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El puente peatonal

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Estaba el sabio sentado en la orilla de aquel gran puente peatonal, y le dijo al joven que había querido aprender de la vida con la sabiduría de aquel anciano.

El joven preguntó: bueno ¿y que me puede enseñar solo con este puente peatonal? Estos los veo todos los días en mi ciudad. El viejo se puso el dedo índice en sus labios y le dijo: cállate y observa a las personas y después me diriges la palabra.

El joven se sentó y empezó a observar a muchos que cruzaban la mediana sin cruzar el puente peatonal. Algunos pocos si lo cruzaban, y se podía observar lo confiado que cruzaban aquel gran puente, y les daba tiempo de poder hablar y saludar a otros mientras lo cruzaban, y además podían ver todo el panorama de la ciudad, algunos de ellos se detenían en el puente y les daba tiempo de tomar fotos con sus teléfonos móviles siempre y cuando no hubieran amigos de lo ajeno a su alrededor.

Mientras que los que cruzaban bajo del puente peatonal debían tener sus ojos bien en alerta y salir a veloz carrera para poder cruzar sin poder ver el paisaje de fondo, ya que la velocidad de cada vehículo era calculada por el corredor de a pie, para no ser embestidos por algún vehículo o trailer.

Mientras observaban la escena vieron que una joven, que llevaba a un niño tomado de su mano, mientras cruzaba la mediana se le cayó su móvil en la carretera y soltó por unos segundos al niño y recogió su celular con tan mal final que el pequeño fue atropellado por una motocicleta que no pudo frenar por su alta velocidad, rebotando el niño en el pavimento y con su cabeza ensangrentada, y vomitando sangre y con convulsiones y para después quedar tendido en dicha área. El joven vio aquel cuadro y se petrificó, y el viejo le preguntó: ¿qué vas a hacer?

El joven le dijo: ¡iré a ayudarles! El viejo dijo:- no tiene caso, ese niño está muerto, ya está la policia y llamaron a la ambulancia, tú estás aquí para aprender la lección de tu vida. ¿Qué has aprendido hasta ahora?

El joven le contestó al viejo: -pues solo que esa muchacha se descuidó del niño por un celular caro y se descuidó del niño por no cruzar el puente. El viejo asintió y le preguntó: ¿qué más viste?

La injusticia que las autoridades no vean estas cosas que pueden pasar y puedan ayudarle a la gente, pues de seguro esa gente no tiene ni para pagar una clínica privada. El viejo frunció el ceño y le dijo: ¡un momento, un momento! Veo que no estás viendo bien la enseñanza.

El joven quiso seguir con su argumento mientras en el pavimento estaban los socorristas, esos valiosos héroes anónimos levantando al niño y poder llevarlo a un centro asistencial aunque se pensara que estuviera fallecido.

Te diré y quiero que escuches: esa carretera es el peligro, puedes ver que la mayoría de personas son indiferentes al puente peatonal, el cual fue diseñado pensando en ellos, y recuerdo aún como que fue ayer que un grupo de personas incluyéndome a mí, edificamos ese puente por el cual muchos no quieren pasar porque piensan que perderán 2 minutos en recorrerlo, y ¿viste ese niño como en menos de 2 minutos también perdió su vida?

Esa es la necedad de la gente, tienen una edificación que otros se sacrificaron para que ellos disfruten el paseo por sobre la carretera mientras lo hacen y no corran mayor peligro, y ¿ves a los que cruzan por debajo?

Ellos están como locos queriendo cruzar todo el tiempo, pierden más el tiempo en cruzar esa mediana y además se les activa su adrenalina sin necesidad de usarla en ese momento pues hay un puente, ellos solo ven lo que les interesa, la calle para ver si viene un auto, mira los que suben, ellos tienen tiempo hasta de mirar su celular mientras cruzan, pueden tomar fotos, pueden saludar al otro, y cuando bajan el puente pueden ir con sus nervios menos alterados donde quiera que vayan.

El usar o no usar el puente es cuestión de la mentalidad de cada persona, la pereza en cada persona y eso hará que ellos fracasen, lo mismo pasa en la vida misma, y además desde el punto de vista espiritual aunque a muchos les desagrade, te diré que hay un puente también para cada persona que se llama Jesucristo en el cual muchos no quieren creer, porque sus mentes o su mentalidad está tan científica o llena de las cosas que te ofrece el mundo de lo visible y no quieres ver lo invisible con la sola fe en Jesus para poder cruzar el abismo de la muerte.

Lo invisible que podemos sentir es el aire, y esto solo es un ejemplo del creador para que veamos que lo invisible es real, ahora te diré que sin ese puente no cruzaras a salvo, porque al querer saltar el abismo de la muerte caerán indiscutiblemente al precipicio del cual nunca saldrán, pero todo por visualizar y valorar lo que es superficial, así como la joven y el niño, no valoró que llevaba algo especial como sus vidas y debieron cruzar el puente pero no lo hicieron y por su celular o sea una cosa material, que por la acción que ella hizo sería más valioso en ese momento que el niño, dejó de la mano lo más importante.

Aquel joven estaba llorando con aquella explicación del viejo y el musitó: realmente que si alguien no nos hace ver el sentido de la vida con las cosas que se ven entonces nunca aprenderemos las lecciones que Dios a diario nos pone a nuestra vista de lo que no se ve, realmente jamás pensé en ver la vida y vida eterna de esa forma.

El viejo dijo: – no son mis canas, son las aplicaciones de vida de aquel libro de libros que se llama Biblia, úsala y pide dirección a Dios y veras que la vida cobrará vida para ti, lo primero es que debes subir al puente de la vida que es Jesucristo, y te aseguro que disfrutaras el paso y paseo a través del puente, y llegarás a tu destino final, si posible con algunos rasguños y cicatrices, pero serán sanadas cuando llegues a casa Tú decides si cruzar el puente o no, la decisión al final es tuya.

“...Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí…” Juan 14:6

© Mauricio Loredo

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