Predicas Cristianas
Predicas Cristianas Predica de Hoy: Levántate.. Ve.. Pregona
Predicas Cristianas Lectura Bíblica de Hoy: Jonás 1:1-4
INTRODUCCIÓN
Lo primero que vamos a decir que la historia central del libro de Jonás no es el gran pez que aparece 4 veces, o la ciudad 9 veces, o Jonás 18 veces. El tema central es Dios y su maravillosa gracia salvadora que aparece 38 veces.
Lo otro que afirmamos es que este libro es parte de la Biblia. Algunos críticos de la ella creen que este libro es una alegoría. Lo del pez para muchos es un cuento de niños.
Sin embargo el que confirmó primero este libro fue Jesús que lo usó para hablar de su profecía tocante a su resurrección. El estudio de este libro singular en la Biblia nos revela que Dios está interesado en la humanidad perdida.
Que él no es un Dios nacionalista, único para los judíos. Nos revela cuán importante es para él las misiones mundiales. Nos habla de un Dios majestuoso, capaz de tener un domino total sobre su naturaleza, al punto que ella le obedece cuanto él la necesita.
En este inédito relato encontramos a un Dios que todo lo ha preparado. Así que de acuerdo a esto, en este libro todas las cosas obedecen, menos Jonás. Obedecen los mares, los vientos, un gran pez, una calabacera, un gusano, un viento solano e incluso hasta los paganos, pero el hombre a quien él escogió para su mensaje le desobedece. La actitud del profeta le ha merecido el título del “Embajador renuente”.
Desde el mismo momento de su llamado da origen a lo que bien pudiéramos llamar a “un hombre en fuga”. Los cuatro capítulos nos muestran esa verdad. Pero el mensaje de este libro no es para resaltar al profeta quejón y malcriado, ni tampoco para exaltar lo que Dios hizo para que entrara en razón.
El corazón de esta profecía tiene que ver con una ciudad que iba a ser destruida, pero que por la misericordia divina fue perdonada. Su tema es la salvación del impío, pero tiene que trabajar con el mensajero. Cuál es la importancia de esta orden “Levántate… ve…pregona”. Considerémosla.
I. HAY UNA PALABRA QUE VIENE DE DIOS PARA SER ANUNCIADA
a. Vino palabra de Jehová a Jonás… (vers. 1).
Si la gente va a apropiarse de la salvación, es indispensable que escuche el mensaje. La proclamación del mismo requiere de mensajeros y por eso el Dios que salva también comisiona a sus portavoces. En este caso el Señor seleccionó a Jonás para ser su instrumento. El texto dice que vino la palabra de Dios a Jonás para que fuera a Nínive.
¿Cuál es la importancia que la palabra venga de Dios a los hombres? Porque la palabra de Dios tiene el poder de crear y transformar todo. La palabra vino a un paralitico de 38 años y lo puso a caminar.
La palabra vino a Lázaro que estaba ya descomponiéndose, diciéndole: “Levántate” y al final todos lo vieron salir después de 4 días en la tumba. La palabra de Dios vino a un endemoniado gadareno y al final lo transformó quedando sentado, vestido y en su juicio cabal.
El poder de la palabra cambia las cosas. La razón por la que Dios nos llama a levantarnos, es porque tiene un plan maravilloso para nosotros, los que obedecemos y para los que nos oirán.
Observe que el texto dice que la palabra vino a Jonás. Eso es, vino y lo comisionó. Nosotros fuimos salvos por la obra del Espíritu Santo, por lo tanto tenemos la palabra de Dios ahora. No se trata de esperar que esa palabra venga. Ya está. Ya le tenemos. Hagamos el trabajo como mensajeros.
b. Hay una orden para pregonar (vers. 2b).
El evangelio que Jonás predicaría en Nínive tenía su fuente en Dios. No lo estaba enviando el gobernador de Israel. No lo estaba enviando los sacerdotes o alguna otra autoridad.
No lo estaba enviando una sinagoga o iglesia. Lo estaba enviando el Dios de los cielos. Es Dios que personalmente lo comisiona a través de su palabra. Esta palabra divina es una orden. No es un mensaje optativo. La ciudad se llama Nínive.
La orden es para pregonar en ella la palabra de Dios. Dios sabe que la única manera de salvar al hombres es pregonando su palabra. Esta palabra que a menudo era recibida por un hombre que se llamada profeta y era reconocida como fuego (Jeremías 5:14) o un martillo (Jeremías 23:29).
Y lo que hace única a esa palabra es que es eterna (Isaías 40:8) y no vuelve a Dios vacía, sino que hace lo que Dios quiere (Isaías 55:11). Esta la palabra ha sido dada a la iglesia (Mateo 28:19-20).
El énfasis de ella radica en el verbo “levántate”. Esta es la misma orden: “Por tanto id”. El asunto es que Dios no salvará a la humanidad sino a través de su palabra y esto requiere de alguien que esté dispuesto a ir.
II. LA CONDICIÓN PERDIDA DEL HOMBRE ES UNA RAZÓN PARA LEVANTARSE
a. Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad… (vers. 2).
He aquí la orden: “Levántate…”. Esta orden divina plantea una condición en el profeta de Dios. Por lo que vamos a ver en su historia, Jonás estaba en una condición de inercia, de pasividad, de tranquilidad y hasta de frialdad espiritual. Al ver los demás llamados, observamos que Dios no le dio a otro profeta la orden de levantarse.
Hay hombres y mujeres de Dios a quien Dios no le dice que se levanten porque hace rato se han levantado y están andando. Por ejemplo, cuando Pablo se convirtió el Señor le dijo que se levantara pero ya él estaba convencido de quien le había llamado, después de eso jamás se detuvo. Si hacemos la comparación entre Jonás y Pablo, viendo sus vidas en un barco, podemos llegar a esta conclusión.
El deseo final de Pablo era ir a Roma, otra gran ciudad, tan pervertida como Nínive. Estando en el barco fue usado para salvación. Jonás en el barco fue una vergüenza.
Observe la actitud de los marineros en el barco de Pablo (Hechos 20) y los marineros con Jonás (1:5). Hoy, así como ayer, somos llamados a levantarnos. ¿Cuál será nuestra actitud ante el llamado de la palabra de Dios?
b. La maldad de los hombres sube hasta Dios (vers. 2c).
Nínive era la capital del Imperio de Asiria, la nación que tanto mal hizo a los israelitas hasta destruir la capital del Reino del Norte, Samaria, en el 722 a. de J.C. y llevar diez tribus de israelitas a un cautiverio del cual nunca regresaron a su patria.
Era una ciudad muy grande como el libro dice (3:3). Se habla de “aquella gran ciudad” (1:2; 3:2); “ciudad grande en extremo” (3:3) y “ciudad de tres días de camino”. Una ciudad grande en pecado. Es curioso que los documentos asirios no mencionen el gran avivamiento.
Entristece pensar cuánto pecado se comete en las grandes ciudades. Su maldad, como la de Nínive, es afrenta franca y directa a Dios. Jonás debe irse de inmediato a Nínive, y ahí en terreno, clamar contra la maldad de ellos.
Que Dios los Bendiga por estos mensajes que nos ayudan a conocer mas de la palabra bendita de nuestro señor Jesucristo