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La palabra de Dios crece y prevalece

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Reflexiones Cristianas Reflexión de Hoy: La palabra de Dios crece y prevalece

Reflexiones Cristianas Lectura Bíblica: Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios. Pero endureciéndose algunos y no creyendo, maldiciendo el Camino delante de la multitud, se apartó Pablo de ellos y separó a los discípulos, discutiendo cada día en la escuela de uno llamado Tirano. Así continuó por espacio de dos años, de manera que todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús. Y hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aún se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían. Hechos 19:8-12 

La palabra de Dios es su simiente, la palabra de Dios es Jesús, la palabra de Dios es Dios mismo.

Es por eso que Dios siempre respalda Su Palabra, pues ella es la que da nuevos hijos, siempre da frutos. La palabra rhema, fluye mediante el Espíritu santo que nos fue dado a cada uno de nosotros, mientras que la palabra logos es su conjunto para dar vida abundante a Su nación y a Su Iglesia. La Palabra es en esencia Dios. Grande es este misterio.

La palabra de Dios crece y prevalece.

El verdadero crecimiento de la iglesia lo da la Palabra implantada en cada uno de nosotros, en la medida que creamos y vivamos la Palabra Cristo podrá hacer uno con nosotros al mezclarse y perfeccionarnos en santidad a fin de poder ver la Gloria de Dios y hacer parte de su Reino venidero.

Para que la Palabra se constituya en ti debes recibirla, meditarla, predicarla; pues la fe es por el oír la Palabra. Cuando la recibes la oyes, cuando la meditas tu mente la oye, cuando la hablas la oyes. Seamos oidores de la Palabra si queremos crecer en Cristo Jesús.

La Palabra debe ser recibida en nuestros corazones para que pueda gestarse y dar frutos en nosotros.

La palabra de Dios es la verdad última y es esta verdad la que prevalece. Por lo tanto, es importante que recibamos la palabra de Dios en nuestros corazones para que pueda tener el poder y la oportunidad de obrar en nosotros. Esto es lo que nos dará la fuerza y el valor para crecer espiritualmente y dar fruto en nuestras vidas. La palabra de Dios debe ser recibida con un corazón abierto, para que sus verdades puedan arraigar profundamente en nosotros y hacer brotar una vida nueva.

Es a través de este proceso de fe, amor y obediencia a la palabra de Dios como podemos beneficiarnos plenamente de sus enseñanzas. Cuando experimentamos el crecimiento dentro de nosotros mismos debido a la recepción de la palabra de Dios, nos convertimos en vasos de transformación y bendición para los demás. Es por eso que la palabra de Dios crece y prevalece – porque es una parte de nuestras vidas que nos da paz, alegría y esperanza en momentos de prueba y dolor.

Conclusión

La palabra de Dios es poderosa y, si la recibimos, puede crecer y prevalecer en nuestros corazones. Puede llevarnos a nuevas profundidades de comprensión y enseñarnos lecciones que cambian la vida como ninguna otra cosa. No debemos tener miedo de dejar que se geste en nuestro interior, pues el resultado será una cosecha de buenos frutos de las semillas plantadas por el poder de la Palabra.

La Palabra ha estado ahí desde el principio de los tiempos, y sigue siendo relevante hoy en día. Es una verdad intemporal que trasciende generaciones y culturas, hablando a cada persona en amor y gracia. Como creyentes, debemos mantener esta Palabra cerca de nuestros corazones, aprendiendo su sabiduría y permitiendo que moldee nuestras vidas.

La Palabra nos trae esperanza y paz en tiempos difíciles. Gracias a su poder, podemos tener alegría y fuerza incluso cuando todo lo demás parece sombrío. Podemos mantenernos firmes sabiendo que las respuestas a nuestros problemas están escritas en la Palabra viva de Dios, y que Él nunca nos dejará ni nos abandonará en nuestros momentos de necesidad.

Debemos recordar que la Palabra está viva y activa, llena de propósito y bendición para aquellos que la aceptan con los brazos abiertos. Cuando la recibimos en nuestros corazones, la Palabra crece y prevalece poderosamente.

© Pedro Blanco. Todos los derechos reservados.

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