Una ciudad sin enfermedad

Recuerde que las enfermedades físicas son como el pecado espiritual también, debe ser confesado a la autoridad espiritual que es Dios mismo o puede buscar una persona a quien confiarle algo y si es traicionado y le publican el mal entonces eso puede traer serios problemas a la persona que estaba agobiada y ahora lo estará aún más.

Por eso, la sabiduría ante todo, antes que la inteligencia, la biblia nos dice que debemos obtener sabiduría antes que nada. Así que no es sabio que las enfermedades sean de conocimiento público, ya que solo un sector sabe qué hacer con esa información y pelear contra tal enfermedad, y si el paciente quiere hacerlo manifiesto a otros, esa ya es responsabilidad del enfermo y debe saber él por qué lo hace, ya sea para buscar fondos y tratar su enfermedad o solo para sentir apoyo en otros, pero si no recibe eso que pensó, allí entonces lo que encontrará son muchos problemas.

Las enfermedades son de manejo privado entre el médico, el enfermo y su familia, si el paciente así lo decide. Allí debemos ser muy cuidadosos doña Petronila. Ella quien aún estaba con el mazo de cebollas en la mano mientras las colocaba en la bolsa dijo: mire doctor, que allí si me ha dejado pensando mucho, pues yo creo que uno mismo riega esa enfermedad, porque cometemos ese error con frecuencia, pues como es el pan diario ese hablar, y uno aquí pues comenta sin querer los males ajenos, y se nos olvida que eso no nos gustaría que nos lo hicieran, ya que eso también trae la discriminación o separación que usted dice doctor, mire que desde ahora en adelante me llamaré al silencio sobre eso.

El médico sonrió un poco y dijo señalando el rótulo que estaba frente al negocio: mire ese rótulo, todos saben que allí es tal cosa porque dice ese rótulo y todos se guían y buscan, pero si no hubiese rótulo nadie buscaría, aunque hubiera. Así que mejor no mencione lo que no quiere que le venga, pues entre más le de importancia a esas cosas, más rápidamente le visitarán en su casa.

Recuerde que las enfermedades y la muerte llegan a donde más le aclaman y no se dejan esperar, así que el vocabulario a mejorar. Bueno les dejo, pero deseo que tengan una buena mañana y tarde con lo mejor de la salud de Dios para Uds. Muchas gracias doctor, mire que hoy aprendí después de tanto tiempo que, Ud. ha venido aquí a comprarme de mis cositas. Ya saben les di una consulta gratis jajajajajaja, nos vemos.

José y Doña Petronila se quedaron viendo mientras se retiraba el galeno y ella dijo: realmente que nunca había pensado que las enfermedades son de manejo privado y como todos al inicio pedían que se informara quien tenía esa enfermedad, entonces eso me hacía estar como antenitas y delatar al pobre sufriente de ese mal.

Le pido perdón a Dios por haber abierto mucho la boca y no sé cuantas personas pude haber dañado más que ayudado, realmente que la lengua no sirve ni para rezar como decía mi abuela, y ya debo de recortármela como me decía mi mamá, que si quería vivir en cualquier lado debía recortarme la lengua y las uñas y eso haría bien ambiente de vivir. Bueno nunca es tarde para aprender don José. Son 100 lempiras por todo. Así terminó aquel día en la comunidad vecina.

© Dr. Mauricio Loredo. Todos los derechos reservados.

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