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La tentación sexual

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: La tentación sexual (Una Estrategia satánica)

INTRODUCCIÓN:

Son muchos los creyentes que se ven diaria y constantemente enfrentados a tentaciones y pecados del tipo sexual. El enemigo de nuestras vidas sabe que es uno de los pecados y tentaciones más difíciles de vencer, por esta razón, usa esta estrategia con mucha frecuencia. Rav Shaul (Pablo), recomienda a los corintios que “huyan de la fornicación, indicando que cualquier otro pecado está fuera del cuerpo, pero el que fornica, contra su propio cuerpo peca”. (1ª Corintios 6:18).

Una advertencia similar le hace a Timoteo, indicándole que “huya de las pasiones juveniles y que siga la justicia, la fe, el amor y la paz…” También debemos considerar que ninguna tentación proviene de Adonai, el Shaliaj Santiago dice que: “Cuando alguien es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; por que Dios no puede ser tentado, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado, y siendo consumado da a luz la muerte”. (Santiago 1:13 al 15).

Sin embargo, es una realidad que muchos sinceros creyentes sucumben ante la tentación sexual e incurren en pecado. Ante esta realidad, quiero pronunciarme en forma breve sobre las astucias de Satán, y modos de operar que emplea para hacer caer en la tentación sexual, y también, compartir con ustedes algunas estrategias de resistencia a la tentación, y finalmente orientar para una restauración a aquellos que han caído.

I. EL MOMENTO DEL ATAQUE

El apóstol Santiago nos recomienda: “sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”. (1 Pedro 5:8). Y Yeshúa nos dice: “Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”. (Mateo 26:41).

Podemos estar seguros que el ataque del maligno no será cuando estemos fortalecidos espiritualmente, nuestras vidas personales estén bien, estemos en oración y en santidad. El tentador será paciente y esperará un tiempo de debilidad espiritual, falta de oración y comunión con Dios, cuando las cosas no marchen bien en el matrimonio o en un tiempo de conflicto emocional y crisis de fe.

Mientras el tiempo transcurre el enemigo estará planeando día por día, mes tras mes y en algunos casos su plan puede demorar años en que tenga la oportunidad de de realizarlo, esperando la oportunidad precisa para presentar la tentación de la manera más atractiva y sutil posible. Cuando Yeshúa Ha-Mashíaj fue tentado por Satanás en el ayuno de 40 días, el tentador no fue a el en la primera semana, ni en la segunda, ni en la tercera.

Esperó pacientemente hasta el final de los días del ayuno para ir con la tentación, cuando sabía que la debilidad y necesidad física de Yeshúa era mayor. Es en el momento más crítico de las dificultades o necesidades que estemos atravesando, cuando el tentador aparecerá con su batería de seducción preparada con paciencia y astucia. Según el relato de la tentación a nuestro maestro y Mesías Yeshúa en Matityahu (Mateo. 4:1-11). Podemos deducir que el ataque tentador de Satanás está dirigido principalmente a tres áreas de nuestra vida:

1. NUESTRAS NECESIDADES FÍSICAS, EMOCIONALES Y AFECTIVAS.

En el caso de Yeshúa, su necesidad era de alimento, por lo tanto física (biológica). En los creyentes y en el tema que estamos tratando, las necesidades pueden ser de diversa índole. Por ejemplo: falta de amor, de comprensión, de aceptación, falta de reconocimiento, incontinencia sexual, dificultades en la relación matrimonial etc. Cualquiera o varias de estas necesidades serán usadas por el tentador para hacer caer al creyente en desobediencia a la Torah y hacer presa de él si cede a la tentación.

Ahora, notemos que el intento de Satanás en este aspecto de la tentación es hacernos actuar fuera de la voluntada del Eterno, es decir, por nuestra cuenta. Para ello habrá preparado una forma de suplir nuestras necesidades de la forma más atractiva y llamativa posible. La fachada que nos presenta, puede incluso hacernos pensar que es Elohim mismo quien nos está abriendo una puerta de salida para nuestro problema o supliendo nuestra necesidad, pero ¡ojo¡ recordemos que Satanás se disfraza como ángel de luz (2ª Corintios 11:14). Y su principal astucia es disfrazar la mentira y el error como verdad.

