Devocionales Cristianos
“Desde entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca“. Mateo 16:21-22
Jesús le reveló su propósito como Cristo el mesías a sus discípulos, y les dijo que le era necesario padecer y sufrir mucho pero que al tercer día el resucitaría.
Pedro ante esas palabras de Jesús lo toma aparte e intenta convencerlo de que aborte el propósito de Dios padre, que tenga compasión de si mismo y que nada de lo anteriormente dicho le suceda.
De igual manera que Jesús nos encontraremos con personas que al igual que Pedro nos trataran de convencer de que abortar el propósito de Dios es lo mejor para nosotros. De esa manera podríamos evitar el dolor y el sufrimiento, nos dirán piensa en ti y en lo que es mejor.
Le diré algo hay quienes solo ven lo difícil del proceso, el sufrimiento y el vituperio de servir a Dios, pero no logran ver la posterior gloria que viene tras eso. Jesús habló que después de todo el sufrimiento al tercer día se levantaría de la tumba, para redimir a toda la humanidad.
Pero hay quienes te trataran de convencer de que desistas del propósito, pues tienen la vista tan corta que solo logran visualizar el sufrir momentáneo y no la recompensa eterna que viene después del proceso.
Cuando usted revele su propósito prepárese para encontrarse con pedros que apelaran a la auto-compasión como justificación para abortar el propósito de Dios. Cuando los hermanos de José supieron el propósito de Dios para la vida de su hermano menor se encendieron en ira para evitar que tal acontecimiento profético se realizara, de manera que fueron capaces de venderle como esclavo a unos que pasaban cercanos a ellos.
Satanás hará todo a su alcance para tratar de evitar que usted pueda vivir el propósito de Dios en su vida, pero le aseguro que es mas fuerte lo de Dios en ti, que te impulsa a seguir y a luchar contra toda tempestad que se levanta en tu contra.
“El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. 2 Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. 3 El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. 4 Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. 5 No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día“. Salmos 91
Dios te bendiga.
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