En su carta a los Romanosanos, Pablo dice: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento para que comprobéis cual es la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta” (Romanos 12: 2).
La palabra conformar, significa amoldarse; no debemos pensar de la manera en la que la sociedad sin Cristo quiere que pensemos, no debemos pensar como piensan los demás, debemos pensar como Cristo. ¿Pero como hacemos eso?; bueno partamos de una importante premisa que si usted ha creído en Jesús para salvación, usted ahora tiene acceso libre e irrestricto a los pensamientos de Jesús, pues usted tiene la mente de Cristo: “…más nosotros tenemos la mente de Cristo” (1ª Corintios 2: 16) pero esta no actuará si usted no la deja.
Permítame explicarlo mejor con la siguiente ilustración: Vamos a suponer que usted va a realizar un viaje a un lugar determinado en una lancha con motor, al salir usted programa el piloto automático hacía la dirección que usted quiere; ya una vez en el trayecto descubre que sería mejor cambiar de rumbo; pero su piloto automático esta puesto; usted entonces puede hacer dos cosas; la primera es que tome el timón y físicamente obligarlo a que se dirija a la dirección que ahora usted quiere.
A pura fuerza de su voluntad, usted conseguiría cambiar de rumbo, pero siempre sentiría la resistencia en todo tiempo; porque el piloto automático sigue programado hacia otra dirección. Finalmente sus brazos se cansan de la tensión y la lancha retomaría el rumbo inicial, el cual usted programo desde el principio.
La fuerza de su voluntad puede producir algunos cambios, pero a corto plazo, cuando esta fuerza se cansa, entonces volvemos a ser los mismos; pero hay una segunda cosa que podemos hacer para ser transformados y que es más efectiva y cambiar el piloto automático: Nuestra manera de pensar; Rick Warren dice: “El cambio comienza en la mente.
La manera en que piensas determinará como te sientes, y como te sientes influirá en cómo actúas” Cambiamos de identidad, somos transformados cuando cambiamos nuestra manera de pensar, Pablo dice: “y renovaos en el espíritu de vuestra mente” (vers. 23) ¿Y como cambiamos el piloto automático de nuestra mente?
Con arrepentimiento; el arrepentimiento es una herramienta poderosa; tradicionalmente pensamos que arrepentirse es sentirse mal, es tener sentimientos de culpa; pero no, la palabra arrepentimiento viene del griego que significa “cambiar de rumbo” o “cambiar de mentalidad” cuando usted se arrepiente, cambia, transforma su mente y la hace semejante a la de Jesús.
Claude V. King en su libro “La Mente de Cristo” menciona las 6 características de la mente de Cristo.
- 1. Una mente viva “La mente puesta en la carne es muerte, pero la mente puesta en el Espíritu es vida…” (Romanos. 8: 6 BLA);
- 2. Humilde “Con humildad. Estimado cada uno a los demás como superiores a él mismo” (Filipenses 2: 3);
- 3. Pura: “Todas las cosas son puras para los puros, más para los corrompidos e incrédulos nada les es impuro; pues hasta su mente y su conciencia está corRomanospida” (Tito 1: 15);
- 4. Sensible: “Les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras” (Lc. 24: 45);
- 5. Pacífica: “…la mente puesta en el Espíritu es vida y paz” (Romanos. 8: 6)
- 6. Perseverante: y por último es perseverante: “Temo que…vuestras mentes sean desviadas de la sencillez y pureza de la devoción a Cristo” (2ª Corintios 11: 3)
¿Quiere otro rumbo para su vida? ¿Ha recibido a Jesús para salvación? Si así ha sido ahora cambie su manera de pensar, desprograme su piloto automático y dejé que Jesús lo reprograme para su bien y bendición.
III. Cambiamos de identidad cuando nos vestimos de Jesús (vers. 24)
“y vestíos del nuevo hombre…”
El tercer paso de la renovación es una vez que me he despojado de lo viejo, que he reprogramado mis pensamientos; ahora desnudo, debo revestirme de algo nuevo y Pablo nos dice que debemos “…vestíos del nuevo hombre…” (vers. 24); ser cambiados no consiste solamente en fijarnos en lo negativo y desecharlo, quedando con un enorme vacío; sino que hay que llenarlo con algo mejor y más satisfactorio que es Jesús.