No te dejare, si no me bendices

Desde el punto de vista humano, a nadie le gustaría quedarse solo. La presente generación no soporta la soledad. ¿Sabía usted que la TV y la radio se han convertido en los compañeros más buscados por la gente que vive sola?

Sin embargo, en la vida es necesario que nos lleguen los momentos de soledad para pensar y reflexionar sobre nuestro andar. ¿Qué pensamientos vendrían a la mente de Jacob la noche que se quedó solo? Vea que después que hizo todos sus planes, se quedó en absoluta oscuridad. Y estando en esa condición apareció de repente un varón con quien comenzó a luchar.

b. La lucha con Dios es necesaria.

¿Se puede imaginar la escena? Mientras este hombre luchaba con sus pensamientos tuvo que librar otra lucha con alguien muy extraño para Jacob. Desconocemos los detalles de la lucha.

No sabemos quién se cayó primero. No sabemos qué sucedió en el forcejeo, pero ocurrió una lucha. Y, ¿quién era ese extraño con quien Jacob luchó? Era Cristo. Un hombre mortal en lucha con el Dios todo poderoso.

Pero mire lo que sucedió cuando ya iba a amanecer. Jacob descubrió que el varón con quien estaba luchando, aun siendo un mensajero celestial, se estaba dejando vencer y le gustó tanto la lucha que osadamente dijo: “No te dejaré si no me bendices” (Génesis 32:27).

Este es el propósito por medio del cual Dios permite que en algún momento nos quedemos solos. ¡Oh, si tuviéramos esta clase de resolución cuando entremos en esta relación íntima con Dios! Mi lucha con el Señor debiera ser hasta ser transformados.

Dios no quiere irse, aunque diga: “Déjame ir”. ¿No podía aquel varón haber vencido a Jacob en cualquier momento? Si esa lucha hubiera sido con cualquier otro ángel, Jacob no hubiese pasado del primer round. Era una lucha desigual. Así que el Señor tuvo que herirlo para que dejara de luchar. ¿Por qué las piernas?

El Señor pudo haberlo herido en otra parte del cuerpo pero fue justo allí. Recordemos que él había  estado huyendo. Sus piernas habían sido hasta ahora su fortaleza. Herirlo en el muslo era hacerlo en su mero orgullo.  Y, ¿por qué sería que el ángel le dice “déjame ir”?

Hay pasajes de las Escrituras que nos muestran a Dios como queriéndose ir, pero lo que está buscando es que tengamos la oportunidad de seguirlo.  En el caso de los discípulos que iban camino a Emaús, Jesús decidió seguir de largo pero ellos le convencieron a quedarse. Dios quiere que lo sigamos con todo el corazón.

La intención de Jacob era de seguir huyendo.  Pero ahora está cojo, no puede correr, apenas puede caminar. Y Jacob sabía que no tenía ninguna otra esperanza que no fuera el Señor. Dios le hirió pero no le perjudicó.  ¿Cree usted que Dios podrá herirlo?

Lo cierto es que él le ama tanto que no lo dejará tranquilo en su autosuficiencia. ¿Alguna vez su padre le castigó y le provocó dolor? Hace varios  años fui operado del corazón. Tengo una cicatriz en todo el pecho, pero aun cuando el cirujano me abrió para corregirme el problema del corazón, no me perjudicó (Hebreos 12:11).

II. ESTA PETICIÓN SIGNIFICA QUE DESEO UNA NUEVA VIDA

a. Lo que Dios usa primero tiene que quebrarlo.

El nombre “Jacob” significa: engañador, suplantador. Bien puede decirse que era un “maestro del engaño”. Ahora no se ponga usted mal si tiene un hijo que se llame Jacob porque ese nombre fue cambiado (Génesis 32:28). El nombre Israel significa “Príncipe”.  Y dice el texto que el ángel le bendijo allí.

Después de eso Jacob llamó el nombre del lugar “Peniel” porque vio a Dios “cara a cara” vers. 30. Déjeme decirle que este el único mortal que vio a Cristo antes de su encarnación. En esa lucha, donde Jacob vence, dijo: “Y fue librada mi alma”.

Jacob fue quebrantado porque Dios quería bendecirle. ¿Cree usted que Dios no sabía su nombre cuando le preguntó cómo te llamas? Pero  Dios le pidió que lo admitiera. ¿Cuál es tu nombre?

Me llamo suplantador, engañador. ¿Sabía que Dios nos va a preguntar lo mismo?  Y a lo mejor tendremos que responder: Mi nombre es ocioso, incrédulo, lujurioso, criticón, legalista, perfeccionista, prejuiciado, chismoso, mentiroso, egoísta… Y para que Jacob pudiera  ser bendecido, Dios tuvo lisiarlo. ¿No es esto algo extraordinario?

b. Un fracaso no tiene que ser lo último en mi vida.

Jacob, como dijo alguien: “Dejó de tener un nombre vergonzoso y entró al salón de la fama”. Es cierto que por resto de su vida tuvo que usar un bastón para apoyarse, pero en lugar de terminar sus años postrados y morir en esa condición, se nos dice que antes de morir: “adoró apoyado en un bordón”. La buena noticia para todos nosotros es que todavía Dios no ha terminado.

Jacob tuvo varios fracasos, y aunque fue quebrantado, al final Dios cumplió su propósito con un hombre cojo. Recordemos que él fue el padre de las doce tribus, y de Judá nos llegó el salvador. El salmista después de su fracaso dijo esto: “Al corazón contrito y humillado no despreciarás tu, oh Dios” (Salmo 51:17). El que  creyente que no  se quebranta, no puede ser usado por Dios para mejores fines.

CONCLUSIÓN:

Recordemos que un fracaso no  termina con el plan de Dios. Es una paradoja que de hombres fracasados  Dios saque lo mejor  para lograr sus fines. Así que si usted ha estado  huyendo, manipulando, engañando… es hora que se detenga pues todavía hay esperanza para usted.

Si usted es sabio y entendido, no entre en una lucha desigual donde las lleva todas de perder. No viva una vida de autosuficiencia. Aprenda con humildad a depender de Dios.

Deje que Dios lo lleve de Jacob a Israel. Recuerde que Dios le ama demasiado para dejarle en esa condición. Si Dios lo está quebrantando es porque lo está bendiciendo. Usted será mejor después de  ser quebrantado. Amén.

© Julio Ruiz. Todos los derechos reservados.
Iglesia Bautista Ambiente de Gracia, Fairfax, VA

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