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Eligiendo con sabiduría

Devocionales Cristianos… Devocionales Cristianos Evangelicos

Una vez en los caminos del Señor, sobre todo cuando somos aún bebés en este caminar, algo muy importante es: saber escoger las personas con las que nos vamos a relacionar en lo adelante, con las cuales tendremos que compartir tiempo y criterios.

Yo, personalmente, aconsejaría que la elección comience a la inversa, es decir, en vez de empezar a buscar hermanos que comprendan mis nuevos puntos de vista, empezaría separándome de todo aquello que pueda influir negativamente en el logro de la meta que me he trazado.

Sé que es difícil apartar de un solo tajo las costumbres y las amistades que por muchos años hemos estado ligado; pero se hace vitalmente necesario cortar todas esas relaciones, aunque nos parezca injusto o ridículo.

Esto no significa que tengamos que pelearnos con esas viejas amistades, ni mucho menos que dejemos de amarle; pero si nuestros conocimientos, por ser principiantes, no son lo suficientemente sólidos como para ministrarlas, lo más sabio es que nos apartemos hasta que ya seamos adultos que no dependamos de la leche, sino que ya podamos digerir la vianda y, en vez de perjudicarnos con su compañía, somos capaces de ayudarlos.

Como lo que nosotros ahora hablamos, para ellos es locura, y como todavía no tenemos las armas para llevarlos a la luz, lo mejor es apartarnos hasta tanto podamos, para no ser contaminados nuevamente. La Biblia dice: Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios. 1 Corintios 1:18.

Si estamos muy ligados a una persona que tiene el hábito de robar, entonces nosotros robamos o sentimos el deseo de hacerlo.

Si nos ligamos a alguien que es adicto a las drogas o al alcohol, terminamos compartiendo estas cosas con él.

Si andamos con una persona que practique la homosexualidad, vamos en vía de caer en este pecado, o cuando menos, estamos manchando nuestro testimonio, al ser señalados por la compañía que estamos teniendo.

Recordemos que:

El lobo sólo anda con el lobo;

El buitre sólo empolla al buitre;

La hiena sólo es feliz, cuando se revuelca en la carroña.

Moraleja: cuando ordeñes una vaca, no esperes jugo de naranja.

Como es natural, todas estas personas, en Cristo, tienen arreglo y nuestra comisión es, no dejarlas en el olvido.

Ahora bien, primero apártese para no caer y cuando esté lo preparado para ayudarlos, venga por ellos. Si la situación exige que se actúe con premura, auxíliese de un hermano bien entrenado, que otras veces ha tratado casos semejantes, y usted sea su colaborador, para que aprenda y se fortalezca.

© Antonio J. Fernandez. Todos los derechos reservados.

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