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El peso de la oración

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Predicas Cristianas

Predicas cristianas predica de hoy: El peso de la oración

Predicas cristianas lectura bíblica de hoy: 1 Samuel 1-20

Introducción

1 Hubo un varón de Ramataim de Zofim, del monte de Efraín, que se llamaba Elcana hijo de Jeroham, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efrateo. 2 Y tenía él dos mujeres; el nombre de una era Ana, y el de la otra, Penina. Y Penina tenía hijos, mas Ana no los tenía. 3 Y todos los años aquel varón subía de su ciudad para adorar y para ofrecer sacrificios a Jehová de los ejércitos en Silo, donde estaban dos hijos de Elí, Ofni y Finees, sacerdotes de Jehová. 4 Y cuando llegaba el día en que Elcana ofrecía sacrificio, daba a Penina su mujer, a todos sus hijos y a todas sus hijas, a cada uno su parte. 5 Pero a Ana daba una parte escogida; porque amaba a Ana, aunque Jehová no le había concedido tener hijos.

No hay nadie en este mundo que algún momento de su vida no pase por circunstancias difíciles.

Incluso el Señor Jesús siendo el hijo de Dios cuando estuvo en su condición humana enfrentó a circunstancias muy difíciles en donde expresó palabras como estas: mi alma está muy triste hasta la muerte. Cuando estaba a punto de ser entregado

Todos hemos experimentado la necesidad de tener un familiar enfermo, o en la cárcel, un esposo o una esposa que te dejo de amar y se quiere divorciar de ti, un hijo perdido en las drogas o el alcoholismo, en la prostitución o en el homosexualismo, un esposo alcohólico, la extrema pobreza, la esterilidad como ana o simplemente la soledad, la tristeza, o la depresión.

Pero todo tiene un propósito divino porque a los que amamos a Dios todas las cosas nos ayudan para bien.

6 Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola, porque Jehová no le había concedido tener hijos. 7 Así hacía cada año; cuando subía a la casa de Jehová, la irritaba así; por lo cual Ana lloraba, y no comía.

Ana tenía el amor de su esposo como quizás nosotros lo tenemos de nuestros familiares pero ana necesitaba algo mas.

Cada año era lo mismo su rival irritándola ella era la amada por su esposo era la amada de Dios pero cargaba con la pena de no poder tener hijos

8 Y Elcana su marido le dijo: Ana, ¿por qué lloras? ¿por qué no comes? ¿y por qué está afligido tu corazón? ¿No te soy yo mejor que diez hijos?

Elcana amaba a Ana, temía a Dios, pero quizás ya se había resignado a la idea de que ana no le diera hijos pues claro el ya tenia hijos por otro lado.

Pero esto le sirvió a Ana para darse cuenta de solo Dios la podía ayudar.

9 Y se levantó Ana después que hubo comido y bebido en Silo; y mientras el sacerdote Elí estaba sentado en una silla junto a un pilar del templo de Jehová, 10 ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente. 11 E hizo voto, diciendo: Jehová de los ejércitos, si te dignares mirar a la aflicción de tu sierva, y te acordares de mí, y no te olvidares de tu sierva, sino que dieres a tu sierva un hijo varón, yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.

Después de varios años Ana se canso de vivir siendo la estéril y fue cuando verdadera mente sintió la necesidad y dijo mi esposo me ama yo lo amo, amo al Señor pero esto tiene que cambiar.

Quizás ya se han resignado a vivir así o prefieren evadir la realidad cada día, o ya perdiste la esperanza de ver un milagro en tu vida en tu familia , en tu familia, en tu matrimonio , pero yo vengo a decirte este día que todavía se puede, que el mismo Dios que se acordó de Ana se va acordar de ti, que no importa cuanto tiempo allá pasado Dios puede obrar todavía, solo hace falta una oración de pese delante de la presencia del Señor.

12 Mientras ella oraba largamente delante de Jehová, Elí estaba observando la boca de ella.13 Pero Ana hablaba en su corazón, y solamente se movían sus labios, y su voz no se oía; y Elí la tuvo por ebria. 14 Entonces le dijo Elí: ¿Hasta cuándo estarás ebria? Digiere tu vino. 15 Y Ana le respondió diciendo: No, señor mío; yo soy una mujer atribulada de espíritu; no he bebido vino ni sidra, sino que he derramado mi alma delante de Jehová. 16 No tengas a tu sierva por una mujer impía; porque por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he hablado hasta ahora. 17 Elí respondió y dijo: Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho.

Tal vez las personas no te puedan entender la necesidad que tienes o la manera de orar a Dios, quizás te tachen de exagerado, de loco, de fanático, pero tu no le horas a las personas le oras a un Dios de amor que te entiende porque horas así y que es el único que no te va a criticar y que si te va a poder ayudar.

