Predicas Cristianas
Predicas cristianas predica de hoy: Paciencia con uno mismo
Introducción
Es muy bonito y provechoso que aprendamos los conceptos de cada lección para ampliar nuestro conocimiento; pero de nada valdría todo el esfuerzo que invierto en estudiar y preparar cada lección, si no los pones en práctica. Oro al Señor siempre para que encuentres día a día la oportunidad de practicar cada lección porque esto será lo que te hará crecer y madurar y llegar a tener la imagen de un varón o mujer perfecta, dispuesta para toda buena obra.
Por todo esto, después de aprender lo que significa Paciencia, te pregunto: ¿Tienes paciencia? O ¿Eres impaciente? Veremos a continuación …
IMPACIENCIA VS. LA PACIENCIA
La impaciencia define la actitud de aquellas personas que tienen una baja tolerancia hacia la frustración, desean tener el control de todas las situaciones y quieren ir un paso por delante de la realidad misma. Desde este punto de vista, la impaciencia produce estrés y ansiedad en aquel que a través de su actitud no camina de un modo relajado sino acelerado…. via Definicion ABC
Vivimos en un mundo impaciente, por lo que nosotros no estamos acostumbrados a la “espera paciente”. Madrid se mueve de manera vertiginosa y con ella nosotros también. Desde que nos levantamos …¡Corre que se hace tarde! Tarde para llevar a los niños al cole, tarde para el trabajo, tarde para las cosas que tenemos pendientes y todo esto nos hace perder la paciencia.
No nos gusta esperar, nos impacientamos con facilidad.
Debido a esta impaciencia perdemos todo lo bueno de la vida. Nos enojamos y nos llenamos de resentimiento hasta que, finalmente, nos sentimos insatisfechos y descontentos con la vida.
Ilustración
Recuerdo que hace unos 16 años atrás fue la primera vez que Tomas y yo no quedamos solos, sin nuestras 3 niñas, Gaby, Becky y Karen; su abuela Teresa les había invitado a visitarla en Venezuela, para celebrarle a Gaby sus 15 años. La verdad que fue una experiencia completamente diferente.
Aprovechamos y nos fuimos a Alicante donde unos misioneros nos habían dejado un hermoso chalet con piscina y allí nos fuimos una semana a descansar.
Al llegar allí, Tomas comenzó con las prisas, rápido, rápido me decía por todo. Decidimos ir al la playa al día siguiente y al levantarnos, era como las 8:00 de la mañana y volvió con el ataque; ¡Vamos, vamos rápido que se nos hace tarde!. Fue allí cuando me di cuenta que tanta impaciencia no era normal y le dije que así no, que esa no era manera de descansar, que estar con tantas prisas por todo no podía ser; que nadie nos estaba esperando, que la niñas ya no estaban con nosotros, que estábamos los dos solos y que habíamos ido era a descansar. El reflexionó y se dio cuenta que era verdad, tan solo respondió “es que uno no esta ya acostumbrado a tanta lentitud”.
Ser paciente no significa ser lento, ser paciente significa ser observador, pensante, estratégico, saber esperar, y es necesario serlo en primer lugar con uno mismo…. es tan difícil…. pero debemos buscar lograr ser pacientes en un mundo tan acelerado, que vive tan rápido, que quiere todo ¡ya! ¡Ahora! ¡de una vez! sin muchas veces haber realizado una reflexión o investigación en base a lo que buscamos, anhelamos y tenemos como objetivo lograr.
La paciencia se refleja en la actitud de continuar adelante cuando luchamos por un objetivo que vale la pena.
Y también se deja ver en la manera en la que evaluamos los errores en los que incurrimos y en cómo superamos la frustración que nos producen.
¿Qué pasa cuando atraviesas dificultades y eres impaciente?
- ➢ Te estresas enseguida, antes de echar un vistazo a las opciones que tienes para moverte.
- ➢ Buscas un culpable a la brevedad (tú o un tercero). Es un impulso para aliviar el malestar lo antes posible.
- ➢ Te olvidas de que no eres perfecto (ni tienes por qué serlo).
- ➢ Das palos de ciego para solucionar lo antes posible lo que se supone que anda mal.
TENER PACIENCIA CON UNO MISMO.
Wikipedia define la Paciencia como la gran actitud que lleva al ser humano a poder soportar contratiempos y dificultades para poder conseguir algún bien.
