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La sangre en el dintel

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: La sangre en el dintel

Predicas Cristianas Lectura Bíblica de Hoy: Éxodo 12:1-13, 23, 46

INTRODUCCIÓN:

¿Sabía usted que Dios tiene ángeles para todos sus propósitos? ¿Había oído hablar del “ángel de la muerte?”. Pues en el pasaje de hoy este ángel cumplirá la función de herir a todos los primogénitos de los egipcios, incluyendo los animales hasta el primogénito del faraón.

Este acontecimiento previo dio lugar a lo que hasta el día de hoy se conoce como la pascua, la ordenanza más importante para Israel.

¿Qué se le recomendó a Israel que hiciera antes que llegara la noche fatídica y el ángel comenzará la matanza egipcia? En cada casa hebrea había que sacrificar un cordero y después poner su sangre en el dintel de las casas, pero observe que no era cualquier cordero.

Ese animal debía ser sin defecto y ninguno de sus huesos debería ser quebrado (Éxodo 12:46). Se dará cuenta que todos estos requisitos se cumplirían con Cristo de acuerdo a Juan 19:33 -36.

Así que el significado de aquella primera pascua y la manera cómo debería recordarse, se convertía en un auténtico tipo de Cristo. Isaías había profetizado también el cumplimiento de ese tipo cuando dijo que Cristo fue llevado como cordero al matadero (Isaías 53). Varias cosas hacían notorio el cumplimiento de ese tipo. Primero está el cordero que iba a ser sacrificado.

El Nuevo Testamento abunda en una variedad de textos que refieren a Cristo como el Cordero de Dios. Juan el Bautista fue el que primero le otorgó ese nombre. Después leeríamos que él es el “Cordero de Dios inmolado antes que el mundo fuese”.

En el pasaje que tenemos para hoy leemos que la sangre debería ser puesta en el dintel de las casas como señal para que el ángel no la destruyera. Veamos cómo aquella señal o tipo se cumplió en Cristo como el antitipo.

I. LA SANGRE EN EL DINTEL ES UNA SEÑAL QUE EL DESTRUCTOR DE LA VIDA PASARÁ DE LARGO

a. “Y la sangre os será por señal en las casas…” vers. 13ª.

Si usted no sabía lo que es un tipo o símbolo de la Sangre de Jesucristo tiene que conocer éste. Lo que sucedió aquella noche previa antes que Israel saliera como un pueblo libre de Egipto es una señal inequívoca de la futura Sangre de Cristo.

Observe lo siguiente. No fue una casualidad que Cristo escogiera para morir exactamente cuando los judíos celebraban la pascua, incluyendo la hora del sacrificio que era alrededor de las tres de la tarde.

Aquel día antes que Cristo fuera crucificado, los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos” (Mateo 26:17-18).

Los discípulos en obediencia al mandato del Maestro fueron a la casa, previamente escogida por Jesús, y prepararon la cena de la pascua. ¿Qué sucedió aquella noche? Bueno esa noche se instituyó la cena del Señor. Pablo dirá después que la pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada (1 Corintios 5:7).

b. “Veré la sangre y pasaré de vosotros” vers. 13b.

Aquella noche tuvo que ser la más terrible de todas las que vivió Egipto e Israel. Y aunque las tinieblas de la noche habían cubierto a todas las casas, el ángel destructor podía ver perfectamente la señal en los dos postes y en el dintel de las casas.

La señal de la sangre era inequívoca. En la medida que el ángel pasaba por las calles iba observando los hogares que quedarían a salvo de su arma mortal. “Veré la sangre” era la parte distintiva para que el destructor de la vida pasara de largo.

Este es un hecho muy significativo. Más adelante se cantará que hay poder en la sangre. Aquella era una señal poderosa, de respeto y de previsión. El verdadero concepto de la pascua es este: ver y pasar de largo. La palabra “pascua” significa “pasar”. He aquí el tipo.

La sangre era la señal, lo que vino después fue su cumplimiento. Jesucristo derramó su sangre para que todo aquel que en él crea no se pierda sino que tenga vida eterna. Bien se puede decir que un día el destructor vendrá también, pero al ver la sangre de Cristo en nuestros corazones pasará de largo.

II. LA SANGRE EN EL DINTEL ES UNA SEÑAL DEL MÁS GRANDE AMOR DE DIOS POR SUS HIJOS

a. Dios hace diferencia entre egipcios e israelitas (Éxodo 11:7).

La sangre como una señal dejó en el corazón de cada israelita la magnitud del amor de Dios por cada uno de ellos. Aquella noche de la muerte de los primogénitos todo Israel supo la diferencia entre el amor de él por este pueblo de las promesas y por los egipcios, la nación que le esclavizó por todo ese tiempo.

Al principio Egipto lucía imponente con su yugo esclavizador y el pobre Israel simplemente sentía el dolor del látigo que doblegaba su honor y su honra.

La razón por la que Dios hizo esta distinción entre su pueblo y los que no lo son tiene propósitos eternos más que verse como una distinción caprichosa. La señal en el dintel nos recuerda “cuanto amor nos ha dado el Padre que seamos llamados hijos de Dios”. La diferencia que Dios hizo aquella noche la sigue haciendo hasta el día de hoy.

Egipto es un tipo del mundo sin Dios, del inconverso que vive a espaldas de él, mientras que Israel representa a los hijos de Dios que llevan consigo mismo la señal de su salvación en sus vidas y por tal razón el Dios de la elección eterna, los ama también con amor eterno.

b. “… si no por cuanto os amó…” (Deuteronomio. 4:37).

El Señor deja claro en este texto que la razón de la escogencia divina de Israel no se debió a una preferencia caprichosa y exclusiva donde ellos aparezcan como más importantes que el resto de los demás pueblos en la tierra o por ser uno de los más insignificantes de todos los pueblos. Lo hizo por su gran amor para con ellos y su determinación de cumplir con la promesa hecha a sus antepasados.

La muerte del cordero de la pascua fue por el amor de Dios por todos ellos. Fue la muerte de la preservación. Juan 3:16 es el cumplimiento de lo que fue la instauración de la pascua.

La muerte de Cristo fue hecha para una separación eterna. Su amor entregado en la cruz como el cordero escogido por Dios puso en evidencia lo que sucedió entre Egipto e Israel.

Si Cristo no hubiera muerto todos estuviéramos condenados, pero por cuanto él murió y su sangre fue puesta como señal, no en el dintel de las casas, sino en el dintel de la cruz, ahora podemos ser salvos de su ira. El amor de Dios hace posible una salvación eterna en lugar de una condenación eterna.

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