El poder de la oración

Muchos creen que Dios sólo actúa en emergencias, pero Dios no puede ser manipulado por el hombre. Él sabe que si sólo da y la persona sólo recibe, jamás existirá una relación íntima y significativa. Él desea nuestra entrega absoluta, de corazón sincero y llenos del Espíritu Santo.

El poder de la oración: ¿Estamos orando mal?

Miren lo que dice Santiago 4:3. A veces oramos mal, pidiendo lo que no nos hace falta; más bien, debemos buscar la voluntad de Dios y él contestará conforme a nuestra necesidad.

Una clave más para asegurarnos de recibir lo que pedimos está en Lucas 18:7-8. Es la insistencia, la perseverancia hasta que él actúe. Entonces si él no nos contesta pronto, evaluemos nuestra vida para saber si realmente estamos andando bien con el Señor y si estamos pidiendo lo correcto.

Además, la oración nunca sirve únicamente para pedir algo a Dios, debemos enfocar también la adoración, las acciones de gracias, el perdón de nuestros pecados y muchas otras cosas más.

De ahí que el apóstol Pablo nos da un desafío en 1 Tesalonicenses 5:7, al decir: “…Orad sin cesar…” En Romanos 12:12 también dice: “…Constantes en la oración…”

Por otro lado en Hebreos 4:16 leemos: “…Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro…”

El poder de la oración: Los grandes hombres de Dios (Mateo 6:5-15)

Tengamos siempre en mente a los grandes hombres de Dios, que fueron grandes por el poder de la oración, como es el caso de Daniel, David, Jesús y Pablo.

Muchas veces hablamos de conceptos, necesidades y responsabilidades, pero muy pocas veces de cómo llevarlo a cabo, cómo ponerlo en práctica. Decimos que es importante orar, porque la oración es algo vital, es lo prioritario, pero lo cierto es que no sabemos cómo desarrollar este precioso ministerio.

Podemos afirmar que un gran porcentaje de cristianos entran en su lugar de oración, buscando la presencia de Dios, pero no saben qué hacer ni qué decir. Oran en voz alta, pero como no están acostumbrados a oír su voz cuando están a solas, resulta en algo incómodo y este tiempo precioso de oración se termina.

Recuerdo que un hermano testificó diciendo que fue a su lugar secreto de oración y que oró por todas las cosas que pudo recordar, estuvo en oración hasta que sintió que había estado orando como una hora, entonces se levantó y al mirar el reloj, descubrió que solamente había pasado diez minutos.

Quizá es el caso de muchos, ¿Saben qué descubrí con eso? Muy contados cristianos pueden estar una hora completa en oración, sin interrupción, allí en la presencia de Dios.

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