El maligno nunca viene con todo su engaño desnudo y evidente, lo trae disfrazado con un poco de verdad. ¿Cómo descubrió Yeshúa el engaño del tentador? En primer lugar, lo hizo a través de su conocimiento de la Torah. En segundo lugar. El cita las escrituras declarando la luz e instrucción que ellas indicaban para ese momento de su vida. Y en tercer lugar.

El cree lo que la Torah dice y se somete con toda humildad a ella. Con los pies sobre la Roca Eterna de la palabra del Eterno, Yeshúa Ha-Mashiaj dice a Satanás: “Escrito está, no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”. D`varim (Deuteronomio 8:3). ¿Qué quiso decir nuestro Rabí? Quiso decir: “Mira Satanás, tú no puedes decirme lo que debo hacer, tú no eres mi proveedor, tú provisión no es la voluntad de mi Padre, y yo no estoy para obedecerte ni tomar lo que tú me ofreces, sino lo que el Padre me ha provisto.

Estimado lector, examina en tu corazón y en la palabra del Señor lo que Él ha provisto para ti, eso es la voluntad de Dios para tu vida y esa es tu verdadera provisión. Lo que Satanás te ofrece es solamente una alternativa muy bien disfrazada para hacerte caer en desobediencia y luego hacer presa de ti.

La alternativa del creyente siempre es la voluntad del Eterno mostrada en la Torah. Recuerda que Satanás está usando tu necesidad, conflictos emocionales, familiares, matrimoniales etc. Para lograr su propósito, que es hacerte actuar fuera de la voluntad de HaShem para llevarte a la desobediencia. Resístelo en el nombre de Yeshúa Ha-Mashiaj, usando la espada del Espíritu, La Torah.

2. SATANÁS QUIERE HACERNOS DUDAR DEL CUIDADO Y AMOR DE ABBA POR NOSOTROS

Este es un aspecto de la tentación extremadamente importante en la vida del creyente, que no debe ser vulnerado de ninguna manera. Porque si el creyente duda del amor y el cuidado de Abba por él, se sentirá sólo, sentirá que no le importa a nadie, por lo tanto que nadie se preocupará si hace las cosas bien o mal.

Esta área de la tentación es un atentado en contra de la autoestima, con la intención de anularnos y hacernos insignificantes a nosotros mismos, ante Abba y ante los demás.

En este punto de la tentación a Yeshúa, Satanás lo lleva al pináculo del templo. Es decir, a un lugar alto y lo incita a lanzarse abajo, argumentando que está escrito que Dios mandará a los ángeles para que lo tomen en los brazos y no sufra daño.

Notemos la astucia de Satanás al usar la palabra del Señor como argumento para incitar la tentación. Yeshúa lo vence otra vez de la misma manera, citando y sometiéndose a las escrituras. ¿Cómo usa Satanás las escrituras con nosotros?

El, no nos llevará a un lugar alto y nos pedirá que nos lancemos abajo, para que los ángeles vengan en nuestra ayuda. Satanás, usa por ejemplo: Las promesas de Dios que no se han cumplido en nosotros, dirá por ejemplo: oraste por sanidad para tu mamá, papá, hermano, hijo y no hubo sanidad; tal vez una petición de muchos años que no ha tenido respuesta etc. Sarcásticamente dirá: “Dios no te ha respondido por que no le interesas y no está preocupado por ti”.

Son muchas las cosa que en oración pedimos al Padre y que no siempre obtenemos la respuesta que deseamos y en el tiempo que queremos, pero esto, no significa que el Padre nos ha olvidado o que no tiene cuidado por nosotros, tal vez nos ha respondido de una manera que no nos hemos dado cuenta, y por lo tanto, no vemos la repuesta del Señor.

