El poder de la oración

Hermanos, si nosotros no estamos orando, no podemos profesar amar a Dios, porque amar demanda dedicación de tiempo. Amar envuelve la expresión de afectos y alabanzas a Dios, permitiendo que él consuma nuestro tiempo.

Quizá tomará algún tiempo desarrollar una verdadera relación de amor con Dios, pero puede ser una meta, porque hay que entender que ninguna cantidad de servicio puede tomar el lugar de oración.

• Anécdota de un niño que quiso pagar un día de sueldo a su padre para que pase con él todo el día.

Por propia experiencia sé que es más fácil predicar sobre la oración que orar, es más sencillo escribir sobre la oración que orar, es más simple hablar de la oración que orar. En síntesis, he encontrado que hacer cualquier cosa en mi vida cristiana me es más fácil que orar.

Esto nos da una pista: el diablo odia la oración con una intensidad increíble, ¿Por qué? Porque en la oración estamos en compañerismo con Dios y recibimos fortaleza de Dios. En la oración nuestros espíritus se unen en comunión y establecemos una relación de amor con Dios. En consecuencia, el diablo luchará contra nuestra vida de oración más que ninguna otra cosa.

Principios fundamentales de: El poder de la oración

1. La vida espiritual del creyente no crecerá ni estará por encima de su nivel de oración.

En otras palabras, en el mismo grado en que oremos estará nuestra vida espiritual. Quizá podremos tener momentos de avivamiento y consagración, pero después bajaremos al mismo nivel de nuestras oraciones.

2. Nuestro nivel de discipulado se equipara con nuestro nivel de oración.

Mucho se ha dado la impresión de que un discípulo de Jesús puede desarrollarse por medio de la lectura de un libro, tomando cursos por aquí y por allá, pero olvidándose de la vida de oración. Sin embargo, resulta que nuestro nivel de discipulado se equipara con nuestro nivel de oración.

3. La vida de oración de una iglesia es igual a la vida de oración de sus miembros.

¿Cómo puede una iglesia desarrollar un programa regular de oración entre gente que no ora, o que no le gusta orar? Podemos inventar métodos para orar, hacer cultos de oración, pero luego bajaremos al nivel de nuestras propias oraciones. Ningún programa de oración que la iglesia ofrece sustituye nuestra vida de oración personal.

4. Su visión de la oración determina la práctica de los principios bíblicos en su vida.

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