El Hades.. ¿Que sucede despues de la muerte?

La razón por la que puedo estar tan seguro de esto, es porque en Apocalipsis 20:13 encontramos que se nos dice: “…Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras…” Así que como podemos ver, cuando llegue el tiempo del juicio final, y/o sentencia, (Nota: Los juicios están divididos en dos secciones; primero ocurre el juicio, y después del veredicto ocurre el día de sentencia), el Hades será vaciado, y todos se verán cara a cara con Dios para ser juzgados/sentenciados (Nota: Palabra “juzgados” del griego “κρίνω” [pronunciada: krē’-nō. Definición: pronunciar sentencia, someter a censura] [13]).

Los justos, es decir las almas de los que se encuentran en el paraíso, pasaran al cielo, y los que se encuentran en el lugar de tormento pasaran al lago de fuego y azufre (infierno: “gue-ena”) por la eternidad.

El juicio ante el gran trono blanco

Quiero que todo esto quede extremadamente claro, quiero que prestemos mucha atención a Apocalipsis 20:14-15 (El juicio ante el gran trono blanco) donde se nos dice claramente: “….Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. 15 Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego…” Quiero que nos fijemos que el Hades será lanzado al lago de fuego, así que esto nos permite entender claramente que el Hades no es el infierno, sino que como les he dicho, es solo un lugar dividido en dos secciones paraíso, y tormento.

El alma de todos aquellos que han aceptado la salvación que Dios le ofrece a la humanidad, descansara en el paraíso hasta el día del juicio final. Mientras que el alma de todos aquellos que han rechazado a Dios, y a su hijo amado Jesucristo, serán atormentados por la eternidad.

¿Qué pasa cuando morimos? – ¿Existe el purgatorio?

Ahora bien, ¿qué de aquellos que creen en el purgatorio? Como les dije al inicio, esto es una doctrina completamente anti bíblica, ya que como podemos apreciar en los versículos que estamos estudiando, una vez que nuestra alma llega al sitio donde debe llegar, no existe escapatoria alguna, o manera de salir.

Cuando morimos nuestra alma pasa al paraíso o al lugar de tormento, y no existe nadie, ni nada que la pueda sacar de ahí. Y es exactamente por eso que los cristianos no oramos por las almas de los difuntos, sino que oramos por los seres queridos que están atravesando por el dolor de perder a alguien a quien aman.

¿Qué de aquellos que creen que dormimos hasta el día de juicio, o que no existe nada después de la muerte? La realidad es que la biblia es bastante clara en cuanto a todo esto.

Fíjense bien lo que encontramos en Filipenses 1:23 para que entiendan bien lo que les digo; en este versículo vemos que el Apóstol Pablo dice: “…Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor…” Con esto aquí vemos que el Apóstol deseaba partir de la tierra para encontrarse con Cristo en el paraíso, algo que él consideraba “muchísimo mejor”, pero que no podía hacer porque todavía estaba vivo.

Y deseo que noten que les dije que Pablo deseaba encontrarse con Cristo en el paraíso, y no el cielo. Hago esta aclaración porque el Señor mismo nos ha dicho que solo Él ha estado en el cielo (de la palabra griega “οὐρανός” [pronunciada: ü-rrá-nós]; definición: “la región sobre los cielos siderales (el cielo que podemos ver), la sede del orden de las cosas eterna y consumadamente perfecta, donde Dios habita y otros seres celestiales”) [14]. Así que al morir, el alma de todo cristiano fiel estará con Cristo en el paraíso, pero no ascenderemos al cielo hasta el día del juicio final.

¿Qué pasa cuando morimos?

Cuando morimos no pasamos a un estado de inconsciencia, o de un profundo sueño.  Esto es algo que se hace evidente en los versículos que estamos estudiando hoy, cuando leemos: “…Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama…” Como podemos apreciar, este hombre no estaba inconsciente de donde se encontraba, ni tampoco dormido sin sentir nada.

Este hombre estaba completamente consciente de donde se encontraba, y también sabía muy bien porque se encontraba ahí; esto es algo que se hace muy evidente cuando leemos esta enseñanza completa, y vemos que en los verss. 26-27 se nos dice: “…Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento…” Como podemos apreciar, este hombre reconoció sus pecados, pero lamentablemente todo fue muy tarde.  No permitas que esto te suceda a ti.

La palabra de Dios nos dice: “…Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; 14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan…” (Mateo 7:13-14).  Examina hoy tu vida, ¿en qué camino te encuentras? ¿Estás buscando agradar a Dios en todo lo que eres? Nadie te puede forzar a estar en los caminos de Dios, solo tú puedes decidir tu futuro eterno.