Tal vez no hemos tenido la paciencia suficiente o no hemos estado pidiendo de acuerdo a la voluntad de Adonai o no hemos orado con fe, en fin. Creo que pueden ser muchas las razones por la cuales no hemos recibido respuesta positiva a nuestras peticiones, sin embargo, creo que no es sabio atribuir despropósito a Adonai por nuestros infortunios, pues si amamos a Dios sinceramente, El torna nuestras peores situaciones en bien según dice Rav Shaul (Pablo) en (Romanos 8:28a): “Y sabemos que a los que aman a Elohim, todas las cosas les ayudan a bien…”. Job nos da un maravilloso ejemplo de cómo debe ser nuestro comportamiento en la prueba, él bendice a HaShem en medio de la desgracia diciendo que debemos recibir tanto el infortunio como el bien por el cual el Eterno permite que atravesemos.

Para la mujer de Job, la rebelión era una mejor vía de escape, una rápida alternativa, y como no tenía la fe ni la integridad que él, no dudó en sugerir a su doliente marido, que maldijera a Dios y luego se entregarse a la muerte, pues para ella no tenía sentido mantener la integridad y adorar a un Dios que trae semejante calamidad sobre el justo. Ella no podía ver la gracia ni la misericordia de Abba, por lo tanto no podía esperar en El. (Job 2:9-10).

Esto nos enseña que solo podemos esperar con confianza lo que podemos ver y no todas las cosas pueden verse con los ojos físicos, especialmente cuando estamos en la tentación y la prueba, algunas solamente las podremos ver con los ojos del espíritu y a través de la fe. Estoy seguro que en los momentos en que el creyente es expuesto a la tentación y la prueba es cuando el espíritu de rebelión golpea con más fuerza su alma, sobre todo si no está en una íntima comunión con el Padre. Por esta razón, el ataque del maligno también está dirigido a cortar la comunicación con Abba, sembrando la duda del cuidado y amor de Él por nosotros.

La verdad es que Dios nos ama entrañablemente, por difíciles o dolorosas que sean las circunstancias que él permita que atravesemos. Recuerda que el Ruaj Ha-kódesh está formando el carácter de Mashiaj en nosotros, por lo tanto El permitirá la prueba y la tentación en nuestras vidas para hacernos crecer y madurar.

Para comprender mejor lo que estamos experimentando cuando estamos en tentación o prueba, vamos a mirar con mayor detalle que nos quieren decir las escrituras cuando nos hablan de ser probados y que por lo demás, esta expresión esta siempre relacionada con la tentación. Veamos. La palabra prueba, proviene del griego “Vomikod – dokimos”, que significa “aprobado/a”. Es una palabra que se encontraba en la parte del asiento de muchas piezas de alfarería desenterradas por los arqueólogos en el cercano Oriente.

Ese sello significaba que la pieza había pasado por el horno de fuego sin quebrarse, sin fracturarse, había resistido, había sido aprobada. Por lo tanto, la tentación y la prueba tienen un propósito en nuestras vidas y es que seamos aprobados delante de HaShem. No le permitas a Satanás que siembre la duda en tu corazón del amor de Dios por ti. Repréndelo, indicándole que eres hijo de Abba y El Padre ama a sus hijos. (Juan 1:12 y 13 ; 3:16).

3. EL TENTADOR APELARA A NUESTRA CODICIA Y VANA GLORIA

En tercer lugar, Satanás usara nuestra codicia y deseos de vana gloria. Para realizar este propósito, el demonio llevó a Yeshúa a un monte muy alto y allí le mostró todos los reinos de la tierra y la gloria de ellos, y se los ofrece a cambio de su adoración y lealtad. Por tercera vez el Señor lo vence usando la misma estrategia, citándole las escrituras, pero además esta vez, le manda irse y que tome su lugar de servidor de Adonai, que es lo que en realidad es, un sirviente de El. Pero, ¿qué le ofrece Satanás a los creyentes?

