Devocionales Cristianos… Mensajes Biblicos
Somos seres volubles y nuestro contacto diario en el que es ineludible la convivencia con otras personas, despiertan en nosotros algunas actitudes como el amor, agradecimiento, reconocimiento, honra, compromiso, etc.
Pero de la misma manera que todas estas actitudes positivas, en variadas ocasiones se producen en nosotros algunas reacciones negativas que como río crecido nos pretenden arrastrar hasta hacernos sentir una sensación desagradable, en la que la primera de ellas es la de desagradar a Dios, al no poderlas controlar.
Una de estas sensaciones es la ira, sentimiento que si no estamos preparados para enfrentarlo, nos arrastra al pecado y nos pone bajo la sombra del juicio de Dios.
La ira es como un auto en llamas, que una vez incendiado si rueda por una pendiente es imposible sofocar aun con los más modernos medios de extinción
La ira no es pecado; pero generalmente, si no la controlamos a tiempo, nos lleva a pecar.
La ira produce el enojo, y el enojo prolongado, afecta todos nuestros sentimientos, y por ende, nuestras relaciones personales. Controlar la ira es tarea difícil, pero muy necesaria.
¿Estás airado, o enojado(a) con alguien? No te dejes arrastrar por ese río que pretende convertir tu ira en odio o rencor.
Si quieres controlar tu ira, tenemos un ejemplo inigualable Dios nos ha dejado en el versículo que te quiero compartir hoy.
Versículo para el día:
“…El necio al punto da a conocer su ira ; más el que no hace caso de la injuria es prudente…” Proverbios 12:16
Que la prudencia y las emociones controladas, puedan ser el sello que identifique tu alma
© 2016. Francisco Medina
