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Dios honra la fe

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Predicas Cristianas Predica de Hoy: Dios honra la fe

Predicas Cristianas Lectura Bíblica: Hebreos 11:1

Introducción

Cuenta la historia que, en los primeros días de la persecución de la iglesia, en el primer siglo, trajeron a un humilde cristiano a los jueces romanos. Este fiel creyente le dijo al juez: no podrán hacer nada que me haga claudicar de mi fe, porque yo creo soy fiel a Dios, Dios lo sería conmigo. A esta declaración, el juez le preguntó: ¿Tú crees de verdad que los que son como tú van a ir a Dios y a Su gloria? El hombre le respondió: No es que me lo creo, sino que lo sé.

El autor de la epístola a los Hebreos define la fe de una manera precisa: “Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.” (Hebreos 11:1).

Esto significa que la fe está absolutamente segura de que lo que cree es verdad, y que lo que espera sucederá. La fe no es una esperanza que se hace ilusiones en cuanto al porvenir, sino que mira al porvenir con absoluta convicción. La fe cristiana es una esperanza que se ha vuelto certeza. Se vive con ella y se muere con ella; poseerla es algo que nos hace actuar. [1]

Hoy quiero ilustrar esta fe, con dos ejemplos tomados del ministerio público de Jesús. Dos direcciones en las que actúa la fe cristiana.

A. LA FE SUPERA OBSTÁCULOS.

AL VER JESÚS LA FE DE ELLOS, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados.” (Marcos 2:5).

La fe genuina vence las objeciones de la razón, los sentidos, la lógica y la oposición, cualquiera que esta sea. La historia de los cuatro amigos que trajeron al paralítico para que Jesús lo sanara, lo demuestra.

Ellos no se dejaron llevar ni por la lógica ni la razón ni los sentidos. A ellos los dominaba una fe atrevida.

Y Dios premia ese tipo de fe que no se detiene, sino que busca a toda costa, un milagro de Dios. Aunque las voces de familiares y amigos, aún de “creyentes”, digan otra cosa, el que tiene esta clase de fe se mantiene enfocado en el poder de Dios.

No se nos da mucha información sobre quiénes eran estos cuatro amigos. Pero es innegable que evidenciaron tener una fe genuina. Estaban convencidos de que Jesús SI podía sanar al paralítico y que no regresarían a casa con él a cuesta.

Además, su iniciativa demuestra cuánto apreciaban a este hombre. Ellos se unieron para traer este cuadripléjico a Jesús con la seguridad de que saldría sano. Alguien los llamó: Simpatía, Cooperación, Generosidad y Perseverancia.

Ante la imposibilidad de llegar hasta Jesús, por la multitud que se agolpaba a la puerta de la casa, estos cuatro amigos decididos y con iniciativa propia, rompieron el techo de la casa y bajaron al paralítico hasta donde estaba Jesús predicando.

Y este acto atrevido de fe, impactó a Jesús de tal manera, que al ver la fe de ellos lo primero que hizo fue despejar la mente del paralítico diciéndole Hijo, tus pecados te son perdonados.

Esta declaración de Jesús fue censurada por los escribas de la ley que habían venido para espiar a Jesús.

Pero el Señor para ratificar que él tiene poder y autoridad para perdonar pecados, le dice al paralítico: “A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos…” (Marcos 2:11, 12).

Ni me imagino cuáles serán tus obstáculos, tus luchas y las dificultades por las que estás atravesando. Pero cuando leo esta historia en la biblia, mi fe crece, mi fe se fortalece, mi fe se agiganta, porque aprendo que, con LA FE SUPERA OBSTÁCULOS.

Dios honra la fe. No es espejismo. No es ilusión. ES CERTEZA, ES CONVICCIÓN.

Aun cuando las circunstancias, la razón y los sentidos nos digan otra cosa, Dios no nos dejará a la deriva ni en vergüenza. Nuestra fe es una esperanza que se ha vuelto certeza.

Los cuatro amigos no desistieron, no se dieron por vencidos, no se rindieron. Aunque la lógica les decía que debían irse de vuelta a casa. Ellos no lo hicieron. Tampoco lo hagas tú.

Quién sabe y hasta les aconsejaron a estos cuatro hombres, que renunciaran de ayudar a su amigo el paralítico. Ellos no oyeron esas voces. Tampoco lo hagas tú.

Mantengámonos firmes en esta declaración de fe: No es que me crea que Dios me va a sacar de esta situación, sino que lo sé. Estoy seguro de que lo que espero sucederá.

B. LA FE HACE LA DIFERENCIA

Pero Jesús le dijo a Jairo: —NO TEMAS. CREE EN MÍ.” (Marcos 5:36 NTBAD).

Jairo, el principal de la sinagoga, que vivía en Capernaúm, vino a buscar a Jesús para llevarlo a su casa, porque su única hija, una adolescente de unos 12 años, estaba gravemente enferma.

Jesús venía de camino a casa de Jairo, cuando un incidente lo detiene. Una mujer que llevaba doce años con una enfermedad crónica tocó el borde del manto del Maestro y quedó sana instantáneamente.

Mientras Jesús hablaba con la mujer, llegaron algunos mensajeros de la casa de Jairo a dar la noticia de que era demasiado tarde, que la muchacha ya estaba muerta y que ya no era necesario que Jesús fuera. (Marcos 5:35 NTBAD).