Astutamente les ofrece justo lo que necesitan y de lo que están carentes: consuelo, cambios, libertad, muestra las luces de la diversión, regalos, atenciones especiales, todas las carencias que han estado experimentando, él ofrece suplirlas en abundancia y con una apariencia alucinante y encantadora. Pero todos estos y otros ofrecimientos de Satanás, no son mas que la fachada de la trampa, si piensas con detenimiento y pides revelación al Ruaj Ha-kódesh (Espíritu Santo), podrías ver el interior y el patio trasero, y te darías cuenta, que no es más que la entrada a la perdición y el infortunio.

También los ofrecimientos de Satanás son una invitación directa a los deseos de la carne y Rav Shaul (Pablo) dice lo siguiente al respecto: “Por que el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”. (Romanos 8:6-8).

Dios nuestro padre puede darnos todo lo que necesitamos para ser verdaderamente felices, cosas que no nos traerán dolor ni perdición, sino por el contrario, paz y felicidad duradera. Reprende al tentador como Yeshúa y no aceptes ni cedas a ninguno de sus ofrecimientos. Todas las tentaciones en la vida del creyente, pasan por estos tres aspectos.

Voy a suponer que algunos de mis lectores están experimentando la tentación sexual, fornicación, adulterio etc. y que más de alguno ha sucumbido y está experimentando los horrorosos resultados de estos pecados, pero que a la vez, están luchando para salir de ellos y ser restaurados. A continuación voy a darles algunas directrices que creo mediante la gracia y dirección del Ruaj Ha-Kódesh (Espíritu Santo), les ayudarán a vencer la tentación a los que están siendo tentados y a restaurarse de la caída a los que han incurrido en pecado.

II. EL OBJETIVO QUE TIENE SATANÁS AL TENTARNOS

El Diablo es un ladrón, y Yeshúa dice que el ladrón no viene sino para hurtar matar y destruir, (Juan 10:10). Miremos con atención el orden en que nuestro Adón presenta estos verbos:

a) En primer lugar, Yeshúa dice que el ladrón viene a HURTAR: La acción de Hurtar nos indica que la obra del maligno es a escondidas, no abiertamente, ni siquiera es con violencia , al contrario, su actitud es sutil y casi imperceptible. Cuando un ladrón hurta algo de nuestra propiedad no nos damos cuenta de su acción hasta el momento en que necesitamos el objeto hurtado, entonces nos volvemos conscientes de que determinado elemento nos falta pero ya es demasiado tarde, el daño está hecho.

¿Qué es lo que hurta Satanás al creyente que cae en la tentación?

Hurta el derecho y la libertad de ejercer como hijo de Dios el libre albedrío para obedecer lo que conscientemente sabe que es bueno, esto es el mandamiento expresado en la Torah de HaShem. Esta es la gran prerrogativa de todo hijo de Dios, tener siempre a su disposición el mandamiento, la luz de la Torah, que voluntariamente puede y debe obedecer para que la vida de Mashiaj permanezca en él. Y esto es también lo que el maligno busca desesperadamente hurtar en la vida de todo hijo de Dios.

El libre albedrío no es la libertad de escoger entre lo bueno y lo malo solamente, va más allá de esto. Podemos decir que el libre albedrío lo ejercemos, únicamente, cuando iluminados por la luz e instrucción de la Torah, tomamos decisiones, escogiendo conscientemente lo bueno o lo malo, sabiendo el resultado de ambas decisiones.

Según D’varim (Deuteronomio 30:15-17), Adonai pone delante de nosotros La vida y el bien, la muerte y el mal y nos sugiere escoger el bien y la vida, que nos vendrían por obedecer sus estatutos y mandamientos. El texto dice así: ”Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; porque yo te mando hoy que ames a Adonai tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Adonai tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella”.

