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Del yo al nosotros

Devocionales Cristianos – Mensajes Cristianos

Existe en el mundo una tendencia (carnal por supuesto), de extender la mano en señal de ayuda a aquellas personas que pueden pagarnos nuestras acciones en un momento de necesidad cualquiera.

Es así como resulta muy frecuente que aquellos que ostentan algún poder (que solo Dios da), se vean rodeados de un grupo de personas que parecen amarlos mucho, y que en ocasiones son levantados a la altura de “Mesías personales”.

Las personas que actúan de este modo tienen una tendencia a eludir relacionarse con aquellos que o bien no tienen recursos, propiedades, cargos de importancia o algún status del cual se puedan servir. Este es tristemente el panorama que nos presenta la sociedad post moderna con su estela de tendencias, entre las cuales una de las más representativas es el individualismo narcisista.

En el individualismo narcisista lo que ocurre es que el yo, va al encuentro del tú, para volver al yo, o sea, todo se convierte en un intercambio en el cual lo más importante para estos espécimen, es como decimos en Cuba la lasca que se puede sacar de determinada relación personal.

¡Que repugnante actitud!, la que se convierte en mucho más digna de repudiar, cuando se trata de llamados cristianos, que han olvidado que la esencia del evangelio consiste en que el yo, vaya al encuentro del tú, para volver al nosotros. Sé que en este mundo resulta imposible encontrar un paradigma que cumpla con estos atributos.

Pero conozco a uno que abandonó su trono y vino a este mundo, no para acercarse a los que le podían dar, si no a darse Él mismo en rescate por aquellos, cuya única posesión que habían ganado era el infierno, por haberles dado la espaldas a la santidad, entregando sus miembros todos, a la epidemia más grande de este mundo conocida por pecado-

El amor de muchos se ha enfriado, producto de la maldad. Eso lo dice la biblia, y es verdad. Muy pocos se atreven a dar entrada a su círculo íntimo a los que consideran desposeídos de todo bien, de los que ningún provecho puede sacar nadie, o los que te brindan la mano (si no eres eminente) cuando lo necesitas. Somos rostros desconocidos; nadie asume para sí las penas de otros, y ni siquiera muchas veces se encuentra un hombro para llorar, o encontrar alivio en medio de la desesperanza..

¿Habrá alguien a quien puedes darle una mano?, No dejes pasar la oportunidad de ayudar a alguien a quien puedes hacerle un bien. Dios te lo recompensará. No busques la amistad del poderoso para sacar provecho alguno, porque entonces habrás perdido la más grande de las recompensas. ¡EL aplauso de Dios!

Versículo para el día:

“...Las riquezas traen muchos amigos; Mas el pobre es apartado de su amigo…” Proverbios 19:4

Que sea el amor lo que te mueva hoy a dar lo mejor de ti, y que recibas una gran recompensa

© Francisco Medina

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