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El zapatero de la gran Ciudad

Devocionales Cristianos – Mensajes Cristianos

Ángel iniciaba su año de su práctica médica, llegó después de muchos sinsabores a la gran ciudad, donde el mucho caminar desgastaría con más prontitud aquellos zapatos blancos y elegantes, salía todos los días y caminaba 1 kilómetro antes de subirse a su auto bus, cierto día Ángel pudo notar que sus elegantes zapatos blancos se comenzaban a descoser y allí pensó que si caminaba mucho se descoserían aún más, si tuviera un auto o una moto posiblemente su zapatos durarían más tiempo, sin embargo dejó de pensar en si tuviera un auto y regresó a su cruda realidad, pero al menos en los pensamientos podía remontarse a un futuro si es que Dios le daba esa oportunidad .

Al inicio tomó un hilo de sutura de Seda y cosió sus zapatos en la casa, su hermana al verlo le preguntó: pero qué haces hermano? Ángel le contestó: estoy suturando a un enfermo que si no lo hago no podré ir al hospital !

Ella le dijo: No, no hagas eso, mañana podemos ir a buscar un zapatero ; fue así que Ángel Aprovechó en un fin de semana y fue al mercado más cercano y como no tenía plata para botar a la basura sus blancos zapatos que otros si lo podían hacer y sus padres les compraban otros, o se les desgastaba menos porque al andar en vehiculo los zapatos menos se desgastan, no así Ángel, quien con mucha diligencia buscó un zapatero y finalmente lo encontró y surgió la siguiente conversación: – Buen día señor, como está, aquí traigo estos zapatos blancos para ver si me puede ayudar con ellos, cree puede hacerlo para la tarde? pues debo usarlos dentro de 30 horas El zapatero le contesto: buen día joven estoy muy bien, claro déjeme verlos .

El zapatero inspeccionó aquellos blancos zapatos, y surgió la pregunta:

— ¿que estudia usted joven ? Nadie trae zapatos blancos a reparar y estos me llaman la atención .

Ángel le contestó: Estudio mi práctica médica en el Hospital Mario Rivas

Aquel señor con su aguja en la mano le dijo: Mire qué bueno ! Nunca pensé que le costuraría los zapatos a un gran Doctor !

Ángel lo interrumpió y le dijo: no Señor, yo estoy en mi práctica ! No soy aún médico!

El zapatero le dijo: — yo le estoy diciendo que usted será un gran y famoso Doctor .

Ángel extrañado le preguntó: – pero por qué dice eso Señor ?

Yo me llamo Agustín, y le diré por qué digo eso; yo como zapatero he visto muchas personas caminar, hasta en la forma de cómo caminan me doy cuenta si los zapatos son propios o ajenos.

Ángel le preguntó: ¿pero cómo sabrá usted eso Don Agustín?

Ángel empezaba a disfrutar de un mundo nuevo que iniciaba con la plática del zapatero quien lo cautivaba con sus pláticas amenas mientras estaba iniciando a trabajar en los zapatos de El.

El Zapatero le dijo: mire cuando yo veo caminar a una mujer con mucho trabajo para hacerlo o sea que camina con “estilo” eso significa que no tiene otro par que ponerse y debe caminar con ese “Estilo ” y no gastarlos y cuando los daña, ¿dónde cree usted que terminan esos zapatos? Ángel se quedó pensando por un rato y le dijo: -pues con ese estilo imagino que son personas muy delicadas y vanidosas y por tanto deben ser llevados a la basura y se compran otros y así aquellos zapatos los puede usar otra persona.

El zapatero le dijo :– Nooo !!! Que va a ser !! me los traen aquí, así como está usted allí sentado allí se sientan ellas y preocupadas porque es su único par de zapatos, eso enseña que algunas personas entre menos tienen se creen más.

Hasta nosotros los zapateros sabemos esos detalles .

Después de reparar zapatos por más de 30 años algo he aprendido de la vida y sé que este es mi lugar, aquí platico con políticos que al dañárseles algo de sus flamantes zapatos ,aquí vienen de emergencia, así como lo buscan a usted en una emergencia .

Esta es la clínica del calzado, donde le hacemos alineamiento y balanceo y se los entregamos rapidito .

Le contaré lo que viví con un político .

Aquel Pasante de medicina estaba fascinado escuchando a tan gran interlocutor que con mucha gracia hablaba y el tiempo transcurría y Ángel ni cuenta se daba .

Ángel estaba aprendiendo mucho de la vida, así como en su práctica en ese momento, aquella persona de bajo nivel al igual de donde venia El de la pobreza con dignidad, tenia la felicidad de su trabajo, no anhelaba ser un doctor como el para poder brindarle la ayuda, alguien que es anónimo como aquel zapatero y se hacía visible o dejaba de ser anónimo al momento de una necesidad por parte de los caminantes que pululan a diario cerca del mercado.

Agustín continuó: – mire vino un señor con su portafolio y con un escudo nacional guindando en su saco y me dijo: – mire repáreme estos zapatos y le agradeceré .

Yo comencé a repararle los zapatos a aquel señor importante y quise hablar con él pero me esquivó en todo momento y se puso a leer el periódico y supe que no quería saber nada de lo que un zapatero podía interactuar con él . Al finalizar mi trabajo le dije: Señor aquí está resuelto el problema.

Aquel hombre se puso sus zapatos y le dijo: – gracias, por estos remienditos no debería usted cobrar, yo soy diputado del congreso, allí lo tendré pendiente pues solo ando las tarjetas de crédito y no ando efectivo, pero allí pasó otro día .

Aquel político salió tan descaradamente y ni siquiera se acordó de nuevo en pasar pagándome los 5 lempiras que le cobré .

Mire ese ejemplo, ¿qué podemos esperar de gente así que lleguen al poder? Entre más tienen más quieren.

Don Agustín casi terminaba el trabajo de Ángel y le dijo: mire me sé tantas historias que usted podría escucharlas y escribir un libro desde la óptica de un zapatero .

Mi óptica es desde los pies de la gente, solo con eso me doy cuenta quién es cada persona .

No es el zapato o la persona, es la forma como llegan aquí para solicitar una reparación eso los delata a cada cliente .

Ángel finalmente miraba que sus zapatos quedarían aún mejor pues él les estaba poniendo cáñamo resistente y fino .

Bueno jovencito por hoy ya tiene zapatos nuevos!

Ángel miraba sus zapatos aún más resplandecientes ya que le puso un poco de color blanco y dejarlos como nuevos, ahora ya podría regresar a su práctica médica y disfrutar de aquel trabajo que le hizo Don Agustín !

Ángel le dió la mano y le preguntó ¿qué cuesta esto ?

Continuará …

© Mauricio Loredo

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