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El problema, no es el problema

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: El problema, no es el problema

Predica Cristiana Lectura Bíblica de Hoy: 2ª de Reyes 5:1-14

Introducción:

Hay varios personajes en esta historia: El primero es Naamán, capitán del ejército del rey de Siria, un hombre famoso en su tierra, de mucha confianza del rey, además era valeroso, pero tenía un problema y era la lepra; ésta en aquel entonces era como es el Sida hoy en día, una enfermedad incurable.

1. La esclava que tiene Fe

En esta historia hay una joven, una esclava, en alguna incursión que los sirios hicieron para el lado de Israel tomaron cautiva a una chica y se la llevaron; ella terminó siendo sierva de la esposa del general, era una joven que amaba a Dios y era temerosa de Él, no es la primera vez que un hijo de Dios, que le ama, va a parar a un lugar que ni se imagina ni espera.

Esta chica tiene una idea respecto de la enfermedad del capitán, ella no es una mujer poderosa, no es importante, es simplemente una sierva en la casa del capitán pero es una hija de Dios y un hijo de Dios es bendición en cualquier lugar que esté.

Si tú eres un hijo o una hija de Dios en el lugar en que estás tiene que haber bendición no solamente para ti sino que también deben ser bendecidos los que te rodean, porque Dios no te bendice solamente para que seas bendito, sino para que seas de bendición.

El anhelo de Dios es que la bendición salga por tus poros, que cuando haya alguna situación dada en la que todos opinan y piensan y cada uno da su parecer, tú manifiestes el parecer de Dios.

Él necesita a alguien que hable de su parte, el mundo y los que viven circunstancias difíciles necesitan a alguien que tenga en su boca palabra de Dios. ¡Tú tienes que ser una persona que tenga palabra de Dios!

Esta jovencita dijo: En mi tierra hay un profeta y si el general fuera y le rogase al profeta, él lo sanaría, la niña no podía hacer otra cosa, sólo dijo lo que había en su corazón, ella tenía Fe, la lógica es que la lepra no se sana, es una enfermedad que acompaña a una persona hasta la muerte, al capitán y a su esposa les llamó la atención lo que había dicho esta chica.

Ahora, el capitán tuvo que ir al rey y decirle: Me he enterado que en Israel hay un profeta que sana la lepra, el rey no lo manda directamente al profeta sino al rey de Israel, tomándolo como un asunto protocolar, entonces le escribe una carta diciéndole: Quiero que sepas cuando llegue esta carta a ti, que te he enviado a mi siervo Naamán para que lo sanes de la lepra.

El rey de Israel se agarra la cabeza y se lamenta: ¿Soy yo Dios? Aquí tenemos otra perspectiva del problema; la joven creyente y sierva tiene Fe en tanto que el rey grandullón dice: Mira la carta que éste me manda, me está provocando ¿Soy yo Dios que mate y de vida? Se rasgó los vestidos porque pensó que el otro lo atacaría si no sanaba a su capitán de la lepra y decía: ¿Qué puedo hacer yo? No puedo hacer nada.

Son diferentes personajes que aparecen alrededor del general: Una joven sencilla que declara: ¡Dios puede sanarlo! y un rey grandullón que dice: ¿Y ahora qué hago?

Éste rey piensa sólo en él, no en el general que tiene lepra, ni se le pasa por la cabeza que hay un Dios; teme que se le arme una guerra, señala que el otro lo está provocando, que cuando devuelva al general sin haberlo sanado, de seguro vendrá el ejército de Siria a atacarlos.

2. La certeza del profeta Eliseo

Y luego aparece el tercer personaje: El profeta Eliseo, dice la Biblia que Eliseo el profeta se enteró que el rey había rasgado sus vestidos; éste, evidentemente no contaba con Dios, yo te pregunto: ¿Tú cuentas con Dios en tus circunstancias? Cuando vienen los problemas es fácil olvidarse que hay Dios; eso sucede porque no estamos cerca de Él.

Cuando uno no lo tiene muy presente a Dios es muy fácil echar mano a soluciones humanas, a razonamientos humanos; cuando una persona está llena de preocupaciones no está contando con Dios, las preocupaciones le turban, no le dejan pensar que Dios está atento a su necesidad, las muchas ocupaciones no te permiten pensar en el recurso de Dios porque éstas mantienen tu mente muy activa en lo natural, en las circunstancias, en los argumentos.

Por eso es necesario tener paz, es necesario saber entregarle las cargas a Dios para poder descansar en Él, se ve que el rey estaba envuelto en los problemas del reino, no tenía tiempo para Dios, no le daba el tiempo para pensar en Dios ni para contar con Él, pero Dios debería ser el primer recurso de cada uno de nuestros problemas.

