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Levántate y anda

Devocionales Cristianos… Mensajes Cristianos

Las enfermedades tienen un efecto en cada uno de nosotros que nos conmueven hasta el límite de la compasión. Ella siempre nos inmoviliza porque por lo general debemos mantenernos en cama hasta que nos repongamos. Para mí, hiperquinético por naturaleza, me resulta como un castigo imposible de soportar. Ahora bien, existen algunas patologías que aunque queramos violar el principio del reposo, no podemos como en el caso de los ciegos, que para poder andar necesitan de guianza, pero la más lacerante y triste de todas estas anomalías es sin duda alguna la parálisis.

El paralítico no puede valerse por sí mismo para nada (paraplejia), es alguien que depende de otros para cualquier necesidad que necesite satisfacer. ¡Que panorama más triste el de aquellas personas que padecen de parálisis! Se denomina parálisis a la enfermedad de carácter neurológico de diversos origen que adolece de falta de sensibilidad o de movimiento en su cuerpo. En la Biblia se mencionan distintos tipos de parálisis:

1. Parálisis de evolución crónica, por ejemplo, la del paralítico de Capernaum que sus amigos bajan desde el techo (Marcos 2:1–5).

2. Parálisis de evolución aguda, por ejemplo, el caso del mozo del centurión de quien Mateo dice que yacía en casa paralítico, gravemente atormentado(8.6) y Lucas refiere que estaba a punto de morir.

Quiero llamar la atención al hecho de que en cada caso necesitaron de otros para ser librados de su mal. A esta altura de mi escrito estoy casi seguro que usted está relacionando a los paralíticos con aquellos que viven de espaldas al salvador.

Sin embargo no es este el único tipo de paralítico que hay, pues según mi modo de ver las cosas resulta mucho más penosa la parálisis espiritual en aquellos que han sido librados de ella, y por su propia voluntad se mantienen en este estado aun cuando tienen recursos que aportar al reino.

Estos son aquellos que no asisten a las reuniones de los santos porque no encuentran parqueo para el auto, para ver un juego de Baseball, una novela o cualquier otro entretenimiento que les ofrece el mundo.

Que decir de aquellos que están tan paralizados que ni siquiera se mueven como redimidos (cristianos de la secreta) o eluden toda actividad en la iglesia para engrandecer el Reino. ¿Conoces a algún paralítico o lo eres tú? En cualquier caso, el llamado sigue siendo el mismo: ¡Levántate y anda!

Versículo para hoy:

“…Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti…” (Lucas 15:18)

Si como el pródigo necesitas levantarte de tu parálisis. ¡Hoy puede ser un día de un nuevo comienzo!

© Francisco Medina

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