Dios ya hizo lo máximo por ti y por mi; “…Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna…” (Juan 3:16).  Pero la decisión final descansa sobre tus hombros.

Por último quiero abordar el elefante en la habitación, en otras palabras, la pregunta que todos nos hacemos, pero que en realidad nadie puede responder. ¿Qué sucede con aquellos que nunca han escuchado el evangelio? ¿Qué sucede con todos aquellos que han fallecido, pero que nunca escucharon acerca de Jesucristo? La realidad es que existen dos posibles respuestas a estas preguntas, ya que la biblia no enfoca este tema específicamente.

Existen todos aquellos que afirman que todos serán condenados al infierno, ya que la biblia específica que solo en Cristo podemos ser salvos [15]. Pero algo que la biblia también específica, es que Dios es misericordioso, y justo [16]. Esto significa que podemos especular, y decir, que aquellos que nunca han escuchado el evangelio serán juzgados de una manera diferente, ya que Dios es justo. En otras palabras, la justicia es parte del carácter de Dios. Y porque Dios es justo, Él nunca hará nada mal, de lo contrario, no sería justo.

Y el pensamiento y/o especulación acerca de que Dios juzgara de forma diferente a los que han muerto, y/o nunca han escuchado el evangelio queda bien reflejado en Salmo 7:9 que nos dice: “…Fenezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo; Porque el Dios justo prueba la mente y el corazón…”.

Y también en Romanos 2:11-16 que nos dice: “…porque no hay acepción de personas para con Dios. 12 Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; 13 porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. 14 Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, 15 mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, 16 en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio…”

¿Qué sucede con el alma de todos aquellos que nunca han escuchado acerca de Jesucristo? La realidad es que por mucho que el hombre trate, nosotros nunca tendremos un absoluto conocimiento de cómo Dios piensa [17]. Nosotros solo podemos especular, así que la respuesta correcta a esa pregunta, es algo que solo Dios puede contestar.

Para concluir.

¿Qué pasa cuando morimos? La palabra de Dios nos dice claramente: “…entonces volverá el polvo a la tierra como lo que era, y el espíritu volverá a Dios que lo dio…” (Eclesiastés 12:7).

Cuando morimos nuestro cuerpo duerme, pero nuestra alma regresa al Señor [18]. Es en ese momento que tendremos que dar cuenta al Señor [19], seremos juzgados y pasaremos al paraíso, o al lugar de tormento, hasta el día del juicio final.  El día cuando el Hades entregara sus muertos, y el Hades y la muerte serán lanzados en lago de fuego, esta es la muerte segunda.

No permitas ser engañado, el infierno es real y Jesucristo hizo trece referencias a ese lugar. Al final de la enseñanza del Juicio de la Naciones [20], Él dijo (vers. 45): “…E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna…”

Así que nunca nos olvidemos de lo que nos dice el Señor en Mateo 7:21 cuando leemos: “…No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos…”

Busquemos hacer la voluntad de Dios en todo momento, para que cuando llegue el día de nuestra partida, podamos: “…estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor…”

© José R. Hernández. Todos los derechos reservados.

[1] Lucas 23:43
[2] Enciclopedia Católica – Decreto de Unión, producto del Concilio de Florencia (Mansi, t. XXXI, col. 1031)
[3] Juan 3:16; 5:24; 1 Juan 1:7-9; 2:1-2; Romanos 8
[4] Eclesiastés 12:7; Lucas 23:43; 2 Corintios 5:1; 5:6-8; Filipenses 1:23
[5] Apocalipsis 6:8
[6] Mateo 11:23; 16:18; Lucas 10:15; 16:23; Hechos 2:27; 2:31; Apocalipsis 1:18; 6:8; 20:13-14
[7] 1 Corintios 15:55
[8] Mateo 5:22; 5:29-30; 10:28; 23:15; 23:33; Marcos 9:43-45; 9:47; Lucas 12:5
[9] Blue Letter Bible Lexicon: Strong’s G1067
[10] Blue Letter Bible Lexicon: Strong’s G5020
[11] Blue Letter Bible Lexicon: Strong’s G86; H7585
[12] Lucas 16:26-31
[13] Apocalipsis 20:11-15; Blue Letter Bible Lexicon: Strong’s G2919
[14] Juan 3:13; Blue Letter Bible Lexicon: Strong’s G3772
[15] Juan 14:6; Hechos 4:12
[16] Salmos 9:4; 9:8; 45:6-7; Job 8:3; Lucas 6:36; Efesios 2:4
[17] Isaías 55:8-9;
[18] Génesis 35:18
[19] Romanos 14:12
[20] Mateo 25:31-45