Eliseo le manda a decir al rey: Venga ahora a mí, y sabrá que hay profeta en Israel, el profeta tiene relación con Dios, no sabemos cómo pero él sí sabe que Dios quiere sanar a ese general, tiene certeza de que Dios va a obrar, en ese momento se estaba dando una confrontación de dioses, los dioses de Siria no son el Dios de Israel y estaba por verse que el Dios de Israel era el verdadero y único Dios.

Entonces el rey de Israel manda a Naamán en una comitiva a la casa del profeta; cuando llegan, el capitán se queda con su comitiva sobre su caballo y espera que Eliseo salga a hacerle reverencia, pero el profeta no sale y le manda a decir por medio de su ayudante que se zambulla siete veces en el río Jordán ¡No salió a verlo!

Tal vez te has puesto a pensar cómo es que Dios te iba a sacar de algún problema, pero: ¿Dios hizo como pensaste? La lógica tuya no es la de Dios, el capitán dijo: Yo pensé que iba a salir, que iba a invocar a su Dios, que levantaría la mano, que tocaría la lepra y ésta sanaría, Naamán estaba pensando cómo Dios iba a actuar pero Dios actúa de la manera que a Él le parece y no como te parece a ti.

Dios quería derribar el orgullo del capitán y que ese orgullo se transformara en Fe, Naamán se salvó gracias a otros siervos, el decía: Si allá están los ríos Abana y Farfar que son más limpios que el Jordán ¿Por qué no me puedo bañar ahí? Pero Dios mandó a que se lave en el Jordán, que le cuesta obedecer lo que Dios le dijo.

Vea usted, el que tiene Fe, razona menos y cree más, fíjate, primero fue la Fe de la esclava y luego fue la Fe de los criados del general, el rey de Israel no tenía Fe, el general estaba enojado, no tenía lugar para la Fe, pero había dos o quizás tres personas sencillas que si tenían Fe.

Al final Naamán fue al río Jordán y se lavó siete veces, me imagino toda la comitiva del capitán mirándolo, él se tira la primera vez en el río, sale, se mira, y la lepra sigue ahí, mientras piensa, trágame tierra, estoy pasando vergüenza acá, todos estaban expectantes, había un montón de soldados observando todo, se sumerge la segunda vez, tú me dirás: Bueno, se iría limpiando de a poquito la lepra ¡Pero nada!

Estaba igual, va la tercera vez y piensa: No quiero ni aparecer, sale del agua y nada, se zambulle la cuarta, la quinta, la sexta, qué vergüenza, me queda la última, y se zambulle la séptima vez, dice la Biblia que cuando salió del agua tenía la piel como de un niño.

De pronto la lepra se fue y la piel se sanó, fíjate que Dios bendijo a ese general, no porque él mismo tenía Fe sino porque por un instante decidió obedecer a alguien que si tenía Fe.

Si hay algo que quiero es tener Fe, yo soy un hombre, de pensar mucho, de querer entender, pero me di cuenta que los grandes logros que he tenido en mi vida fueron por la Fe.

Yo quisiera ser un poco más como esa sierva o como esos criados de Naamán, contar menos con mi cabeza, con mis pensamientos e ideas y contar más con Dios, porque al fin y al cabo, las grandes cosas que tienen que suceder en el mundo las tiene que hacer Dios.

Una cosa es escuchar a un predicador y otra es ser limpio de pecado, porque, por mucho que hable el predicador no puede limpiarte los pecados; pero Dios, en un instante puede limpiarte, la sangre de Cristo te limpia de todo pecado en un instante y para ello no se necesitan muchos argumentos, ¡se necesita Fe! La vida eterna se gesta en un instante, por la Fe.

Eres una persona como cualquier otra que si se muere, en un instante se va al infierno, entra en una total y absoluta condenación eterna; pero si en un instante pone su Fe en Jesucristo se produce el milagro de la vida eterna, después de todo, las cosas importantes que tienen que suceder las tiene que hacer Dios, no podemos hacerlas nosotros y esto no depende de argumentos, sino de Fe.

3. ¿Qué es lo que crees que tiene que suceder en tu vida?

¿Qué necesitas que Dios haga? Lo más importante que tiene que sucederte, ocurrirá por la Fe en Jesucristo, el tener presente que Dios está, que Él vive y me ama, que camina conmigo, me ayuda a buscarlo como mi primer recurso en cualquier circunstancia, y esa actitud abre camino para que Él intervenga haciendo lo que quiere hacer.

