, el Altísimo, bendiga y proteja nuestros corazones, llenándolos de Su amor, verdad y vida eterna.
Oración de Clausura
Amado Padre Celestial, hoy venimos delante de ti con corazones dispuestos a ser transformados por tu Espíritu Santo. Circuncida nuestros corazones para que podamos amarte con todo nuestro ser y vivir bajo tu bendición. Límpianos, guíanos y guárdanos del mal. Te pedimos que seas el centro de nuestras vidas y que toda decisión y pensamiento estén sujetos a tu voluntad. Gracias por tu amor y protección. En el nombre de Jesús, Amén.
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