El creyente que ha sido hurtado por Satanás en esta área, no puede ejercer esta prerrogativa, ni tiene la conciencia libre para escoger, pues está siendo impulsado a la desobediencia engañado por la astucia del maligno, quien le ha llenado el corazón de orgullo y rebelión, al punto que lo convence que no habrá peligro si traspasa los limites establecidos por Adonai. El consejo de Yeshúa para no ser tentados en ninguna área de nuestras vidas es que “Velemos y oremos para que no entremos en tentación”. (Mateo 26:41).

b) En segundo lugar, Yeshúa dice que el ladrón viene a MATAR: Este es el segundo verbo que el Rabí utiliza en el pasaje que estamos examinando. Esto es muy significativo, puesto que una vez que el maligno hurta en el creyente la capacidad de obedecer libre y conscientemente la instrucción (mandamiento) de la Torah llenándole el corazón de orgullo, este es arrastrado a la desobediencia que en seguida engendra el pecado , y este luego que ha sido engendrado da a luz la muerte. (Santiago 1:15).

La acción de matar de Satanás no es otra cosa que separar, pues la muerte lleva en sí la idea de separación. En la muerte física el espíritu es separado de la carne, quedando esta última inanimada y expuesta a la descomposición, la aniquilación.

Considerando lo anterior, lo que el maligno pretende es matar el espíritu del creyente llevándolo a la desobediencia para que consuma el pecado, consiguiendo de esta manera separarlo de Abba única fuente de vida y verdad que lo sustenta por medio de Yeshúa Ha-Mashiaj. Porque así como el cuerpo no puede tener vida sin el espíritu, así tampoco el creyente puede tener vida espiritual sin la comunión con el Mesías por medio del Ruaj Ha-kódeh.

Yeshúa lo expresa de la siguiente manera: “Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden”. (Juan 15:4-6).

c) En tercer lugar, nuestro Adón Yeshúa ubica el verbo DESTRUIR. Esto es Arruinar, deshacer lo que está construido, inutilizar, asolar. Sin mayor esfuerzo podemos darnos cuenta que Yeshúa nos esta hablando de un proceso planeado y a la vez progresivo. El primer paso del plan maligno de Ha Satán es hurtar la capacidad del creyente de escoger el bien obedeciendo la instrucción (mandamiento) de la Torah, el segundo paso en el plan es matar el espíritu del creyente incitándolo a la desobediencia y el pecado, provocando con esto la muerte, separándolo así de la fuente de vida y luz que emana de Abba.

Una vez que Satanás ha logrado realizar estos dos pasos de su perverso plan, dará el tiro de Gracia buscando arruinar y destruir con asolamiento la vida del creyente que ha caído en pecado. Todo cuerpo sin vida (sin el espíritu) queda expuesto a la descomposición, agentes naturales y micro-organismos se encargan de la descomposición y aniquilación completa o lo se llama en biología “bio-degradación”, que es la reincorporación por vía natural de los organismos vivos al eco-sistema de la vida. Pero esto es el lo natural y físico. Me pregunto ¿qué sucederá en la vida del creyente que ha quedado sin la vida del Ruaj Ha-Kódesh y la muerte espiritual se manifiesta en él?

Espíritus inmundos invaden su vida y comienzan su obra destructora, Yeshúa lo dice así: “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí. Y cuando llega, la halla barrida y adornada. Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero”. (Lucas 11:24-26).

Satanás sabe que no puede destruir a un creyente que está en obediencia a la Torah. Este creyente podrá ser probado con muchas dificultades que pueden herirlo profundamente, pero la prueba y las dificultades pasarán y obtendrá la victoria en su vida. Por lo tanto, Satanás usa la tentación sexual para poner al creyente en desobediencia a la palabra del Adonai, para así vulnerar el círculo de protección que lo rodea por causa de su obediencia.