Las personas que usan la paciencia como estrategia y estilo de vida, saben esperar con calma a que los acontecimientos sucedan, ya que están convencidos que para lograr algo fecundo y bien organizado se le debe otorgar el tiempo debido.
Francisco de Sales dijo: “Ten paciencia con todas las cosas, pero sobre todo contigo mismo”.
Es muy difícil tener paciencia con nosotros mismos; sobre todo cuando perseguimos un objetivo por meses sin resultados concretos y nos convencemos de que estamos perdiendo el tiempo. Pero si continuamos con paciencia y calma, cambiando nuestra manera de pensar, tratando de dominar nuestras emociones, llegará el día en que nos despertemos y encontremos que no somos los mismos.
Trabajar arduamente con paciencia
Puede ser que no ocurra ese cambio de la noche a la mañana; pero si trabajamos arduamente con paciencia, con entereza y mucha fe, Dios hará realidad nuestros objetivos y propósitos. Filipenses 3:13. “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante”.
Uno que pica piedras puede golpear una piedra noventa y nueve veces sin ningún efecto aparente, sin ni siquiera una grieta en la superficie; pero con el centésimo golpe, la piedra se parte en dos. No fue el golpe final lo que lo logró, sino todos los anteriores.
No sabemos en que golpe se romperá la piedra; por eso debemos seguir golpeando, aunque no veamos nada, en un momento dado, esa piedra se abrirá en dos. Asimismo pasa con todo lo que nos proponemos; si insistimos, con mucha paciencia, eso se hará realidad.
Nunca permitamos que al no obtener resultados inmediatos, nos culpabilicemos y nos menospreciemos; porque pasa que cuando algo no sale bien ponemos cara de enfado, nos enojamos contra nosotros y por cuanto nos rodea, nos quejamos por qué somos así, nos preguntamos por qué somos así, nos lamentarnos amargamente y condenamos a la inutilidad, sacamos al crítico exigente que tenemos dentro para que nos apuñale… en fin, cada uno sabe cómo es su proceso, pero más o menos son todos similares.
¿Qué hacer cuando vemos que la impaciencia nos mata?
DEBEMOS TRATARNOS BIEN.
Suelo decir mucho cuando enseño que nadie puede dar de lo que no tiene y aún se hace patente cuando hablamos de la paciencia; no podremos tener paciencia con los demás, sino somos pacientes con nosotros mismos.
Somos nosotros a nosotros mismos nuestro enemigo mas encarnizado; no nos tratamos bien. Cuando cometemos algún error, enseguida comenzamos a recriminarnos sin piedad, empezamos a verlo todo negativo y nos sale un “¡cuándo aprenderé!” cargado de ponzoña.
En cambio, lo adecuado, lo ético, lo honrado, lo justo, sería dedicarnos el máximo de cariño, el más esmerado cuidado, y la paciencia más grande. No sé por qué nos cuesta tanto tratarnos bien, con delicadeza. No sé por qué no nos abrazamos con mimo y no nos acogemos cálidamente en nuestro propio regazo.
¿Es esto bíblico?, ¡Claro que si!, la Biblia dice en Mateo 22:37-40 (Reina-Valera 1960). “37 Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. 38 Este es el primero y grande mandamiento. 39 Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.40 De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Si no nos amamos a nosotros mismos, no podremos amar a los demás; si no nos tenemos paciencia a nosotros mismos, tampoco la tendremos para con nuestro prójimo.
Pregúntate en este momento:
- ¿Cómo me trato a mí mismo?
- ¿Cómo me comporto cuando descubro algo de mí que no me gusta?
- ¿Cómo es mi relación conmigo entonces?
- ¿Simplemente me soporto o me amo?
- ¿Eres paciente contigo mismo?
Da igual que seas una persona colmada de virtudes: inteligente, responsable, generosa y lo de más allá.
En algún momento, dalo por hecho, cometerás un error o encontrarás uno de esos imprevistos que te apartará del camino que tú quieres seguir. Es más, a lo largo del día de hoy puede haber varios de éstos.
¿Qué harás entonces? ¿Verás ese inconveniente como parte natural de tu progreso o de la vida? ¿Te concederás tiempo para calmarte y decidir qué hacer a continuación?
Ojalá que sí; que tomes la decisión de ejercitar la paciencia contigo. Y, si no te sale muy bien, lo aceptes como una nueva oportunidad para ejercitarla. Eso mismo haré yo.
© Moreiba Cabrera. Todos los derechos reservados.