Gozo en la presencia de Dios
¿Por qué muchos de los que profesan ser cristianos no toman supremo placer en Dios? ¿Por qué no encuentran ellos gozo en Su presencia?
Últimamente, porque la mayoría de ellos son falsos conversos que todavía aman el mundo en sus corazones (si amamos el mundo o las cosas del mundo entonces el amor del Padre no está en nosotros 1 Juan 2:15). Pero otra razón es porque tantos cristianos andan en gran parte en la carne y no en el Espíritu.
Esta es la razón porque ellos apenas pueden orar más de diez minutos a la vez. Esta es la razón porque ellos no se deleitan en estudiar profundamente la Palabra de Dios. Esta es la razón porque ellos nunca pasan tiempo en la soledad meditando en y deleitándose en las cosas de Dios o adorando al Padre.
La carne dicta sus acciones y placeres.
La carne odia ser crucificada, odia pasar tiempo serio en oración buscando a Dios, odia la disciplina de estudiar diligentemente un antiguo Libro, odia todo espiritual. Y porque tantos cristianos todavía tienen una gran parte de la “carne” viva en ellos, es una gran lucha para ellos verdaderamente acercarse y buscar el rostro de Dios, es una lucha para ellos realmente disfrutar las cosas del Espíritu.
Pero cuando la carne está crucificada y el hombre interior, avivado por el Espíritu de Dios, está vivo y bien, y dirigiendo y dando poder al creyente, llega a ser una delicia.
Verdadera acercarnos a el por medio de la oración, llega a ser una delicia encontrar el alimento esencial en las profundas verdades de la Palabra de Dios. Llega a ser un clamor del corazón experimentar la presencia de Dios como una realidad diaria.
Por eso es que lo más que ores lo más que vas a querer orar. Lo más que estudies lo más que querrás estudiar. Cuándo el hombre-espíritu es fortalecido, comienza a dictar los deseos del corazón, y comienzas a disfrutarte de las cosas de Dios.
Cuando te disfrutas de Dios, y solo en El, El comienza a manifestar más y más de Su presencia en tu vida, y es sólo en Su presencia que la plenitud de gozo es hallada.
El Espíritu se deleita en las cosas de Dios mientras la carne se deleita en las cosas de este mundo. ¿Así que en cuál estas andando? ¿En cuál te deleitas? Estimado cristiano, la verdad es clara. Si siembras a la carne, de la carne segarás corrupción.
La mayoría de los cristianos pasan tanto tiempo alimentando la carne, comiendo, bebiendo, entreteniéndola, satisfaciéndola, aún con cosas “lícitas”, y sólo una minúscula cantidad de tiempo sembrando al Espíritu, ¿entonces cuál va a ser el más fuerte?
Si habitualmente y continuamente siembras al Espíritu, tu hombre espiritual será fuerte, y del Espíritu segarás la vida eterna. De hecho, no esperes cosechar tal vida eterna en el bendito Reino de Dios a menos que siembres al Espíritu y andes en el Espíritu regularmente (ve Romanos 8).