Cuando el demonio logra hacer caer al creyente en la tentación, el círculo de protección se rompe y se abre una brecha que le otorga una entrada legal a Satanás a su vida por haber desobedecido el mandamiento de Adonai. Luego que Satanás logra su propósito de hacer caer en el pecado de desobediencia, con el espíritu de fornicación o de adulterio, se instala legalmente en la vida del caído o caída, junto a varios otros espíritus que acompañan a la fornicación y el adulterio.

Es como una ocupación de territorio en una guerra por el enemigo. Entre los espíritus que acompañan a lo antes mencionados están: la rebeldía, el miedo, la dureza de corazón, la mentira, la vergüenza, la turbación de espíritu y la opresión mental entre otros. El creyente pierde la paz interior, se llena de resentimiento, vergüenza y sentido de culpa, el Ruaj Ha Kódesh (Espíritu Santo) es contristado dentro de él provocándole una profunda amargura. Ahora su mente y alma han recibido una invasión de espíritus demoníacos, que comienzan su obra destructora y de muerte.

El campo de batalla constante del creyente que ha caído en pecado sexual es su mente, que no descansa de los ataques del enemigo que ha entrado a su vida. Las obras de la carne comienzan a manifestarse, alguna de ellas son: “adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas…”. (Gálatas 5:19-21).

El Espíritu Santo es cada vez más contristado y la angustia puede llegar a ser insoportable. Además de toda la lucha interna y mental, comienzan a manifestarse los problemas externos, con las amistades, familiares y por su puesto se es casado con la pareja. Esto es a groso modo lo que quería lograr Satanás para comenzar su diabólico plan, porque finalmente lo que quiere, es lograr que el creyente este en absoluta desobediencia al Señor para llevarlo al mundo, donde por todos los medios tratará de destruirlo completamente.

Queridos lectores, si es esta la situación de algunos de ustedes, les tengo buenas noticias. Primero les quiero decir que Dios nuestro Padre es misericordioso y perdona nuestros pecados, el profeta Isaías lo dice de esta forma: “Venid luego, dice Yhwh, y estemos a cuenta: si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos; y si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana”. (Isaías 1:18).

El apóstol Juan lo dice así: ”Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad”. (1ª de Juan 1:9). Y otra vez Juan dice: “Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el padre, a Yeshúa Ha-Mashiaj el justo”. (1ª Juan 2:1). La pregunta es: ¿quieres que el Señor te restaure y limpie tu corazón y mente? Si tu respuesta es afirmativa, te invito en el nombre del Yeshúa a comenzar tu proceso de restauración hasta lograr una limpieza completa.

III. PASOS PARA LA RESTAURACIÓN

1. RECONOCER QUE SE HA DESOBEDECIDO Y COMETIDO UN PECADO DE MUERTE DELANTE DE ADONAI.

Pedir perdón al Señor con arrepentimiento y humillación sincera, el arrepentimiento y la humillación debe ser con convicción de que se ha desobedecido delante de Adonaí y pecado contra si mismo y el prójimo. El Arrepentimiento debe ser en los términos del Eterno, no en lo que nos indique nuestra mente; Juan el Bautista dice: ”Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento…” (Mateo 3:8). La convicción de pecado debe ser absoluta y completa, con repudio y renunciación a la acción cometida.

2. EL ARREPENTIMIENTO DEBE ESTAR ACOMPAÑADO DE CONVERTIMIENTO.

Esto significa, dejar inmediatamente el pecado y la desobediencia, un volverse absolutamente en 180º del camino equivocado y ponerse en obediencia a Adonai. El convertimiento también debe ser en los términos del Señor, como lo dice el profeta Joel: “Por eso pues, ahora, dice Adonai, convertíos a mi con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Adonai vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo”. (Joel 2:12 y 13).

Amigo lector, no permitas que tu mente natural argumente a favor del pecado que has cometido, ni busques justificaciones, esto sería una muestra de un falso arrepentimiento y el enemigo seguiría haciendo presa de ti, no hagas caso de los ofrecimientos de Satanás, pues él no se alejará inmediatamente de ti, sino que te buscará por algún tiempo para tratar nuevamente de hacerte caer en desobediencia. Tu resistencia debe ser firme y sin vacilación.

