El orgullo

Quiere dejar la imagen que conoce todos los secretos de la vida, el amor, el sexo, etc.

¿Conoces a alguien sabio en su propia opinión? Hay más esperanza del necio que de él” (Proverbios 26:12).

INVULNERABILIDAD

Siempre da la imagen de ser alguien imbatible e invencible. Aunque se esté muriendo por dentro, nunca se mostrará débil impotente o necesitado ante los demás, minimiza cualquier aflicción o dolor que esté soportando, pierde así la oportunidad de ser ayudado. A quienes le rodean el soberbio les da la impresión de que nunca necesita de nada ni de nadie.

“El orgulloso nunca pide consejos”, “Jamás pierde una discusión”, “Nunca pide perdón. Para él sería una terrible humillación y lo considera una muestra de debilidad”

Alguien dijo que: “Los cementerios están llenos de personas que creían que sin ellos el mundo no podría andar”

ORGULLO DEMANDA Y EXIGE PERMANENTEMENTE

Un espíritu orgulloso es un espíritu exigente, nos referimos a que de una manera intensa y tenaz reclama y demanda atención, respeto, privilegios, felicidad, derechos.

Exige y Demanda que: “sus hijos cumplan con sus propias expectativas”, “los vecinos sean como él quiere que sean”, “el conflicto se solucione de la manera que el espera”, “aquello que tanto le molesta desaparezca de inmediato”, “que su dolor se termine ¡YA!”, “que se sus planes y sueños se hagan realidad en tiempo y forma como él desea”, “quienes le rodean se amolden a sus gustos”, es decir, espera que todo el universo cumpla sus deseos y expectativas, que todo y todos se adecuen a sus demandas, todos tenemos derechos y obligaciones pero debido a su óptica deformada, el orgulloso SOLO SABE DE DERECHOS Y DESCONOCE SOBRE OBLIGACIONES.

Por tal motivo una persona orgullosa fácilmente se convierte en una persona CONTROLADORA, que termina manejando a los demás. Está tan obsesionada con que todos sean como él quiere que sean, que tiende a dominar a quienes les rodean, los anula reprimiendo toda naturalidad y espontaneidad, ante su presencia nadie tiene el derecho de ser como es, el orgulloso se cree con el derecho absoluto de imponer su propio estilo y opiniones.

No solo le arruina la vida a los demás, ya que esa sed intensa de exigir demandar y reclamar todo a todos le arruina la vida a él mismo, ya que en realidad nada le satisface, hace que nunca quede conforme.

Conclusión

Dios aborrece a los orgullosos (Proverbios 16.5) y los resiste (Santiago 4.6). El orgulloso terminará mal. (Proverbios 16.18). Aprendamos de Jesús (Mateo 11:29). Dios nos libre y quebrante para no caer en este sutil pecado.

© Danny Totocayo. Todos los derechos reservados.

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