Provisión para un año nuevo

David N. Zamora

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Sermones Cristianos - Poder en las manos

Provisión para un año nuevo

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Predicas Cristianas

Predicas cristianas predica de hoy: Provisión para un año nuevo

Predicas cristianas lectura bíblica de hoy: Jehová es mi pastor; nada me faltará” (Salmo 23:1 RVC)

Tema: Un año nuevo

Introducción

Cuanta riqueza encuentro en esta declaración de David “El Señor es mi pastor”.

El Nombre de Dios

Lo primero que David revela es su monoteísmo estricto. Para él sólo Jehová es su pastor. Y lo llama por su nombre. Aunque vive en un mundo politeísta, rodeado de pueblos paganos, él tiene puesta su fe sólo en el Señor. Aprendió adorar y a depender de Dios desde muy joven. Y a pesar de todas las circunstancias difíciles en las que se ha visto envuelto, él tenía la firme convicción de que sólo Jehová era Dios y en él había depositado su fe y esperanza.

Hoy se hace pertinente insistir en definir en que Dios creemos. La verdadera iglesia de Jesucristo no compromete su fe ni abandona sus principios cristocéntricos y apostólicos. Una de las características de las iglesias apóstatas es que toleran lo que sea, a cambio de llenar sus santuarios, de recibir más dinero, de ser evaluados como exitosos y de tener honor entre la gente. Y para lograrlo proclaman un evangelio de conveniencia, adulterado, en el que Cristo no es el centro del mensaje o está ausente de él.

David encontró fuerzas en un monoteísmo estricto, que lo llevó a tener una relación personal y de compromiso con Dios. Hoy la iglesia para continuar en el cumplimiento de los propósitos que Dios tiene con ella en la tierra, debe mantenerse enfocada en Cristo y en su evangelio; en la biblia que es la infalible revelación de Dios. “Fijemos nuestra mirada en Jesús, pues de él procede nuestra fe y él es quien la perfecciona.” (Hebreos 12:2 DHH).

Algo interesante es que David usa el nombre de Dios “Jehová es mi pastor”. Porque ese nombre estaba cargado de significado para él. Le recordaba la liberación de su pueblo de la opresión egipcia. El cruce del mar rojo.

Las maravillas que hizo Jehová durante los cuarenta años del éxodo en el desierto. Le recordaba la conquista de la tierra bajo las órdenes de Josué. La época de los jueces. Aún le recordaba como el YO SOY se hizo presente en su propia vida, nombrándolo rey de Israel y liberándolo de sus enemigos. Cuántos recuerdos al mencionar el nombre de su Dios “Jehová”.

El Dios que declara David como su pastor, es el YO SOY EL QUE SOY. Que es inmutable, no cambia, es eternamente el mismo. Que es el Creador, nunca fue creado. Ningún acto lo hizo aparecer, ni ningún acto lo puede hacer desaparecer. Que no es gobernado por nadie, ni por la naturaleza, ni por las circunstancias. Nada altera la naturaleza de Dios. (Dios y los ídolos. Salmo 115).

Ese Dios de David, es el Dios que necesitamos. Un Dios que tiene poder para calmar la tormenta, que venció el pecado y la muerte, que declara el verdadero significado de la vida. Un Dios que, a pesar de ser inimaginablemente poderoso e inexplicable, pueda tener una relación personal con cada uno de los que se acercan a Él buscando salvación y esperanza.

Ese es el Dios que necesitas tener como tu pastor para este año nuevo

Relación personal con Dios

En la expresión «es mi» David revela la relación personal e íntima que tenía con su Dios. Él afirma categóricamente que Jehová «es» su pastor. No que fue (en el pasado) o que será (en el futuro). «ES» nos habla de un presente continuo. Fue ayer, es hoy y será mañana. Es el ser de Dios. Dios le dice a Moisés en medio de la zarza que ardía en el desierto: “YO SOY EL QUE SOY. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros.” (Éxodo 3:14).

Esta expresión se ha traducido como “el que es”, haciendo referencia a la eternidad y autonomía del ser de Dios, o “el que da el ser”, aludiendo a su calidad de creador. Pero más exactamente debe entenderse como “el que está (presente)”, que coincide mejor con la idea bíblica del Dios vivo, que se manifiesta sensiblemente cómo y cuándo lo desea.

Ese es el Dios que David declara que es su pastor y que, por ser su pastor, “nada le faltará”.

El verbo hebreo, traducido en Reina-Valera en futuro como «faltará», debió traducirse en tiempo presente y no en tiempo futuro. La frase debe indicar: «nada me falta», pues todo el salmo es una afirmación de la presencia divina que supera los límites del tiempo. Dios no está cautivo en el pasado ni en el futuro, vive en un eterno presente, desde el cual evalúa la historia pasada, analiza la vida actual y se proyecta al porvenir [1].

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David N. Zamora
Autor

David N. Zamora

Ministro Ordenado de las Asambleas de Dios y Pastor Principal de la Iglesia Misionera de Tampa. Con títulos en Teología y Biblia de EDISUB e ISUM. Casado con Raquel Gonzalez

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