Esta noticia estremeció a Jairo. Él vino a buscar a Jesús con la esperanza de que sanara a su hija. Y ahora su hija estaba muerta. Esta noticia dejó a este padre confundido, temeroso y sin esperanza. Qué hago, todo está perdido. “Pero Jesús le dijo a Jairo: —NO TEMAS. CREE EN MÍ.”

Quiero hacerles notar el contraste entre la desesperación de los mensajeros que le dijeron a Jairo «No molestes al Maestro. Ya no se puede hacer nada», y la esperanza que le da Jesús a este padre desesperado, confundido y sin esperanza que su hija acababa de morir. «No tengas miedo —le dijo Jesús—, sino sigue teniendo fe.» [2] Ese es el reto de la fe. Convertir la esperanza en certeza, convicción, seguridad.

Jairo oía por una parte, la voz de la desesperación que trae malas noticias [tu hija a muerto]; por la otra parte, la voz de la esperanza que anuncia promesa y esperanza [No temas, cree en mí…sigue creyendo en mí].

Jesús le dice a aquel padre devastado por la noticia: Jairo si has llegado hasta aquí creyendo lo difícil [que yo sanaría a tu hija]; ahora tienes que creer lo imposible [que yo resucitaré a tu hija]. Si la fe te alcanzó para creer lo difícil, que esa fe te alcance para creer lo imposible.

Hermanos queridos, hay noticias que nos estremecen.

Hay circunstancias que nos derrumban. Hay presiones que nos deprimen. Hay situaciones desesperantes. Y nos preguntamos ¿Qué hago ahora? ¿A dónde voy? ¿A quién acudo? Si hemos creído que Dios se mueve en lo difícil, sigamos creyendo que Dios obra en lo imposible.

Imagínate que cuando menos lo esperas tu jefe te llama a su oficina y te dice: lo siento, pero quedas despedido. Simplemente te dice que la compañía está liberando gente y que tú eres uno de ellos. El cielo y la tierra se te unen. El túnel se te hace infinito. El temor te abraza. Comienzas a oír voces de dudas y de miedo. Y ahora ¿cómo pagaré las cuentas? ¿Dónde encontraré trabajo? ¿perderé la casa, el carro?

Es entonces cuando las palabras de Jesús a Jairo también nos dan esperanza y consuelo: No temas, cree solamente. [No temas, sigue creyendo]. Es entonces cuando tenemos que decirnos: No es que me lo creo, sino que lo sé, estoy seguro de que no hay “justo desamparado, ni su descendencia que mendigue pan.” (Salmos 37:25).

Quiero recordarte que habrás perdido el trabajo, pero sigues siendo un hijo de Dios. Y eso vale más que todo el oro del mundo. Todo esto tendrá que pasar. Dios hará que de esto resulte algo bueno para ti, familia y ministerio. Tenemos que seguir confiando en el Señor pase lo que pase.

Marta y María, las hermanas de Betania, perdieron toda esperanza, cuando su hermano Lázaro murió. Jesús mandó a quitar la piedra de la tumba de Lázaro, y ellas objetaron al Maestro: “Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que, si crees, verás la gloria de Dios?” (Juan 11:39, 40).

Jesús no hizo caso a la noticia de la muerte de la hija de Jairo. Los mensajeros vinieron angustiados, lamentando y llorando, pero Jesús estaba tranquilo, sereno y en control de sí mismo y de la situación.

Llegó hasta la casa de Jairo y efectivamente allí todos lloraban. La madre de la niña y las plañideras. Pero llegó Jesús y las cosas cambiaron. “Y tomando la mano de la niña, le dijo: Talita cumi; que traducido es: Niña, a ti te digo, levántate. Y luego la niña se levantó y andaba, pues tenía doce años. Y se espantaron grandemente.” (Marcos 5:41, 42).

CONCLUSIONES

Para el escritor de la carta a los Hebreos, tener fe es apegarse a las promesas de Dios, depender de la Palabra de Dios, y permanecer fiel al Hijo de Dios. [3] La fe está absolutamente segura de que lo que cree es verdad, y que lo que espera sucederá.

Cuando surjan obstáculos en tu vida y en la mía, y se levanten fortalezas que no nos dejen avanzar y alcanzar nuestras metas en el Señor y en la vida, recordemos que la FE nos capacita para superar los obstáculos.

Si las noticias que nos llegan nos estremecen y pensamos que no hay esperanza, que todo está perdido, mentiras del diablo, el Señor sigue diciendo: No temas, sigue creyendo.

Pensamiento final: “La fe honra a Dios; Dios honra la fe.”

Llamado a salvación… Pon tu fe en Jesucristo, él es el autor y consumador de la fe. Jesucristo jamás te va a defraudar. Si te reconoces que eres un pecador y te arrepientes de tus pecados, Jesucristo está presto a perdonar tus pecados, salvar tu alma, llenarte con el Espíritu Santo y darte una esperanza bienaventurada de Gloria.

Llamado a confiar plenamente en el Señor…

[1] Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 911). Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE.
[2] Barclay, W. (2006). Comentario Al Nuevo Testamento (p. 230). Viladecavalls (Barcelona), España: Editorial CLIE.
[3] Kistemaker, S. J. (1991). Comentario al Nuevo Testamento: hebreos (364). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

© David N. Zamora. Todos los derechos reservados.

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2 comentarios en «Dios honra la fe»

  1. Gloria a Dios este mensaje es de bendición para mi vida y lo estoy estudiando para compartirlo en mi grupo de departamento de barones en iglesia de Dios Munger Place Dallas Texas

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