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El Joven pordiosero

Devocionales Cristianos… Reflexiones Cristianas

Phillips, quien siempre se paseaba en la calle, andaba con su ropa polvorienta y sucia, dormía en los parques, y siempre se le veía tomando café en la esquina de aquel gran parque. Él era un joven de unos 27 años y no molestaba a nadie, se había ganado la confianza de los transeúntes que frecuentaban y sin el pedir nada, las personas compartían algo con Phillips. No era agresivo, pero nadie sabía su historia.

Un día de lluvia Phillips se encontraba pasando el agua en la esquina del quiosco de aquel parque, cuando a su lado derecho vio que había otro hombre de edad madura que llegó con su capote, y se estaba sacudiendo sus zapatos que se habían empapado de agua.

Phillips quien le dirigió una sonrisa al extraño, y este le correspondió poco extrañado. Phillips siguió tomando de su botella de agua que tenía en la mano. En ese momento Philips saco unas bolsa de plástico, y se las ofreció al visitante de paso y le dijo con su voz ronca, es para que se las ponga en los pies señor. Aquel hombre al ver la actitud de aquel joven sucio del parque le dijo: muchas gracias pero ya me llené de agua los pies, ya no es necesario. Phillips sonrió ante la respuesta y se sentó de nuevo en aquella banca protegida del agua. Aquel hombre volvió a ver a Phillips y le dijo: disculpa ¿cuál es tu nombre?

Me llamo Phillips pero puede decirme Felipe como todos me dicen.

Mi nombre es Roger un placer poder conocerte Phillips.

Volvió a preguntar: ¿qué haces aquí en este lugar? Vivo en la calle señor.

Roger extrañado frunció su ceño e inquirió :- ¿usas drogas? O resistol, o te inyectas algo por el estilo o simplemente tomas guaro?

Phillips bajo su cabeza y hubo un silencio, apretó sus labios como que quería decir algo pero era muy difícil.

En ese momento levantó su cabeza y dijo : – no tiene importancia don Roger, realmente soy de la calle.

Roger volvió a preguntar : pero tú forma de hablar es de alguien educado, ¿no estás en la calle desde niño verdad? ¿O me equivoco?

Phillips dijo: – usted es la primera persona que me hace esas preguntas y me dice eso.

Yo en verdad vengo de una familia con recursos, donde no me faltaba nada material, pero mis padres eran drogadictos y ellos están mentalmente incapacitados, yo soy hijo único y decidí abandonar esa vida, y decidí vivir en la calle desde hace 10 años, aquí ayudó a la gente a cargar sus bolsas y si alguien me solicita un favor lo hago.

Así me regalan ellos de sus alimentos y me dan algunas monedas o billetes, siento que es una manera diferente de vivir.

Roger con su rostro extrañado preguntó : – ¿pero y la herencia de tus papás?

Tengo un tío que se encargó de hacer todo con los abogados, y él se adueño de todo y cuando fui a pedirle que me ayudara con trabajo en la propiedad de mis padres, él me hizo unos disparos al aire y me dijo que nunca se me ocurriera regresar por allí. Desde ese tiempo busque ayuda, no pude encontrar trabajo, no había terminado mis estudios de la secundaria y…

Phillips comenzó a llorar como un niño en ese momento. Y Roger le puso la mano en la espalda y le dijo: ¿sabes algo? ¿Quieres venir a esa tienda que está enfrente conmigo? Phillips levantó su rostro y le dijo: allí en esa tienda no. Roger preguntó: ¿pero por qué? Allí es muy completo.

– si pero yo ando sucio y no soy digno de entrar allí.

Roger lo tomó del hombro y le dijo: quiero que entres y busques algo que te guste, y yo lo pagaré; además vamos a comprar una espuma para afeitar y todo lo que necesites.

Señor pero todo lo que necesito está en este saco que yo cargo todo el tiempo.

Si pero vamos a ver si cambiamos ese saco de mezcal.

Phillips entro a la tienda y sintió la frescura del aire acondicionado, y el guardia de seguridad se le puso enfrente y le dijo: no puede entrar señor a este lugar.

