El Dios sustentador

Saúl Reyes B. Poot

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Estudios Biblicos - ¿Loco en Dios?

El Dios sustentador

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Predicas Cristianas

Predicas Cristianas Predica de Hoy: El Dios sustentador

Predica Cristiana Texto Bíblico:

Deuteronomio 26:5-7

Texto clave: Deuteronomio 26:5-6  “…Entonces hablarás y dirás delante de Jehová tu Dios: Un arameo a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y habitó allí con pocos hombres, y allí creció y llegó a ser una nación grande, fuerte y numerosa; 6  y los egipcios nos maltrataron y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre…”

Idea central: El pueblo de Israel, es un pueblo dudoso y  muy  cambiante en cuanto a su compromiso asumido en relación con Dios. Ante las presiones que las situaciones ejercían en sus vidas, con facilidad daban la espalda a su Dios, ante sus crisis dejaban su fe en Dios, y se quejaban, y renegaban. (Deuteronomio 1:27-31). En consecuencia se iban detrás de  los ídolos. O cuando se saciaban se olvidaban de ser agradecidos con el que los bendijo realmente.

Propósito: Que aprendamos a valorar toda la persona de Dios, y resolvernos a reconocerlo con acciones prácticas.

Introducción:

Se cuenta que un fiel miembro de una iglesia visitaba a una señora, de una colonia muy insegura, para hablarle del plan de Dios. Cada vez que tenía la oportunidad le extendía la invitación para que lo acompañará en algún culto de adoración. Por su parte, la señora se rehusaba y siempre decía para justificar su inasistencia en la iglesia lo siguiente—no puedo ir, pues mi hogar no hay nadie que se quede a cuidar lo poco que con mucho esfuerzo lo he logrado, y usted sabe cómo abundan los amantes de lo ajeno en estos día. Por otra parte, el hermano le decía con toda seguridad, no tengas miedo,  el Dios que te estoy predicando es un Dios, que sustenta todo, él, lo sobra cuidar.

No sé cuántas veces este fiel hermano,  insistió a la insegura e incrédula señora. Hasta que un día menos pensado, consintió  acompañar al hermano en la iglesia.  Estaba tan atenta en el sermón, y de pronto el predicador apasionado grito. “hermanos Dios, está aquí” y toda la concurrencia dijo. “Amen”

Entonces la incrédula señora, se levantó de un salto, diciendo al hermano que lo había invitado. Si Dios está aquí, entonces ¿Quién está cuidando mi casa? Y salió corriendo a cuidar sus propiedades.

El libro de Deuteronomio,  nos dice sobre la segunda oportunidad que le ofrecen al incrédulo e inseguro pueblo de Israel. Una segunda oportunidad de responder con fe y lealtad a Dios y a sus promesas. Pues esta actitud los había dejado al borde de las bendiciones prometidas. Esta incredulidad los había dejado en el estancamiento, y sin el disfrute de las abundantes bendiciones de Dios.

Deuteronomio 1:19-32

La gran mayoría de las personas que estaban junto a Moisés, de frente a la tierra prometida no habían pasado la gran experiencia del Sinaí, estos habían nacido y criado en el desierto. De aquí la gran importancia de las treinta y cinco exhortaciones que Moisés les emite, diciéndoles. “Ir y poseed la tierra” y treinta y cuatro veces les dice también. “La tierra que Dios les ofrece”

Mientras esta dudosa generación avanza y se dispone a poseer la prometida tierra, Moisés se dedica a traer a sus olvidadizas memorias lo que Dios hizo, hace y hará por amor a ellos, con base siempre a una sola condición lo cual es: “ Obediencia” (verss. 13-14)

Tal parece que una de las grandes preocupaciones de Moisés, es que este dudoso pueblo, poseas la tierra cargada de las bendiciones de Dios, e inmediatamente se olvide de quien lo sustento y sustenta continuamente. Y en consecuencia se prostituyan espiritual y moralmente con los ídolos cananeos.

