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El verdadero perdón

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Predicas cristianas predica de hoy: El verdadero perdón

INTRODUCCIÓN

Es asombroso cuán creativos podemos ser para desquitarnos. Si puedo estropear una tarde, arruinar un día y ensombrecer un viernes, se ha hecho justicia y me siento contento.

Rom 3:21-25 – Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los profetas; 22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no hay diferencia, 23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios, 24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, 25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Efesios 4.32

Llámalo mala adicción. Empezamos el hábito sin quererlo, acariciando nuestras lesiones con una dosis de ira. No mucho, apenas una aguja o dos de rencor. El efecto adormece la herida, de modo que regresamos por más y aumentamos la dosis; no solo despreciamos lo que la persona hizo, sino lo que ella es. La insultamos. La avergonzamos. La ridiculizamos.

El efecto da energía. Drogados por la malicia, los papeles se invierten; no somos la víctima; somos los vencedores. Nos hace sentir bien. Pronto lo odiamos y a todos como a él. («Todos los hombres son unos tontos». «Todo predicador es un pillo». «No se puede confiar en las mujeres».) La progresión es previsible. La herida se convierte en odio, el odio se convierte en cólera conforme nos convertimos en adictos incapaces de pasar un solo día sin especializarnos en hipocresía y amargura.

DESARROLLO DEL TEMA: VERDADERO PERDÓN:

Hay TRES términos heb. que se traducen perdón: (a) «kaphar», «cubrir»

Deu 21:8 Perdona a tu pueblo Israel, al cual redimiste, oh Jehová; y no culpes de sangre inocente a tu pueblo Israel. Y la sangre les será perdonada

Sal 78:38 Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira, Y no despertó todo su enojo. 39 Se acordó de que eran carne, Soplo que va y no vuelve.

(b) «Nasa», llevar, quitar (culpa).

Fue usada por los hermanos de José cuando le pidieron que les perdonara Gén 50:15 Viendo los hermanos de José que su padre era muerto, dijeron: Quizá nos aborrecerá José, y nos dará el pago de todo el mal que le hicimos.

Gén 50:16-17 –  Y enviaron a decir a José: Tu padre mandó antes de su muerte, diciendo: 17 Así diréis a José: Te ruego que perdones ahora la maldad de tus hermanos y su pecado, porque mal te trataron; por tanto, ahora te rogamos que perdones la maldad de los siervos del Dios de tu padre. Y José lloró mientras hablaban.

Gén 50:18-22  – Vinieron también sus hermanos y se postraron delante de él, y dijeron: Henos aquí por siervos tuyos.
19 Y les respondió José: No temáis; ¿acaso estoy yo en lugar de Dios? 20 Vosotros pensasteis mal contra mí, mas Dios lo encaminó a bien, para hacer lo que vemos hoy, para mantener en vida a mucho pueblo. 21 Ahora, pues, no tengáis miedo; yo os sustentaré a vosotros y a vuestros hijos. Así los consoló, y les habló al corazón. 22 Y habitó José en Egipto, él y la casa de su padre; y vivió José ciento diez años.

Éxodo 34:7 que guarda misericordia a millares, que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado, y que de ningún modo tendrá por inocente al malvado; que visita la iniquidad de los padres sobre los hijos y sobre los hijos de los hijos, hasta la tercera y cuarta generación.

Núm 14:18-20 – Jehová, tardo para la ira y grande en misericordia, que perdona la iniquidad y la rebelión, aunque de ningún modo tendrá por inocente al culpable; que visita la maldad de los padres sobre los hijos hasta los terceros y hasta los cuartos. 19 Perdona ahora la iniquidad de este pueblo según la grandeza de tu misericordia, y como has perdonado a este pueblo desde Egipto hasta aquí. 20 Entonces Jehová dijo: Yo lo he perdonado conforme a tu dicho.

Sal 32:1-3 – Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado. 2 Bienaventurado el hombre a quien Jehová no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño. 3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo el día.

Sal 32:4-8 – Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano; Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah. 5 Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pecado. Selah 6 Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que puedas ser hallado; Ciertamente en la inundación de muchas aguas no llegarán éstas a él. 7 Tú eres mi refugio; me guardarás de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Selah 8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos.

(c) «Salach», «perdonar», se usa sólo del perdón que da Dios.

Se emplea con referencia al perdón relacionado con los sacrificios: «obtendrán perdón» Lev 4:20 Y hará de aquel becerro como hizo con el becerro de la expiación; lo mismo hará de él; así hará el sacerdote expiación por ellos, y obtendrán perdón.

Sal 103:3-4 – El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias; 4 El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias. Jer 31:34 – Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.

Dan 9:19-21 – Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo. 20 Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; 21 aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza,

EN EL NUEVO TESTAMENTO

  • (a) «aphiêmi», remitir», que se traduce en varias ocasiones «remisión».
  • (b) se traduce «perdonar» que además de «despedir», «entregar», «remitir», se traduce también por el verbo «perdonar»

Todas estas palabras se aplican al perdón concedido por Dios, así como al dado por una persona a otra.

Hay varios aspectos del perdón que nos son presentados en las Escrituras:

Ose 14:4 – Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos

El culpable es liberado, perdonado. «Para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados» Hch 26:18 para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.

Sal 103:12 – Cuanto está lejos el oriente del occidente, Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones.

1 Jn 2:12 – Os escribo a vosotros, hijitos, porque vuestros pecados os han sido perdonados por su nombre.

Esto es cierto para todos los cristianos: que sus pecados les han sido perdonados. Hay otro concepto incluido en el perdón de los pecados, esto es, que al tener redención en Cristo, lo que introduce al creyente a un nuevo estado, se olvida todo el pasado de culpa, y es eliminado de él, de manera que no hay obstáculo alguno para el goce de aquello a lo que introduce la redención.

Cinco principios del verdadero perdón

El perdón genuino no mira la naturaleza de la ofensa (si fue con justa o sin justa causa… la raíz de la ofensa). Perdón genuino no tiene en cuenta la gravedad de la ofensa. El perdón genuino no depende de la actitud del ofensor. El perdón genuino busca la bendición para el ofensor. El verdadero perdón nace en el corazón de una persona que ha recibido el perdón.

CONCLUSIÓN:

Ver al pecador con la culpa del pecado es no haber redimido al pecador.

© Juan Carlos Villa Layos . Todos los derechos reservados.

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