La poderosa mano de Dios

Hace varios años ya, yo decidí dócilmente tomarme de las manos del Señor dejándome llevar en el camino por él, confiado en sus designios, confiado en su bendición.

Tiempo hubo de rabietas y caprichos – lo confieso- donde sentí a Dios tomándome con fuerza de mi mano, por causa de mi terquedad, pero eso quedó atrás. ¿Y vos hermano/a? ¿Cómo andas por este tiempo caminando con el Señor? ¿Estás tomado de su mano dejándote ministrar, educar, guiar por su Santo Espíritu ó caminas meta berrinche?

Pensando en esto del significado de la mano de Dios, uno de los resultados de estar tomado de la mano de Dios dócilmente es la ausencia de ansiedad. El diccionario define a la ansiedad como la “preocupación o inquietud causadas por la inseguridad o el temor, que puede llevar a la angustia.

Otra acepción dice que la ansiedad es: un estado de agitación, de inquietud o zozobra del ánimo que aún puede manifestarse en taquicardias, sensación de falta de oxígeno y otras sensaciones más. Tomados de la mano poderosa de Dios se puede evitar toda ansiedad y caminar confiado, en templanza, con paz.

Uno de los atributos de Dios, es que él es todopoderoso y omnipresente. El Señor conoce el futuro; el Señor ya ha estado en tu futuro y tiene la promesa de Jeremías 29:11 para que hoy la tomes y estés en tranquilidad.

“…Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis…” Jeremías 29:11 (RVR1960)

“…Sé muy bien lo que tengo planeado para ustedes, dice el SEÑOR, son planes para su bienestar, no para su mal. Son planes de darles un futuro y una esperanza…” Jeremías 29:11 (PDT)

Dice la Escritura: “…Echa sobre el Señor tu carga y el te sostendrá. No dejará para siempre caído al justo…” Salmo 55:22

Deposita tus planes, entrega a Dios tus metas, sueños y cosas que anhelas te sucedan y espera en él, sabiendo que el Señor tiene cuidado de ti, y no te dejará hasta que haya hecho en ti todo lo que se propuso hacer – Génesis 28:15 (Jacob-Bethel)

No pretendas enseñarle a Dios como conducir tu vida y tu futuro. Declárate pueblo de su exclusiva propiedad y por tanto de su responsabilidad. (Deuteronomio 7:6).

Cálmate un poco. Relájate. Disfruta a Cristo como Señor de tu vida alguna vez. No intentes ayudar a Dios, no busques forzar las puertas cerradas delante de ti. Espera que Su mano abra las puertas por donde haz de transitar con Su respaldo.

En algunos creyentes, la ansiedad termina siendo un arma utilizada por el diablo mismo para devorarle, para apartarlo de la fe, alejarlo de la Iglesia. No le dés lugar al diablo; rehúsa someterte a su arma de ansiedad. Por el contrario, descansa en Dios y en el poder de su fuerza.

“…Te haré entender y te enseñaré el camino en que debés andar; sobre ti fijaré mis ojos…” Salmo 32:8; y el vers. 9 dice: “…no seas como el caballo o mulo terco, sin entendimiento, que han de ser sujetados con rienda y freno…”, para que Dios evite que te estrelles contra el paredón. La mano de Dios calma la ansiedad.

El que se toma de la mano de Dios

Volviendo al pasaje de 1 Pedro 5:5-7, que el que se toma de la mano de Dios será exaltado, será promovido, pero el que se suelta de su mano, caminando en su propio orgullo será resistido.

1 comentario en «La poderosa mano de Dios»

Deja un comentario