Génesis uno en ti

Él puede cambiar tu desierto y tu sequedad en un manantial. En un oasis de esperanza, en una fuente inagotable que corre para vida eterna.

Así que comienza a crecer y a dar fruto en todos los aspectos de tu vida. Que hoy él te de ese riego, ese abono a tu tierra, y que la  bendición de fructificad y multiplicaos sea implantada en tú corazón y seas movido a ejercer él fructificar en toda tú vida por entero.

Crece, crece como persona, como hijo de Dios, como siervo. Crece en amor, en cada fruto del Espíritu de Dios, crece en tú vida espiritual. No te estanques no te detengas ora y pídele a Dios que te haga ser fructífero. Que puedas tener por prioridad servir a Dios dar fruto al ciento por ciento. Fruto bueno agradable y delicioso ante los ojos de Dios y los demás.

Dios hace Lumbreras

Sé tú una lumbrera que pueda dar a conocer por medio de tus buenas obras él amor de Cristo. Ilumina como el sol, como un farol en medio del mar, alumbra sin parar. Qué tú luz vaya de aumento en aumento, qué todos puedan ver a Cristo en tú vida.

Qué la luz de Cristo en tú vida esté puesta en lugares donde todos puedan ver no te escondas bajo una mesa, alumbra a otros, procura que tu vida sea una lámpara que ilumine, qué seas la luz del mundo. Sé luz en medio de tinieblas, sé luminar de este mundo perdido, nuestro el camino a Cristo.

Dios lo Llena todo

Deja que Dios complete en ti su obra que la perfeccione hasta que vea que todo sea bueno. Que ponga lo que te haga falta y quite lo que está de más. Qué sea él quien limpie tú vida y que la adorne con dones y cualidades.

Deja que Dios te llene de servicio y amabilidad, deja que su Espíritu se mueva con libertad y pueda obrar en ti como él quiera, sin reservas, sin condiciones. Entrégate y ríndete ante su majestad, que su voluntad se haga en tu vida y su poderío se deje ver en ti. Síguele por doquier.

La imagen de Dios

Hay una meta que alcanzar que desde el principio de la creación fue establecida, y es ser a la imagen de Dios. La imagen del varón perfecto que es Cristo Jesús nuestro señor y salvador. Ese es el deseo de Dios que seamos como él.

Que ese también sea nuestro deseo, qué esa sea nuestra meta, que ese sea nuestro afán y nuestro compromiso a cumplir. El motivo por el cual nos levantemos cada mañana, el poder llegar a la conformidad de Cristo.

De poder pensar como él piensa, de hablar como él habla, de obrar como él obraría, de ver las cosas como él las mira, de ser uno con él, y de tener Su mente, Su corazón, Su sentir y podamos vivir para agradarle.

Que ese sea nuestro deseo más grande a cumplir y poder llegar a amarlo por sobre todas las cosas más, qué a nuestra propia vida. Y que cada día de nuestra vida estemos en Su presencia adorando Su santo y glorioso nombre. Que cada segundo de nuestra existencia sea para él.

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