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Los privilegios son menospreciados por algunos

Reflexiones Cristianas

Los privilegios son menospreciados por algunos

Tony, quien tenía que regresar al país del norte, le dijo a sus tres amigos de su infancia. Bueno, verán amigos, ustedes han sido muy especiales conmigo este tiempo que he pasado con ustedes, por eso quiero darles algunos privilegios con algunas de mis posesiones.

Tu Marcos, te dejare que me administres esa casa frente al mar, mira todo lo que hay dentro de allí y hazme un inventario de todo lo qué hay allí, y por favor envíame una nota de eso.

Tu Santos, te quedarás a cargo de la cabaña de la montaña que tengo, y de las maquinarias que tengo del pequeño aserradero, y hazme de nuevo el inventario.

Tu Felipe, esta hacienda que solo tiene 10’vacas y ese tractor. No queda semilla comprada, ni gasolina, pero hazme un inventario de lo poco qué hay, y te devolveré lo que tú pongas para hacer mover ese tractor, y además tienes esa tierra allí para hacer lo que tú quieras.

Regresare después de hacer unas diligencias que debo hacer, aún no se cuanto me tomará el hacer todo pero agradezco sus disposiciones.

Los tres amigos muy alegres se despidieron. Dos de ellos fueron a dejar a Tony al aeropuerto. Los días pasaron y aquella casa de campo comenzó a tomar aún más vida, la lista de inventario fue hecha; Santos se esmeraba cada día en que dicha propiedad luciera tan esplendorosa y decía: que bueno sería que Tony viniera hoy y encontrará así de bonita la cabaña, y que vea las colchas y frazadas que le compre y que sus maquinarias están siendo bien usadas; a pesar del tiempo, Santos seguía con el mismo entusiasmo.

Marcos con aquella lujosa casa de playa, y él entraba en su bicicleta y algunos vecinos le decían tentándole: oiga Marcos, ¿y por qué no me vende esa vajilla que tienen allí que ni siquiera la usan, y esas sillas de playa bonitas?

– No, no puedo hacer eso, tengo un inventario que presentarle al jefe.

– No le hagas caso a ese inventario, solo lo borras de allí y listo.

– No por más que me digan no lo haré.

— Mira Marcos, vos le estás dando el lomo a tu patrón y mira aún sigues en bici, ni una moto te has podido comprar.

– Si, posible no puedo andar en moto pero disfruto de toda esta casa de playa, y además toda las cosas que producen para el jefe como la cafetería que tiene esta casa de playa, y la pequeña cancha de playa que alquilo a los jóvenes que quieren jugar.

Felipe en la hacienda: Felipe, Felipe, mira que esa vaca esta como triste, ¿qué crees que sea mi amor? ¿Sera que necesita alguna medicina? De repente debes de consultar con Manuel, pues él está siempre al cuidado de ese ganado del patrón.

– ¿Y para que vamos a llamar a ese desgraciado que lo único que hace es cobrar y cobrar sin hacer mayor cosa¿

Si amor, pero recuerda que él es estudiado en eso, y para eso se fue a desvelar a esa universidad y es el único aquí en esta zona.

– No tiene nada esa vaca no te preocupes.

— Felipe recuerda que ya se han muerto 3 vacas de crías, y no hemos podido reemplazarlas.

— Si de todos modos no viene el viejo Tony por ahorita y de todos modos, a mi me da el trabajo más sucio, porque a Marcos y a Santos les dejó sus casas de pasear con todo lo qué hay dentro, y aquellos la pasan súper bien aparentando que tienen dinero, y nosotros aquí apenas podemos tomarnos la leche que con esfuerzo hay que sacarla de esas vacas flacas.

Allí está ese tractor que ya no está funcionando, y ese mecánico que no vino a remolcarlo.

Pero Felipe, tú tenías que llevarlo, y Marcos se ofreció con la maquinaria de él poder mover ese tractor, y tú me dijiste que no querías que ellos te ayudaran porque solo están de vanidosos con esas casas.

– Felipe, una pregunta: ¿estás tú molesto por qué no se te dió a ti la casa de campo o de playa?

– Bueno, en cierta forma si, porque ellos andan en las cosas de lujo de nuestro amigo, y uno aquí en medio de este estiércol y matando serpientes, y usando el hacha y machete de sol a sol, ya estoy cansado de esto. Solo trabajo, trabajo y trabajo.

Pero Felipe, que has hecho por esta hacienda, en vez de tener más vacas, estas dejando que se mueran las que hay, has perdido el contacto con los que se encargan de apoyar a Tony en las cosas de él.

– Bueno, ¿y a ti que te importa vieja?, no te metas conmigo, agradece que tenemos la leche del día.

– ¿Qué leche? ni que nada, aquí lo que estamos es pasándola, ¿y si Tony viniera hoy que le vas a decir?

– Ah pues allí veré que le digo.

3 comentarios en «Los privilegios son menospreciados por algunos»

  1. Un magnífico tema, Dios no ha dado talentos para que trabajemos y nosotros los estamos desperdiciando, tomare este tema para compartirlo. Gracias

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