Vete, y no peques más

Tuvo compasión de la viuda de Naín “Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.” (Lucas 7:13).

El evangelio que predicamos es un evangelio compasivo.

Cuando Cristo se entroniza en nuestros corazones, somos capaces de mostrar compasión los unos por los otros de forma natural y practicable.

La biblia dice: “Finalmente, sean como una familia grande, feliz, compasiva, donde reine el amor fraternal. Sean cariñosos y humildes.” (1 Pedro 3:8 NTBAD; Filipenses 2:1). [2]

3. Implicaba desafío.

Jesús le lanzó un desafío a esta mujer cuando le dijo: “Vete y no peques más”. Jesús retó a esta mujer con el desafío de una vida sin pecado. El Señor no le hecho la mano en el hombro a la mujer y le dijo:

«Está bien hija; no te preocupes; sigue viviendo como hasta ahora, todo va a estar bien. Sigue adelante». El Señor NO justificó su pecado. Ni siquiera rebajó la pena de lapidación conmutándola [cambiándola] por otra más suave.

Más bien Él le dijo: «Mira, está mal lo que haces; salte de donde estás que no te va a llevar a nada bueno, y emprende la lucha para mejorar; cambia de vida de arriba abajo; vete, y no peques más.»

Jesús desafió a esta mujer a tomar resoluciones de cambio radicales en su vida.

Le hizo ver que si es posible cambiar de vida. Que no siempre tenía que ser víctima de sus debilidades sensuales y falta de carácter moral.

Muchas personas esclavas del alcohol, el tabaquismo, la pornografía, la prostitución, la violencia y el mal carácter, piensan que tendrán que ser así toda su vida. Pero no es así. Este es el desafío que Cristo le lanza a esta mujer pecadora. Jesús le hace ver que Si es posible un cambio.

El evangelio de Cristo ofrece ese camino de cambio. La biblia dice: “De modo que, si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.” (2 Corintios 5:17). El Espíritu Santo nos da vida nueva y ya no seremos los mismos jamás.

No hemos sido reformados, rehabilitados o reeducados; ahora en Cristo somos una nueva creación, viviendo en unión vital con nuestro Salvador Jesucristo. El evangelio nos hace ver que no siempre tenemos que ser los mismos.

4. Implicaba creer en la naturaleza humana.

Si lo pensamos bien, nos daremos cuenta de que es realmente impresionante el que Jesús le dijera a una mujer que había arruinado su reputación y prestigio. Una mujer que había sido doblemente humillada públicamente: “Vete, y no peques más.”

Lo maravilloso de todo esto, y que a su vez es altamente alentador para nosotros hoy, era la fe que tenía Jesús en las personas. Cuando se encontraba con alguien que se había descarriado, no le decía: «Eres una criatura miserable y sin remedio; nunca llegarás a ser alguien que valga la pena» sino que le decía: «Vete, y no peques más.»

A la mujer pecadora [de mala vida] en casa de Simón el fariseo, le dijo: Tus pecados te son perdonados. (Lucas 7:48).

Alzó su voz en casa de Zaqueo el publicano y dijo: “Hoy ha venido la salvación a esta casa… Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” (Lucas 19:10).

Jesús tenía fe en las personas. Creía que, con su ayuda, el pecador podía llegar a ser una persona apartada del mal y consagrada para Dios.

El método de Jesús no consistía en apabullar [aplastar, humillar] a las personas en sus pecados y miserias, sino inspirarlas a descubrir que eran santos en potencia si se dejaban cambiar por el poder del evangelio que Él predicaba.

El cree que tú si puedes. Que en ti está el potencial suficiente de alcanzar nuevas metas en la vida. El cree que tienes la capacidad de llegar más lejos, de escalar nuevos peldaños, de multiplicarte, de crecer, construir y extender tu territorio.

CONCLUSIÓN

Hoy Jesús sigue ofreciendo una segunda oportunidad, no tenemos que ser los mismos siempre; el Señor sigue teniendo compasión de la gente, Él los quiere ayudar a salir de donde están perdidos y hundidos en el pecado.

El Señor sigue lanzando un desafío, porque si es posible experimentar una nueva vida en Cristo, el sigue creyendo en el potencial que cada persona tiene.

Pensamiento final: Dios es un Dios de OPORTUNIDADES ¡Aprovéchalas!

LLAMADO A SALVACIÓN…

[1] Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 428). Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE.
[2] Harrison, E. F. (2006). COMPASIÓN. En E. F. Harrison, G. W. Bromiley, & C. F. H. Henry (Eds.), Diccionario de Teología (p. 112). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

© David N. Zamora. Todos los derechos reservados.

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1 comentario en «Vete, y no peques más»

  1. Este es un muy buen sermon, bien estructurado teologicamente gracias. Por la bendicion de su minesterio su hermano. En Cristo pastor antonio. MEdina.

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