Si tu vida ha de ser como la de Eliseo, una vida de poder, de certeza, de Fe, una vida en la que tú sabes lo qué sucederá, que sabes lo que Dios hará, entonces Él tendrá que estar muy presente en tu vida.

Debes darle más tiempo, más lugar a Dios, debes dialogar más con Él acerca de las cosas que te suceden, y los problemas que tienes, tenemos que aprender a esperar en Dios, tenemos que aprender a tener expectativas en Dios.

¿Qué hubiera pasado si los siervos de Naamán no hubieran insistido en que se lave en el río? Otra cosa que tiene la Fe es que se manifiesta en cuestiones tan sencillas que parecen no tener sentido, la Fe es muy sencilla, por eso Jesús dijo que teníamos que volvernos como niños, ellos confían en los mayores.

Pero el Padre del cielo no se agota, no se cansa, no se debilita, mi papá de aquí abajo ya no está pero el de arriba sigue conmigo, sigue también con mi descendencia, en última instancia el problema no es la lepra, no es un tumor, en última instancia el problema no es un quebranto económico, el problema serio es, si no tengo a Dios.

No tengo que hacerme drama porque el problema es grande o chico, porque aunque sea grande o chico tu problema, para Dios no hay nada difícil.

Para Dios no hay nada imposible, yo no sé qué estás viviendo, pero sé que si Naamán fue sano de su lepra tú puedes ser libre de cualquier cosa que estés viviendo, si es que puedes creer en Dios, si puedes confiar y poner tu esperanza en Él.

No es que Dios no ignora tus problemas, es que tú ignoras al Dios que puede solucionar tus problemas, no es que Dios no quiere intervenir, es que tú no lo dejas intervenir a Él porque tienes las riendas de tu vida y entonces no vives una vida sencilla de Fe, una vida con expectativas de ver qué es lo que Dios hará en tu vida.

A mí me encanta tener expectativas de qué va a hacer Dios, pero después le digo: Señor, si después no lo quieres hacer no me importa, no tengo problemas, si me lo quieres dar, me los das y si no, yo soy feliz contigo igual.

Con Dios se vive bien, se vive en bendición y en abundancia, no se necesita vivir angustiado, no tiene sentido que siendo cristianos tengamos que vivir entristecidos, amargados, angustiados o preocupados.

Tenemos un Dios amoroso que nos ama y tiene poder para intervenir cuando nosotros le damos lugar, Dios no interviene en la vida de aquellos que no le dan lugar, pero si hay alguien que le da lugar en su corazón, entonces interviene, Dios interviene en tu matrimonio, en la crianza de tus hijos, en tu economía, ¡en todo!

Estuve leyendo acerca de una viuda, esposa de un profeta que quedó sin nada, sólo con sus hijos, el esposo murió y vinieron unos acreedores queriéndose cobrar una deuda, el profeta le ordena: Consigue vasijas, no pocas, el profeta Eliseo le dijo que echara del aceite que tenía en cada vasija.

Dios hace las cosas sencillas, Él saca aceitunas de donde no hay, Dios hace de la nada, todo; hace de lo poco, mucho, Dios hace de las tinieblas, luz.

La Biblia nos enseña que en el principio todo estaba oscuro y desordenado y dijo Dios: Sea la luz ¿Qué necesita Dios para hacer algo? Nada, porque Él es la fuente de todo.

Dios puede hacer de las tinieblas, luz y del caos hace el orden, de la nada puede hacer todo, de lo poco puede hacer mucho y de lo que no es hace lo que es ¡Dios sustenta todo!

Vivir teniendo presente que Dios es mi Padre es una vida que vale la pena ser vivida, no sé qué es lo que estás esperando que pase en tu vida, no sé qué es lo que te está preocupando, pero ésta es la hora en la que tienes que entregarle a Dios tu preocupación, no puedes vivir así, entrégale a Dios tu carga, pídele que haga el milagro que estás necesitando.

No sé qué milagro es, pero sé que Dios quiere hacerlo, Dios quiere hacer milagros porque quiere demostrar que en Bariloche y en el mundo hay profeta, quiere demostrar que en tu país hay Dios, Él no es Dios de Israel solamente sino que es Dios del universo, es también Dios de Bariloche de Argentina, de las naciones de la tierra.

Él no es un Dios que se quería mostrar sólo en aquel entonces, es un Dios que se quiere mostrar también hoy.

Dios quiere bendecirte, no sé cuál es la causa de tu angustia, de tu soledad o tu opresión, pero sé que hay Dios y no tienes necesidad de vivir angustiado, rechazado, triste, habiendo Dios, disfruta de Él que provee toda clase de bendiciones.

© Daniel Tomas. Todos los derechos reservados.

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