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La incredulidad del creyente

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: La incredulidad del creyente

Predicas Cristianas Lectura Bíblica de Hoy: Hebreos 3:12-19

INTRODUCCIÓN:

¿Ha notado que uno de los nombres que se les da a los cristianos es de “creyentes”? Pero, ¿ha pensado que podemos llegar a ser creyentes incrédulos?

¿Sabía usted que fue la incredulidad la que hizo que toda la generación que salió de Egipto no entrara a la tierra prometida? La incredulidad es lo que impide las bendiciones del creyente y por lo tanto es uno de los pecados que más ofenden a Dios. Consideremos este ejemplo.

Una vez Jesús invitó a sus discípulos a pasar al otro lado del lago después de un día agotador de trabajo. Se dice que aquella travesía la harían de noche. Jesús estaba muy cansado y por eso se acostó en la popa del barco y allí dormía plácidamente.

Pero de repente se levantó una tempestad y lo discípulos perdieron toda su fe y se desesperaron, tanto que despertaron a gritos al Maestro para que calmara el mar agitado.

Mis amados en la vida llegamos a ciertas partes donde la adversidad nos invade y nos preguntamos por qué estamos así, llegando a la conclusión que a Dios como se le escapó el asunto que nos afecta.

Y es allí cuando comenzamos a dudar de sus promesas y de sus recursos como los discípulos aquella noche. Cuán importante es creerle al Señor.

Al principio él les había dicho: “…Pasemos al otro lado…” (Marcos 4:35). Jesús no nos dice que mientras vamos tranquilos al otro lado no nos encontraremos con una tempestad. Pero lo que si nos asegura es que él está en la barca y por lo tanto todo está bajo su control.

Fe es plena y total confianza en Dios, lo contrario a eso es incredulidad. De esto hablamos en el tema de hoy. No hay cosa más intrigante en la Biblia que ver al pueblo Dios dejar de entrar en tierra prometida por su incredulidad. Consideremos a la luz del presente pasaje cómo la incredulidad afecta la vida del creyente.

I. LA INCREDULIDAD DEL CREYENTE SE CONSTITUYE EN UNA DE LAS ADVERTENCIAS MÁS SERIA (vers. 12)

a. Hermanos con un corazón malo.

¿Puede haber un creyente con un corazón malo? ¿No es esto una contradicción si partimos que Cristo mora en él a través del Espíritu Santo? Bueno esto no debe sorprendernos, es un hecho latente aunque parezca extraño.

El contexto de donde traemos este pasaje está totalmente relacionado con Israel en el desierto. No perdamos de vista que Israel era y es el pueblo escogido de Dios. Pero este derecho de propiedad divina no fue tomado en cuenta a la hora de rebelarse contra su Dios y pecar contra él.

La pregunta de Israel era esta: “¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y nuestro ganado?… ¿Esta el Señor entre nosotros, o no?” (Éxodo 17:3,7).

Algunos corazones tienen una protesta audible contra Dios, mientras que otros la llevan en silencio. Mis hermanos, hay una realidad que siempre nos golpea hasta entristecernos, y es que el corazón es “…engañoso más que todas las cosas…” según Jeremías 17:9.

De esto se desprende que aún en los corazones más santos pudiera haber una tendencia maligna. Es por eso que el llamado es a guardar el corazón sobre todas las cosas (Proverbios 4:23).

b. Hermanos con un espíritu de incredulidad.

Nadie más fue testigo del poder y la provisión de Dios como Israel. De hecho eso fue lo que los escritores sagrados dijeron (Hebreos 3:9). ¿Tiene usted una idea de las cosas que Israel vio en Egipto antes de salir, cuando cruzó el mar rojo o en el desierto?

¿En qué consiste el espíritu de incredulidad del creyente? En ver todas las bendiciones que Dios te ha dado y sigues con un espíritu de queja, de murmuración, de crítica, de apatía, de falta de perdón y que todo te molesta.

El espíritu de incredulidad es alimentado por aquellas cosas que guardas en tu corazón y que no la traes a la luz para que el Señor las quite de tu vida. ¿Sabías tú que Israel cuando salió de Egipto se trajo algunos ídolos escondidos? ¿Cuál es el tuyo que te lleva a ser incrédulo? Vamos a verlo de esta manera.

La incredulidad es dudar de los atributos de Dios. Tome en cuenta el de su omnisciente, lo cual hace suponer que no hay nada que Dios no sepa. ¿Qué es lo que pasa con nosotros?

Que cuando llegamos a ciertas pruebas y no vemos la salida nuestra conclusión es que a Dios como que se le escapó mi asunto de su mano. Eso es incredulidad.

c. Hermanos que se apartan del Dios vivo.

La parte final de esta advertencia bíblica llega a ser el resultado de un corazón malo y de incredulidad. Esto fue lo que pasó con Israel. La actitud de su corazón y la incredulidad frente a tanta demostración del amor y la provisión de Dios les llevó a alejarse del Dios vivo.

Uno pondera la actitud de rebeldía y obstinación en la que cayó Israel provocando el enfado divino, pero no nos diferenciamos de ellos. ¿Qué es lo que nos hace apartarnos del Dios vivo? ¡El pecado!

Cuando Adán y Eva pecaron contra Dios, él vino con la pregunta: “¿Dónde estás tú?”. El profeta Isaías plantea que el brazo de Jehová no se ha acortado para bendecirnos, pero que vuestros pecados han hecho separación entre Dios y nosotros (Isaías 59:1-2).

Cuando pecamos contra Dios, la tendencia es a huir delante de su presencia. Bien pudiéramos pensar que él se enoja tanto que no quiere comunicarse con nosotros y por eso dejamos de orar, de ir a su palabra y también a la iglesia.

Algunos se preguntan si vale la pena ser cristiano. Déjeme decirle esto, nada es más contradictorio que sentirse alejado de Dios estando en su misma casa. La falta de temor me hace alejar de él.

II. LA INCREDULIDAD DEL CREYENTE SE ORIGINA POR EL ENGAÑO DEL PECADO (vers. 13)

a. El pecado te llevará más lejos de donde pensaste ir.

¿Por qué el autor de Hebreos introduce este texto en el contexto de lo que fue la rebelión de Israel? Porque Israel no midió las consecuencias de rebelarse contra Dios y eso es el trabajo del pecado.

El pecado por tener esta naturaleza, no le importa la opinión, la provisión y la gracia de Dios para imponerse. Así es que el pecado engaña con promesas falsas de contentamiento o de resoluciones fáciles a sus problemas, creando un endurecimiento del corazón, dando como resultado que quedamos sordos y ciegos al llamamiento de Dios.

Tenemos que reconocer que el pecado no producirá nada bueno en nosotros. Al contrario, es un dueño que ofrece la dulzura y la fragancia del placer pero al final trae dolor y ruina al corazón.

Pablo sabía del engaño del pecado y hasta dónde puede llevar al individuo, de allí su recomendación en Romanos 6:12 para que no reine en nosotros. Israel se dio una permisología extrema en su queja contra Dios.

El pecado les engañó pretendiendo desafiar a Dios como hicieron nuestros primeros padres Adán y Eva. El pecado no tiene límites una vez que lo dejamos actuar.

3 comentarios en «La incredulidad del creyente»

  1. hermoso, Dios nos bendice mucho atravez de su palabra! con este sermon me identifique en varias cosas y quiero pedirle a Dios que me ayude y cree una conviccion fuerte en mi AMEN!

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