Devocionales Cristianos – Mensajes Cristianos
Cierto profesor llegó a su clase por primera vez, al entrar al aula de clases se encontró que sus alumnos ni siquiera le dirigieron la mirada, tampoco le saludaron, todos pensaban que era un alumno más, por lo que algunos siguieron jugando a las cartas, otros estaban viendo vídeos en sus aparatos electrónicos y otros estaban fumando en la esquina del aula, cerca del extractor.
Mientras él con cuidado, ponía su maletín de su laptop en el escritorio.
Uno de los jóvenes le observaba de pies a cabezas, a ese personaje que estaba entrando y lucía muy juvenil.
En medio del alboroto, el maestro quien había pasado desapercibido, empezó a pegar en el Pizarrón un billete de 100 dólares, otro de 1 dólar, luego una página en blanco, y otra página con un dibujo de un niño. En ese momento, los jóvenes empezaron a observar este extraño proceder y alguien le preguntó: – oye, ¿por qué estás pegando dinero en la pared?
Él sin decir una sola palabra colocó una fotografía de una pareja de esposos ancianos, y finalmente puso un cheque con un valor de 500,000 dólares, un pedazo de servilleta y papel higiénico.
Ahora en este momento, el joven profesor estaba captando la atención de sus nuevos pupilos; los que estaban fumando dejaron de hacerlo, y los que estaban platicando dejaron de hacerlo y pusieron toda su atención en el Pizarrón.
Ahora el joven maestro les dijo:
Muy buenos días muchachos, soy su nuevo profesor de ciencias y me llamó Elías. ¿Ven ustedes estos papeles aquí pegados?
Uno de ellos le contestó: – claro puedo verlos de color verde, y todos se rieron.
El profesor les interrogó: ¿qué es lo que ven en común en todos estos elementos pegados aquí en el Pizarrón?
Uno de ellos levantó su mano y el profesor le preguntó: ¿cómo te llamas? El dijo me llamo Juan y me dicen JC. El profesor le dijo, bueno JC, ¿qué quieres responder? El le dijo: yo veo que con algunos puedo comprar, pero con otros me puedo quedar.
El profesor le dijo: muy buena observación Bravo.
Una joven con su peinado elegante y de porte fino levantó su mano y dijo: me llamo Mariana, creo que son diferentes mensajes los que usted quiere enseñar profesor, pero no capto del todo.
Uno de sus compañeros le dijo: nunca lo haces.
Todos rieron en ese momento, y ella se sonrojó. El profesor les dijo: gracias Mariana, buen punto, quiero que observen bien ese Pizarrón .
Ahora el astuto profesor tenía la atención de todos aquellos jóvenes, la mayoría de ellos rebelde, motivo por el cual él preparó de antemano su entrada
Un maestro que pasaba por esa aula de clases se detuvo para observar a este ingenioso profesor, y no podía dar crédito a lo que sus ojos estaban viendo, el grupo de los rebeldes, ahora estaban todos expectantes de lo que su profesor les iba a explicar, en ese momento otros maestros se paraban y se quedaban observando al joven maestro quien tenía lleno de objetos el Pizarrón.
Les explicaré con detalle esto que acabo de hacer: en primer lugar lo que hay en común en todo lo que ven es que todo es papel, pero lo más interesante es que son diferentes tipos de papel, el papel moneda, el papel fotográfico, el papel para hacer cheques, el papel normal .
El les preguntó: ¿estamos todos claros hasta este momento?
Todos ellos estaban muy interesados en lo que él explicaba y le contestaron al unísono: sí claro, siga.
El les dijo: bueno, ¿no sé cuántos de ustedes han tenido en sus manos papeles de todos los que ven aquí? Desde una hoja de papel higiénico y papel para carta, hasta un billete o varios billetes de gran numeración y baja numeración.
El maestro los tenía cautivados con esa forma de explicación, sus homólogos que estaban afuera del aula, viendo a través del vidrio ya que eran jóvenes difíciles de controlar, y ver a aquel joven profesor, que el director no tenía mucha simpatía por él debido a su escasa edad para poder enseñar.
Sin embargo, algunos profesores se estaban dando cuenta, que una de las mejores formas de enseñar debía comenzar con captar la atención del estudiante, pues la mayoría enseñaban y sin captar la atención de los jóvenes y salían de las aulas dejando a los jóvenes a medias, sin construir un puente entre maestro y alumno, que más que atención, podría darse uno de las mejores simbiosis.
El joven maestro sacó su botella de agua y les dijo: ¿a cual de estos papeles les podría afectar si yo pongo agua sobre él?
Continuará…
© Dr. Mauricio Loredo