Roger quien se había quedado sacudiendo los zapatos no había visto esa escena, y al ver que Phillips venía para afuera le dijo: ¿pero qué pasa? ¡vamos!

Phillips señaló al guardia. Entonces Roger entendió y lo tomo del hombro y dijo: vamos a entrar juntos.

En ese momento el guardia se incomodó y preguntó: ¿pero él va a entrar también?

Roger le dijo: ¿acaso no tiene derecho a tener nuevas ropas él también?

El guardia se dio la vuelta y siguió su trabajo. Phillips estaba maravillado dentro de la tienda y Roger le dijo: lo que desees puedes llevar. Phillips le vio con cara de asombro y Roger le asintió.

Las jóvenes que estaban ayudando en la tienda se dirigieron a Roger, y Roger les dijo: por favor atiendan a mi invitado de honor, él es un hombre que debe salir en una filmación y es la persona más importante.

La joven con mucho esmero atendió a Phillips y le probaba los zapatos y la ropa. Finalmente Phillips dijo: ¿tienen un baño aquí? La joven asintió diciéndole: solo donde lavamos los utensilios, ¿si le sirve?

Phillips se dirigió a Roger y le dijo algo al oído, y Roger asintió con su rostro alegre. Tomó una toalla, jabón líquido y se fue con la ropa nueva al baño. Al salir no parecía la misma persona. La joven se impresionó tanto que le dijo: usted no luce igual, se ve muy elegante.

Phillips sonrió y dijo: jamás había vuelto a lucir así. Roger le dijo: bueno creo que si deseas cambiar de ambiente para vivir, debes llamarme a este número.

Philips en el momento le dijo: si, claro que si, yo deseo trabajar y vivir más dignamente.

Roger pagó la cuenta, el guardia de seguridad estaba atónito de lo que ahora miraba, un joven entro sucio y descuidado y ahora salía galan. Todos en la tienda vieron esa escena, y antes de salir Roger les dijo: Jesús quiere que ayudemos a cambiar la vida de las personas, no debemos menospreciarlas, todas tienen su propia historia, hasta el asesino la tiene, pero todos tienen derecho a decidir cambiar para mejorar sus vidas.

Jesús dijo: yo soy el camino y la verdad y la vida, nadie viene al padre si no es por mi“. (Juan 14:6)

Roger se dirigió a Phillips y le dijo: tenemos un apartamento semi amueblado, no lo estamos alquilando por ahora, pero creo que si en verdad quieres tener una vida diferente puedes habitar allí hasta segunda orden, y te daremos trabajo en mi compañía.

Phillips comenzó a llorar y a mover negativamente su cabeza y dijo: no puede ser, no puede ser. Esto lo soñé hace 2 años y mi vida cambiaba y Dios ha escuchado mi oración.

Roger tenía lágrimas en sus ojos, el guardia comenzó a secar sus lágrimas también. De pronto Roger hizo una llamada telefónica, y un taxi estaba frente a ellos se subieron. Al llegar al pequeño apartamento Roger le dijo: puedes usar lo que hay en la refrigeradora, pues siempre dejamos alimentos allí. Mañana tendremos un plan con mi esposa para ti. Disfruta tu noche, mañana vendremos, si estás dispuesto a cambiar, creo que aquí te encontraremos.

Phillips al entrar a dicho apartamento se arrodilló y comenzó a llorar. Ahora tenía techo, alimento y una familia dispuesta a ayudarle. Ese gesto valioso era algo más que el amor normal, era un amor anormal, ese es el amor que nadie podía entender, pero todos lo podían mirar.

Dios hace lo mismo con nosotros, nos pregunta nuestra historia, nos pregunta sobre nuestros pecados y si nosotros somos sinceros y se los confesamos, entonces Él empieza a abrir las bendiciones desde la salvación eterna hasta lo demás que necesitamos mientras pasamos por este mundo.

Él cambia nuestras vestiduras sucias por nuevas y nos coloca en un sitio de honor. La historia siempre somos nosotros los que la escribimos cuando hacemos algo especial por otros, es allí donde se comienza a escribir una historia valiosa, verdadera e impactante que tiene peso en este lado de la vida y en la venidera.

© Dr. Mauricio Loredo

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