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El cuadro clínico del alma

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: El cuadro clínico del alma

Predicas Cristianas Lectura Bíblica de Hoy: Romanos 3:9-24

INTRODUCCIÓN:

Cuando Dios creo Adán le dio el  soplo de vida y lo llamó  “un alma viviente”. Por un tiempo antes de la caída Adán  vivió en el paraíso en  un estado perfecto, pues no tenía pecado.

Pero cuando el pecado se hizo presente en el paraíso  el hombre manchó su alma y desde entonces “el cuadro clínico” que tenemos es la de un alma enferma, sufriente, con muchas dolencias, urgida de una intervención que sane su condición.

El apóstol Pablo nos presenta en este capítulo 3 de Romanos una radiografía del alma en su más crítico estado.  El tema que ha venido tocando es de  los judíos moralistas quienes justificándose por las obras de la ley pretendía una salvación por obras sin tomar en cuenta el sacrificio de Cristo.

Frente a tales pretensiones Pablo hace una dramática y profunda descripción del estado del alma dejando claro que no hay nada bueno en el hombre que lo declare justo ante los ojos de Dios.

El cuadro clínico del alma que Pablo nos revela acá es tan parecido al que muchos años atrás nos presentó el profeta Isaías cuando dijo: “¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente. Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas, ni vendadas, ni suavizadas con aceite. Vuestra tierra está destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como asolamiento de extraños” (Isaías 1:5-7).

El asunto es que el alma está muy enferma. Los profetas una y otra vez hablaron de aquel cuadro clínico y así ha seguido hasta hoy. El alma, lo más preciado que Dios puso en el hombre, necesita ser sanada.

Pero toda sanidad implica un diagnóstico preciso para aplicar la medicina correcta. De eso se trata este mensaje. Veamos, pues, cómo Pablo nos muestra este cuadro y su propuesta para ser sanada.

I. ES UN PACIENTE CON MUCHAS MALES PROPENSO A MORIR ETERNAMENTE

a. Gentiles y judíos están bajo pecado vers. 9.

Cuando los gentiles escucharon lo que Pablo dijo de los judíos pudieran haber pensado que no eran tan malos y que un sentido eran hasta superiores que los judíos.

Pero frente a esas pretensiones Pablo hace dos preguntas interesantes que tienen el propósito de poner las cosas en su lugar: “¿Qué, pues? ¿Somos nosotros mejores que ellos?”. Obviamente la respuesta es no.

Pablo ha puesto en evidencia desde el capítulo dos que no importa el abolengo, la nacionalidad, el origen o el prestigio social y religioso que se tenga, todos están bajo pecado. Para poner esto en perspectiva Pablo dice en otra de sus cartas que “ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación” (Gálatas 6:15).

La condición de estar bajo pecado plantea  en primer lugar   un estado de maldición. Eso no cambia a menos que la persona quede libre de esa sentencia. Vivir bajo pecado también significa estar lejos de la ciudad de Dios.

Vivir bajo pecado significa también estar muertos en nuestros propios delitos, bajo la ira de Dios y bajo el príncipe de la potestad del aire. Todos estamos bajo pecado por lo tanto nadie puede heredar el cielo.

b. Los síntomas negativos de esta enfermedad verss. 10-11.

Si bien es cierto que desde los versículos 10 al 18 aparecen 4 veces la palabra “no”, todo el pasaje parece haberse escrito bajo una nota negativa cuando se refiere a los síntomas con pronóstico reservado de este enfermo con las probabilidades de muerte eterna. Hay una escritura antigua que nos dice “que no hay justo ni aun uno”.

Esto pone en igual condición a todos los hombres. El hombre justo del cual habla este texto es de alguien que no peca, y el único hombre que ha pisado esta tierra sin pecado se llama Jesús.

“No hay quien entienda” es una frase que indica que los hombres por su misma pecaminosidad tienen su mente y corazón cegados para que no les resplandezca la luz del Señor.

“No hay quien haga lo bueno” es otra manera de decir que  toda  la humanidad está bajo   la culpa del pecado, como una enfermedad mortal, por lo tanto nada bueno puede salir de una llaga infectada. “No hay quien busque a Dios” es una forma de reconocer que los hombres por sí mismos no buscan a Dios y la razón de esto es porque “no hay temor de Dios delante de su ojos”. Esto revela la gravedad del enfermo.

c. La enfermedad descubierta verss. 12-17.

No es lo mismo tener síntomas de un cáncer que operarlo y ver cómo va consumiendo el cuerpo. Pablo ha abierto ese “cáncer” del alma cuando nos indica las distintas ramificaciones del pecado en la vida del hombre.

La primera parte donde trabaja este “cáncer” es en la garganta. La frase “sepulcro abierto es su garganta” es una manera metafórica para mostrar la corrupción del corazón. Un sepulcro abierto tiene la fetidez de lo que allí se ha descompuesto.

El Salmo 5:9 describe a este enfermo de la siguiente manera:   “En sus palabras no hay sinceridad;  en su interior sólo hay corrupción. Su garganta es un sepulcro abierto;  con su lengua profieren engaños”. Es de suponer que el corazón contaminado crea en el hombre una “tumba” que al ser abierta por sus labios  el olor es de muerte.

Y eso es lo que hace el pecado en el corazón. Lo otro que afecta gravemente el pecado es a los pies. Sí, esos pies que debieran caminar por los mandamientos de Dios ahora se apresuran para cometer todo tipo de pecado. Esos pies no pueden conocer “el camino de paz”. Si no hay paz en el corazón no hay paz en el camino.

II. ES UN PACIENTE QUE ESTÁ EN TERAPIA INTENSIVA DEPENDIENDO SOLO DE SU PROPIA JUSTICIA

a. La justicia que viene por la ley vers. 19.

Estamos describiendo a un enfermo que está en un estado terminal, algo así como en terapia intensiva con vida artificial. ¿Por qué este paciente está en esta condición? Porque es aquel que depende del cumplimiento de los requerimientos de la ley para vivir.

Este es el hombre que solo cree en la justicia que viene por la ley la cual supone que tú la cumplas en todo. Es el esfuerzo humano por querer agradar todos los mandamientos que demanda la ley, sabiendo que al fallo de uno ya te conviertes en transgresor.

Esta justicia de la ley te mantendrá siempre culpable porque al ver que no la puedes cumplir en tus propios esfuerzos terminas siendo esclavo de ella porque siempre te va a exigir su cumplimiento total para que pueda ser efectiva. Note la forma como Pablo aborda el asunto.

Por un lado todo lo que la ley nos dice es para aquellos que están bajo esa ley, eso es el pueblo judío. ¿Y cuál es la demanda de esa justicia? Que todo el mundo queda bajo el juicio de Dios. ¿Para qué sirve entonces la ley?  Para hacernos responsables ante Dios y para revelar nuestro pecado.

La ley  sólo sirve para afirmarnos que somos pecadores. Por lo tanto el hombre que confía en la ley para salvarse queda expuesto a su condenación.

b. Nadie podrá ser justificado por la ley vers. 20.

Cuando Pablo habla que nadie puede ser justificado por las obras de la ley, las palabras griegas que usa van más allá de la referencia a la ley dejaba por Moisés de modo que sepamos que ninguna ley podrá servir para salvarnos.

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