El escritor de Deuteronomio de siete  hace ver que Dios es quien los ha sustentado, es él quien ha dado todo para sus vidas. Nos  presenta y declara a Jehová como el  proveedor de  todas las  bendiciones para Israel (vea verss. 1, 3, 8, 9, 11, 15). Esta declaración de que Jehová era la fuente de bendición sirve para combatir la idea que Baal, el dios de la fertilidad en la religión de los cananeos, era el dios quien producía la fertilidad de la tierra de Canaán.

Por cuanto Jehová era la fuente de las bendiciones recibidas por Israel y en gratitud por su abundante bendición, el pueblo tenía que responder a la bondad divina con la presentación de las primicias de los frutos de la tierra (vers. 2).

Por otro lado, el reconocimiento a Dios como  absoluto sustentador, prepara a su pueblo a vivir en el contentamiento diario. (vers. 11) y en la acción continua de misericordiosos hacia sus semejantes. (verss. 13-14)

Ahora bien, ya vimos lo que el texto dice, pero que nos dice a la iglesia que milita en y hacia las bendiciones que Dios nos ha propuesto.

Ya vimos como actuó este pueblo que Dios, dirigía bajo la dirección de sus siervos Moisés. Ya sabemos que pretendía Moisés para ellos, y porque. Pero ¿qué tiene que ver con nosotros los creyentes del siglo XXI? ¿Qué significados aporta el texto,  para nosotros los creyentes de hoy?

Hoy ante las muchas crisis que asaltan la existencia humana, vemos a los seres humanos ansiosos, molestos y egoístas los unos hacia los otros. Cada día indiferente e individualista. Lo triste es que entre esta gran masa social, ya poco se distingue el pueblo que dice tener y confiar en un Dios que provee. Sin embargo ante la realidad de vida, retroceden  de su fe, y el  compromiso pronunciado  hirviendo de emoción religiosa en algún culto, queda relegado en segundo término.  Retrocedemos, dudamos, y en consecuencia abandonamos el compromiso para con Dios, renunciamos a sus promesas.

Y entonces, ¿dónde queda  los cantos cargados de pasión religiosa, “Del te daré lo mejor?

Entonces, ¿qué nos propone el pasaje hoy?

a) Apreciar a Dios, por lo que es, y no por lo que da. Porque haciendo esto, nos mantendremos fieles constantemente, y no de ratos o sólo en temporadas altas. O vacas gordas, como suele decirse en lenguaje coloquial. Habacuc 3:17-18

b) Disponernos realmente a darle a Dios lo primero y lo mejor, no sólo en cantos y letanías memorizadas y bien ensayadas, sino con toda nuestra voluntad. Deuteronomio 26:1-2

“Cuando hayas entrado en la tierra de Jehová tu Dios te da…Entonces vers. 2

“Que las bendiciones recibidas, no te deslumbren y te distraigan de la real fuente de la bendición, en pocas palabras, ama más al Dios que te da toda las bendiciones, y no a las bendiciones en sí misma”

“Muchos aman lo que Dios da, pero no aman al Dios que lo da” Pbro. Saúl Bak

c) Aprender a servir a nuestro semejante, con lo que Dios nos ha dado… (verss. 11-12). “Contentamiento cristiano y generosidad”

Conclusión:

Oración: Padre, ayúdanos a tener conciencia clara y activa, de que tú eres el dador de todos los bienes y logros que en la vida disfrutamos. Por otro lado, necesitamos que nos quites toda duda, e incertidumbre en estos momentos de crisis económica-social. Y no permitas ante estas situaciones se opaque nuestros ojos de fe. Mantennos en constante avance en tus promesas y cuerdos para vivir con inteligencia espiritual ante los difíciles momentos que nuestra nación atraviesa.

© Saúl Reyes B. Poot. Todos los derechos reservados.

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Saúl Reyes B. Poot
Autor

Saúl Reyes B. Poot

Ministro de culto en la INPM Ebe-Ezer de la isla de Cozumel Q. Roo

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