El apóstol Santiago nos da la fórmula de resistir en forma correcta, él dice: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante de Adonai, y él os exaltará”. (Santiago 4:7 al 10). Si te mantienes en obediencia, nuevamente el círculo de protección se cerrará a tu alrededor y el Espíritu Santo comenzará su obra de restauración y limpieza en tu vida.

3. TU DECISIÓN DE VOLVER A LA OBEDIENCIA, DEBE SER UN ACTO FIRME E INQUEBRANTABLE DE TU VOLUNTADA SOMETIDA AL SEÑOR.

La victoria y restauración completa para tu vida la obtendrás con una decisión firme, inquebrantable y trascendente de renunciación al pecado y la desobediencia. Si permites en algún rincón de tu corazón la posibilidad de continuar con el pecado, porque te parece una buena alternativa, estarás muy equivocado y en serio peligro, la restauración demorará más tiempo o tal vez nunca la logres. Es la decisión de tu vida, obedecer o no obedecer.

4. DEBERÁS REALIZAR UN ACTO DE VALENTÍA SUPREMA

Finalmente, para que tu restauración sea completa es necesario un acto de valentía suprema, deberás enfrentar las consecuencias de tu desobediencia, luchar hasta reparar los daños que el maligno te ha causado, reconocer con humildad y sinceridad tu error, pero sabiendo que Abba te ha perdonado y que ya ha comenzado tu proceso de restauración, y como dijo Rav Shaul (Pablo), tú también puedes decir: “todo lo puedo en Mashiaj que me fortalece”. (Filipenses 4:13). Gloria al Eterno por su amor.

CONCLUSIÓN:

Si tu arrepentimiento y conversión son genuinos, el enemigo ha sido echado de tu vida por el Señor, pero quedarán alguna marcas y manchas en tu mente, que el Espíritu Santo te ayudará paso a paso a sacar de ella. Recuerda que tu alma ha experimentado una invasión de espíritus malignos, que aunque han sido echados de tu vida por el poder de Dios, quedarán algunas huellas por algún tiempo.

En nuestra alma están nuestras emociones, sensaciones, imaginaciones y la voluntad, después de una caída de este tipo quedan algunas manchas y huellas, por ejemplo, vendrán recuerdos y sensaciones que te atormentarán, de ninguna manera cedas a tus recuerdos y los deseos de tu carne, crucifícala en el nombre de Yeshúa.

Es aquí donde debes echar mano a las armas de nuestra milicia de las que el Rav Shaul dice: ”porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Mashiaj”. (2 Corintios 10:4 y 5).

Las fortalezas son las estructuras mentales, pensamientos equivocadas, que el enemigo logra crear en nuestras mentes con su invasión demoníaca cuando estamos en desobediencia, las cuales debemos destruir y derribar completamente a través de las armas espirituales y la obediencia absoluta a Adonai.

No debes asustarte si hay demora en que tu mente quede completamente limpia, es un proceso de limpieza que puede demorar, pero persiste hasta que con la gracia del Espíritu Santo y tu constancia, logres la limpieza completa. Con oración, sometimiento a la voluntad del Adonai, confesión de la palabra y el tiempo, el Espíritu Santo limpiará tu vida y te dará la victoria completa sobre la tentación y la caída.

Como dice el Shaliaj Pablo a los filipenses: “Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Yeshúa Ha-mashiaj”. (Filipenses 1:6). Gloria al Señor por su compasiva gracia. Dios te bendiga amiga, amigo lector y adelante, Abba (El Padre) te ama y te ayudará. Gloria y alabanza a nuestro Eterno y bendito Elohim. En Yeshúa Ha-Mashiaj.

© Juan Medel Retamal. Todos los derechos reservados.

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