Esta mujer nos enseña que no hay pretexto que valga para no buscar a Cristo. Ella bien pudo decir: “estoy enferma”, “estoy cansada”, “no tengo dinero”, “no me siento bien”; pero todo eso lo hizo a un lado para buscar y acercarse a Cristo porque creía que cuando tocara a Jesús, jamás se volvería a sentir enferma, cansada.
Cristo era su esperanza y también es tu esperanza si hoy reconoces y crees que el puede cambiar tu vida. La gente necesita escuchar hablar de Jesús como esta mujer: él es la esperanza para todos aquellos que viven en pecado, que sufren y están vacíos (Ilustración: La vecina que le habló a sus amigos de Jesús)
APLICACIONES:
1. CUANDO CREEMOS LA ESPERANZA QUE HAY EN CRISTO, NO HAY OBSTÁCULO QUE NOS DETENGA.
Imagínese el esfuerzo que tenía que hacer una mujer enferma, débil y acabada para hacerse espacio entre la multitud. El v. 27 y 28 nos dicen: “vino por detrás de la multitud y tocó su manto. Porque decía: si tocare tan solamente su manto seré salva” ¡Qué gran fe de esta mujer!
Hoy mucha gente dice: “¿¡para qué voy a la iglesia!?”, “¿para qué leo tanto la Biblia?, me voy a volver loco”, “¿para qué voy a estar orando tanto?”.
Esta mujer creía que su única salvación era Cristo, que si Jesús no cambiaba su vida, entonces sí ya nada podría cambiar su situación: ¡¡¡Pero Jesús es la ESPERANZA para el alma atribulada, cansada de sufrir, de vivir en el pecado!!! ¡¡¡SOLAMENTE CRISTO PUEDE SALVARNOS!!! De las garras de Satanás, de la enfermedad y del infierno.
2. CUANDO TOCAMOS A JESÚS, NUESTRA VIDA ES LIBRADA DE LA MALDICIÓN Y LLENA DE BENDICIÓN.
¿Quieres recibir bendición? Deja todos tus pretextos a un lado, vence los obstáculos y deja que Jesús te libre hoy. Tanta gente que estaba apretando a Jesús y seguramente tenían problemas y necesidades, pero solo una mujer supo cómo tocar a Jesús.
Todos regresaron a su casa con su curiosidad satisfecha, pero está mujer logró que Jesús supliera su necesidad. ¿Qué vas a hacer tú? Serás como la multitud y dirás: “fíjate que hoy la iglesia estuvo llena, y que cantamos muy bonito y que tal hermano testificó, y que el sonido de los instrumentos falló…” ¿Serás uno de tantos que llega a los cultos para salir igual? O como la mujer: “si tan solo tocare el borde de su manto”. Toca hoy a Jesús.
CONCLUSIÓN:
No cargues más tiempo con tu pecado, con tus problemas, con tus pretextos. Ya no sigas con un matrimonio malo, deja que en esta hora Jesús lo cambie. Ya no sigas lejos de Jesús, llénate de su presencia.
Ven, acércate a este altar y toca el manto de Jesús, toca a Jesús y deja que él te toque a ti. Ya no lleves más tiempo tu fracaso, clama a Jesús y dile: “Jesús, sálvame” “AYÚDAME, SÁNAME, LÍMPIAME , TÓCAME…”
Marco A. Marroquín Hilerio. Todos los derechos reservados.