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Mejor un día con El

Devocionales Cristianos – Mensajes Cristianos

Resulta evidente, que a todo ser humano le gusta visitar lugares bonitos, interesantes históricos, recreativos, restaurantes lujosos, etc, los que nos hacen sentir plenos de satisfacción.

No poder realizar esos sueños resulta frustrante, pues lo mínimo que puede hacer un ser humano, en medio de un mundo tan convulso, inestable, corrupto e impredecible, es tener un rato de sano esparcimiento con sus seres queridos.

Yo vivo en un país en el cual los mejores lugares de esparcimiento está vedada para personas como yo que no tenemos recursos, o sea, yo soy extranjero en mi propia tierra.

Si mi verdadera felicidad dependiera de poder asistir a estos lugares, sería un frustrado, infeliz digno de lástima, y de cuantos calificativos usted me quiera dar, pero, soy muy feliz en medio de las escasez y de todos los males que acechan mi vida, que de seguro lo acechan a usted también aunque esté en los Estados Unidos, el país más desarrollado de este planeta.

Lo que ocurre es que para muchos las imposibilidades les velan la visión para que no puedan ver lo que si les es posible.

Quienes tenemos el hábito de visitar la casa de Dios, y compartir con quienes forman la familia de la fe, sabemos lo bonito y grandioso que es sentir su presencia cuando le damos alabanza y escuchamos su palabra que renueva y conforta nuestras vidas, y para los que viven así solo hay un calificativo y no es otro que el de felices, aun cuando el mundo pretenda desmentirnos.

En un restaurante podremos llenarnos con comida que luego tendremos que evacuar, pero en la casa de Dios seremos saciados de la palabra inspirada que es capaz de transformar la más desgarradora de las experiencias en una razón para alabar su nombre.

¿Has tenido esa experiencia?, Si es así, debo decirte que estoy contigo en el mismo ejército ; pero soy muy feliz porque disfruto estar en la casa de Dios, junto a quienes me aman.

Versículo para el día:

“…Anda, y come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras ya son agradables a Dios…” Eclesiastés 9:7 

Que cada día, la presencia de Dios te colme de bendiciones, de manera que puedas gozarte con lo que Dios te ha dado y dejes de quejarte por aquello que no tienes.

© Francisco Medina

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