Predicas Cristianas
Predica de Hoy: Amando a los débiles
Predicas Cristianas Texto Biblico: Romanos 14:1-12
INTRODUCCIÓN:
Pablo ha venido tratando el tema de la unidad de la iglesia con sus distintos elementos como el uso de los dones espirituales, el amor que edifica y la necesidad de estar todos despiertos para el trabajo y la esperanza que tenemos en la segunda venida de Cristo.
Pero a este tema de la unidad de la iglesia pareciera que le ha faltado algo de manera que su crecimiento sea integrado, cohesionado y que edifique a todos por igual. Este tema tiene que ver con la libertad del creyente.
Un proverbio allá afuera de la iglesia dice: “El derecho de una persona termina donde comienza el derecho de la otra”. Es por eso que Pablo nos presenta una situación que puede afectar mucho la unidad de la iglesia o la puede fortalecer. Se trata de saber que dentro de la iglesia tenemos a hermanos débiles y a hermanos fuertes.
Esto fue un problema durante los primeros días de la iglesia y lo es ahora. De allí que el tema de nuestro mensaje sea que amemos a los hermanos débiles y respetemos a los hermanos fuertes.
Ahora, para sorpresa nuestra, en este texto los débiles no son los que nosotros suponemos que son hermanos nuevos, sencillos o con falta de conocimientos, sino hermanos a los que consideramos “fuertes”.
Como la iglesia de Roma estaba compuesta por creyentes judíos y gentiles, algunos de estos últimos traían todavía algunas costumbres que ofendía a los judíos convertidos, sobre todo la que tenía que ver las carnes que comían porque pensaban que muchas de ellas habían sido sacrificadas a los ídolos. Era, pues, una situación de opiniones humanas, pero no de asuntos netamente doctrinales.
El tema de la libertad cristiana es muy importante para la paz y la armonía de la iglesia. Esto me indica que cada hermano es necesario e importante en el cuerpo y lo que él piensa debo respetarlo aunque no esté de acuerdo.
Un mal carácter, una actitud egoísta o una posición extrema daña el amor y la mutua edificación en el cuerpo. Por qué debemos amar a los débiles y respetar a los fuertes.