18 Y ella dijo: Halle tu sierva gracia delante de tus ojos. Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste. (La paz de saber que Dios te escucho y que todo esta en sus manos hizo que ana tuviera apetito y no estuviera mas triste.) 19 Y levantándose de mañana, adoraron delante de Jehová, y volvieron y fueron a su casa en Ramá. Y Elcana se llegó a Ana su mujer, y Jehová se acordó de ella.

Dios no olvida una oración que se siente en el corazón.

20 Aconteció que al cumplirse el tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová.

Ana oro a Jehová y Dios desgarrando su alma con amargura con llanto y moco, el clamor que no se siente no es clamor.
Ana hizo voto de entregar a su hijo primogénito a Jehová.

¿Qué estas dispuesto a hacer tu para ver cumplida necesidad?

(Testimonio)

LLAMADO:

El peso de una oración.

Una mujer pobremente vestida, con rostro de tristeza, entró a una tienda. se acercó al dueño de la tienda y, de manera muy humilde, le preguntó si podía darle algunas cosas a crédito. Con voz suave le explicó que su esposo estaba muy enfermo y no podía trabajar; tenían siete niños y necesitaban comida. El dueño muy airado le gritó y le pidió que abandonara su tienda.

Viendo la necesidad que estaba pasando su familia la mujer insistió: “¡Por favor señor! Se lo pagaré tan pronto como pueda”.

El dueño le dijo que no podía darle crédito que se fuera de su tienda. Crca del mostrador se encontraba un cliente que escuchó la conversación entre el dueño de la tienda y la mujer. El cliente se acercó y le dijo al dueño de la tienda señor yo me haré cargo de lo que la mujer necesite para su familia.

El dueño, de una manera muy tosca, preguntó a la mujer: Tiene usted una lista de compra?” La mujer dijo: “Si señor”. “Está bien,” dijo el dueño en tono de burla, “ponga su lista en la balanza y lo que pese su lista, le daré yo en comestibles”.

La mujer titubeó por un momento y sintió la burla de este hombre, pero de pronto buscó en su cartera un pedazo de papel y escribió algo en él. Puso el pedazo de papel en la balanza mientras la observaba el dueño de la tienda. Y de repente los ojos del dueño y el cliente se llenaron de asombro cuando la balanza se fue hasta lo mas bajo y se quedó así.

El dueño entonces, sin dejar de mirar la balanza y de mala gana, dijo: “¡No lo puedo creer!”. El cliente sonrió y el dueño comenzó a poner comestibles al otro lado de la balanza. La balanza no se movió por lo que continuó poniendo más y más comestibles hasta que no aguantó más.

El dueño se quedó allí parado con gran disgusto. Finalmente, agarró el pedazo de papel y lo miró con mucho más asombro…. ¿Y que creen que era? No era una lista de compra, sino una era una oración que decía: Querido Señor, tú conoces mis necesidades y yo voy a dejar esto en tus manos”. El dueño de la tienda le dio los comestibles que había reunido y quedó allí en silencio.

La mujer les agradeció a ambos y les dijo Dios los bendiga y abandonó la tienda.

Cuando el cliente pregunto cuanto era el importe por la gran cantidad de productos que se había llevado la mujer, el dueño de la tienda con lagrimas en los ojos le dijo no es nada, porque solo Dios sabe cuanto pesa una oración. La oración no tiene costo pero sí muchas recompensas.

La Biblia esta llena de oraciones:

Jabes oro por bendición allá en el libro de las 1 Crónicas 4:10 y Dios le concedió lo que pidió
Ana oro por un hijo en 1 Samuel 1 :11 y Dios le concedió un hijo.
Exequias oro por sanidad después de que se le había profetizado la muerte y Dios lo sano en Isaías 38:1-5
Salomón oro por sabiduría y fue uno de los hombres mas sabios de la historia.
Elías por la resurrección del hijo de la viuda y resucito.
El mismo Elías sobre el triunfo sobre baal y Dios le dio el triunfo.
Eliseo por la vista para su ciervo.
Josafat por protección.
Daniel por revelación.
David por justicia.
Jonás por liberación.
Un leproso a Jesús por sanidad.
Jesús por Lázaro.
Jesús por la vida de sus discípulos.
Jesús por hacer la voluntad de su Padre.
Y por último la oración más corta pero más importante que Jesús hizo por ti y por mi en las cruz del calvario: Padre perdónalos porque no saben lo que hacen.

¿Cuál es tu oración?

© Jorge Antonio Uscanga Torres. Todos los derechos reservados.

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