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El Mal Hijo – Devocionales Cristianos

Devocionales Cristianos – Mensajes Cristianos

La historia de un joven menor de 20 años, porte elegante y con signos de desesperación llegó a la sala de urgencias por una lesión dentro de su nariz, llegó impaciente.

Nadie se imaginaba lo que la historia escribiría sobre este joven; los médicos le examinaron y le dieron un tratamiento y que regresará en 1 semana y valorar de nuevo su lesión. Uno de los médicos pudo observar que su padre se quedó afuera de la emergencia para que su hijo no se molestara y no saber que diagnóstico le daban.

Este joven nunca regresó a la consulta externa que le indicaron en su cita como muchos por diferentes razones ya sea negligencia o problema de salud.

Meses más tarde regresó con deformidad en su nariz y enrojecida, toda su área facial izquierda e inflamada, algo fuera de serie, aquel porte de facciones simétricas de su rostro habían desaparecido Se le ingresó al hospital, el se puso muy agresivo, pues se oponía a su ingreso a pesar de la gravedad del cuadro. El médico que estaba por allí, pudo observar el siguiente cuadro: su madre estaba tratando de calmarlo pero él le hablaba muy fuerte y con lenguaje vulgar, dijo:

–en la casa te voy a golpear si intentan ingresarme al hospital.

La madre se acercó al médico y le dijo:

— viera doctor, como es este muchacho, muy desobediente y ni siquiera el mismo se quiere, a veces me golpea doctor y nos ha dicho que nos va a matar.  Viendo todo el cuadro y escuchar esas palabras de una madre dolida y frustrada, el médico se acercó al joven y lo saludó y le vio con compasión y le dijo:

— tu, con esa actitud no estás mejorando tu vida. Tus padres están sufriendo por ti.

Pero este joven solo mostró un cambio en su expresión facial, lo que no sabía el joven era que la lesión de su cara era tan mortal que solo le quedaba pocos meses de vida.

El proceso de la enfermedad fue agudizándose y las estancias hospitalarias aumentaron, se iba del hospital con altas exigidas y ahora su paladar duro o sea el cielo de la boca estaba abriéndose y una fetidez salía de esa zona afectada; su boca y su nariz estaban conectadas ahora.

Las biopsias reportaban un proceso de mal pronóstico. No había forma de parar un proceso tan letalmente fulminante. La fetidez o mal olor de su boca ahora estaban acorde a las palabras que él había expresado todos esos años contra sus progenitores, ya que se había olvidado a quien se debía.

Todos los de la sala del hospital se conmovían al ver ese cuadro de este joven, quien meses atrás había estado lleno de vida y que era muy orgulloso grosero y agresivo, y también lo pusieron en su corazón, ya que estas escenas se dan en diferentes formas en diferentes lugares del mundo, unos de una forma y otros de otra.

La falta de honra a sus progenitores estaba llegando a su fin y su agresividad que tenía ya no tenía objetivo de ser. Su corazón finalmente se doblegó casi en el momento de su muerte, hizo las paces con Dios y finalmente falleció. ¿Donde llevo esa maldad? Solo a un camino corto de existencia en la tierra.

El versículo Éxodo 20:12 se hacía presente en este momento: “…honra a tu padre y tu madre para que tus días se alarguen en la tierra que el Señor tu Dios te da…”

El honrar a padre y madre no tiene excusa, no pone condición para honrarlos, es un mandato y la falta de este principio simplemente lleva a una consecuencia: los días se acortan ya que lleva una promesa implícita solo si se hace.

Muchos hijos e hijas se rebelan físicamente o con sus actitudes a sus padres, no sabiendo que ellos mismos saldrán a la larga afectados.

Muchas veces los padres hemos olvidado enseñar esas bases fundamentales a nuestros hijos, y esto puede traer grandes y malas consecuencias para todos en general.

© Dr. Mauricio Loredo. Todos los derechos reservados. 

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