La costilla de Adán

b. “…y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas…” vers. 21.

Si consideramos la muerte como un sueño, entonces tendríamos que traducir el texto, diciendo: “mientras este moría tomó una de sus costillas”. Pensemos un poco en esta figura. Imagínese a Dios como el “cirujano eterno” extrayendo de Adán, su más incomparable criatura, una de sus costillas para hacer un ser parecido a él.

En Génesis 2:18-24 y Efesios 5:22-32 encontramos dos mujeres, y si bien es cierto que el contexto nos habla del matrimonio, Pablo nos va a decir que “grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”.

Hay un “matrimonio” que Dios comenzó a preparar entre su Hijo y la iglesia antes de la fundación del mundo. La iglesia es la Eva de Génesis 2. Así que como Eva fue formada de la costilla de Adán, de igual manera la Iglesia fue extraída de la costilla de Cristo.

No en vano nos dice el texto que un soldado traspasó su costado para verificar su muerte. La muerte de Jesús marcaría el inicio de la iglesia que fue concebida en la eternidad. La costilla se hizo mujer y la mujer se hizo iglesia.

c. “… y cerró la carne en su lugar” vers. 21c.

La historia de la creación es hermosa por donde quiera que la veamos. La nota distintiva que surge como una dulce melodía en los dos primeros capítulos del Génesis, nos dice: “Y vio Dios que era bueno en gran manera”. Y curiosamente la creación de Dios se completó cuando el texto que estamos analizando nos dice que “cerró la carne en su lugar”.

¿Hay algún significado en esto? ¿Por qué toda la creación es completada cuando Dios cierra la carne de Adán después que extrajo la costilla?

Sin querer hacer una interpretación forzada del texto, sino más bien siguiendo el aspecto tipológico de Eva como figura de la iglesia, pudiéramos decir que la iglesia es lo más grande que Dios creo y al final de los tiempos será ella la que vivirá por siempre con el Señor después de las Bodas del Cordero.

Lo que aquí estoy diciendo tiene su respaldo en lo que Pablo nos ha dicho: “Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella…”.

III. EL DESPERTAR DE ADÁN TIPIFICA LA RESURRECCIÓN DE CRISTO POR SU IGLESIA

a. Viendo a la novia ataviada (Génesis 2:22).

¿Puede imaginarse la reacción de Adán cuando despertó del sueño? Descubrió a alguien que sentía como él, que hablaba como él, que sonreía como él y que comía como él. Adán se dio cuenta lo que Dios había hecho de su costilla, por eso en su exclamación dijo: “Esto es carne de mi carne y hueso de mis huesos”.

Ahora Dios como su Padre se la ha traído. Pero también Dios como su Padre los unió en matrimonio. Yo no se como ve usted esta escena, pero saber que Dios mismo efectuó aquel matrimonio tuvo que ser simplemente glorioso.

Ahora vea el otro cuadro, cuando Cristo resucitó llegó a ser las primicias de los que habían dormidos según el apóstol Pablo (1 Corintios 15:20). Dios también le presentó a su Novia ataviada. Pablo va a describir cómo la muerte y resurrección de Cristo tuvo que ver con la iglesia según Efesio 5:25-27.

Así es la visión de Cristo por su iglesia, como fue la visión que tuvo Adán también de su esposa Eva. La santidad de Eva sin pecado tipifica a la iglesia por la que Cristo murió y se la presentó a sí misma. Eva es figura de la Novia ataviada, la iglesia.

b. Viviendo con la esposa en el paraíso (Génesis 2:25).

El cuadro de Adán y Eva viviendo en el paraíso antes de pecar es sumamente significativo. Era un estado de absoluta santidad. Observe cómo este último versículo nos muestra al paraíso del cual es la figura del cielo donde no reina el pecado. La frase “y estaban ambos desnudos y no se avergonzaban” es un claro reflejo de aquel estado donde el pecado no había hecho su presencia.

Cuando uno ve el paralelismo de este paraíso y el que luego se nos revela en Apocalipsis uno puede ver como Adán y Eva en ese estado tipifican a Cristo y a la iglesia. 

Ese estado de inocencia y santidad total va a ser presentado después cuando Dios el Padre entrega a la Novia (la iglesia) en las Bodas del Cordero en el Paraíso celestial. Adán y Eva llegaron a ser uno y así comenzó en el nacimiento de la humanidad.

En la nueva creación, Cristo se casará con la iglesia y será su esposo universal y eterno, y así como comenzó la humanidad a través de un matrimonio santificado por Dios, también sucederá que la Nueva Jerusalén, que es realmente la iglesia del Señor, descenderá con Cristo y así él vivirá con la Esposa por los siglos de los siglos sin fin. Así Eva es un tipo de la iglesia.

CONCLUSIÓN:

Pablo capturó la esencia de esta tipología entre Adán como figura de Cristo y Eva como figura de la iglesia, cuando nos dejó este extraordinario pasaje bíblico de Efesios 5:25-32. Y el “misterio” del cual habla Pablo en el último versículo fue revelado.

La costilla de Adán de donde el Señor extrajo a Eva es la figura a través de la cual Dios trajo también a la iglesia cuando fue sacada del costado de nuestro Cristo crucificado, cuyo propósito final es para santificarla y purificarla a través de la palabra.

Así fue creada Eva para Adán al principio. Ella vivió en un estado sin pecado hasta que apareció el pecado en el paraíso. Por lo tanto la santidad tiene que ser entonces la esencia de la iglesia.

Jesús desea que su iglesia haga muchas cosas, pero por encima de todas es que ella sepa que la santidad fue la razón de su muerte. He allí el tipo y el antitipo. Que seamos, pues, la Novia vestida de blanca, ataviada para su marido. Amén.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA

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