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Sucedió entre colegas

Devocionales Cristianos

En aquella pequeña clínica, Mabel, daba su consulta cada día y nunca le faltaba al finalizar con cada paciente una pequeña hoja que decía: “¿quieres tener larga vida?”. Si te interesa léelo

Algunas personas al regresar en su próxima cita le decían: Dra. Mabel, ese pequeño papel que usted se dio al final de la consulta me dio mas esperanza, y seguí las instrucciones y ahora gozo de larga vida con ese médico de médicos.

Mabel sabía que estaba haciendo sus labores diarias con un propósito especial.

Wilmer quien era su colega, y que tenía su especialidad, un día le abordó y se suscitó la siguiente plática:

Oye, tú con esos papeles que le das a la gente la vas a convertir en loca como tú jajajajajajaja. Ni siquiera has podido ser especialista, por más de esos papeles que des quedarás igual.

Mabel, viendo a su colega especialista le dijo: Wilmer, cuan engañado veo que estas, ¿sabes algo? Lo que yo hago lo hago con todo mi amor, y yo ya tengo mi recompensa cada día, y además al compartir con mis pacientes, también les comparto la esperanza qué hay disponible para todos.

Más bien me preocupa que tú solo estés viendo personas cada día y operándolas sin brindarles lo más importante.

Pero en fin, esa es tu rutina, solo te encargas de la parte física de tus pacientes, y es lógico porque eso es lo único que has aprendido a hacer, y si en verdad tuvieras la fuente que yo tengo, créeme, no te quedarías callado y te sentirías aún más lleno.

Mira bien lo qué haces dijo Mabel enfáticamente, espero que un día veas la gloria de Dios en tus pacientes que tú ves que se recuperan y te agradecen a diario, y tu solo alimentas tu ego con sus agradecimientos, ni siquiera se los atribuyes a Dios, solo buscas en verdad llenar ese ego que tanto a los médicos nos tiene ocupados y ensimismado.

Wilmer dijo: No Mabel, recuerda yo soy especialista, y no me atrevería a hablar de algo que no ves, y lo que yo hago por mis pacientes es más importante que lo que tu haces; mírate, solo eres una médico general.

Mabel, con la sonrisa a flor de piel termino: ¿sabes algo? Oro para que un día puedas ver eso que ahora desprecias, si mueres en esa forma de pensar, créeme que habrás desperdiciado todo tu tiempo en solo atender cuerpos y no dar esperanza en lo más mínimo.

Al final veremos quien tiene la razón; Wilmer, termino con esto: “No seas sabio en tu propia opinión“, dice en Proverbios 3:7. Confiar solo en lo que tú piensas y no creer esa gran verdad que Jesús vino y murió por nuestros pecados, y resucitó al tercer día de entre los muertos y que ahora está a la diestra de Dios. Te aseguro que un día eso hará gran diferencia, no tendrás la visa para entrar a esa patria Celestial el día que te llamen de la forma que sea, pero eso un día pasará y recordarás este momento Wilmer.

Muchos saludos mi estimado colega, recuerda Jesús te ama.

Mabel salió del recinto y Wilmer se quedó pensativo y repetía para si mismo: Jum, no seas sabio en tu propia opinión. Pues me quedo con mi propia opinión. No creo en eso.

Muchos creen que hacer su rutina diaria es lo más importante, y se olvidan de ese ingrediente extra que transforma la rutina en vida, vida llena de esperanza a aquel que ha creído en uno más poderoso que puede llevarlo sin caída a la eternidad y todo lo que hagas en su nombre tendrá peso allá en los cielos.

Si lo haces para ti, nada llevarás, si lo haces para Él es porque ya transformado estás y te aseguro que todo lo que por Él hiciste allá arriba lo obtendrás.

Recuerda: Jesús no es religión, es relación.

© Dr. Mauricio Loredo. Todos los derechos reservados.

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