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Viviendo con piedad

Texto: 1 de Timoteo 6: 3-16.

Introducción:

Todos de alguna manera sabemos que estamos viviendo en un mundo donde los valores ético, morales y sobretodos espirituales han perdido completamente su validez. La influencia del pos-modernismo, el secularismo y la falta de Dios en el hombre han traído como consecuencia la degeneración de estos valores importantes para la vida social y espiritual de los Seres Humanos. No podemos aludir en ningún momento que estas influencias negativas están siendo reflejadas en la iglesia cristiana de hoy rebajando el grado espiritual de ella.

Quiero reflexionar en esta mañana en unos de los valores espirituales mas importantes para la madures y el crecimiento espiritual del Cuerpo de Cristo y es sin duda viviendo conforme a la piedad. Su significado moderno la define como cariño filial, lastima, misericordia, compasión, religiosidad, compasión. Sin embargo su significado espiritual va mucho más allá de unos simples adjetivos.

Piedad también significa Amor por las cosas Santas de Dios. En la Biblia se usa exclusivamente en las Epístolas Pastorales y en Hebreos 3:12. Catorce veces es traducida por piedad y otra por santidad. De manera que piedad es amor por Dios y todo lo relacionado con El y esto incluye la calidad de vida que cada unos de nosotros podamos disfrutar cuando las cosas santas de Dios forman parte de nuestro estilo de vida. Es por eso que;

Proposición: Vivir conforme a la piedad es una principio importante para vivir un estilo de vida que agrade a Dios.

I. ¿Qué debemos tomar en cuenta para que esto sea una realidad en nuestras vidas?

OT. La Biblia nos muestra al respecto tres afirmaciones que debemos tener en cuenta:

I. Un hombre conforme a la Piedad se afirma a las Doctrinas y Palabras de Cristo. (vv. 3-5).

“Esto enseña y exhorta. Si alguno enseña otra cosa, y no se conforma a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo, y a la doctrina que es conforme a la piedad, está envanecido, nada sabe, y delira acerca de  cuestiones y contiendas de palabras, de las cuales nacen envidias, pleitos, blasfemias, malas sospechas, disputas necias de hombres corruptos de entendimiento y privados de la verdad, que toman la piedad como fuente de ganancia; apártate de los tales”.

La doctrina y la Palabra de Dios es el fundamento de nuestra fe y por lo tanto somos fortalecidos cuando ella forma parte de mis prioridades y  de mi estilo de vida.

No es adaptar el mensaje de Dios a mi vida es mas bien adaptar mi vida al mensaje de Dios.

Cuando soy capaz de adaptar el mensaje de Dios a mi vida es cuando empezamos a vivir un vacío espiritual incalculable y llegamos al envanecimiento. Sin embargo cuando vivo la Palabra de Dios y pongo mi vida en obediencia a Dios  es entonces cuando comienzo a amar aquella cosas santas de Dios que me hacen crecer y madurar espiritualmente.

Amar las cosas santas de Dios me hacer luchar por ellas hasta alcanzar borrar de mi vida aquellas cosas que me impedían obedecer a Dios, glorificar a Dios, servir a Dios, amar a mi amigo a mi hermano.

Ese es el punto de partida y lo que Dios quiere de nosotros. El punto de partida es Dios, lo demás viene gradualmente al caminar la vida que Dios quiere que caminemos hasta poder alcanzar la madurez espiritual necesaria.

Vivir conforme a la piedad es disfrutar la vida cristiana como una experiencia diaria con Dios, es también ser capaz de amar las mismas cosas que ama Dios, es vivir en sincronía con Dios, es ser el reflejo de Dios en mi diario andar.

II.  Un hombre Conforme a la Piedad se Contenta con lo que Posee. (vv. 6-10)

“Pero gran ganancia es la piedad acompañada de  contentamiento; porque nada hemos traído a este mundo, y sin duda nada podremos sacar. Así que, teniendo sustento   abrigo, estemos contentos con esto. Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y  perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron  traspasados de muchos dolores”.

Unos de los principios básicos que nos enseña la Palabra de Dios es que “donde este tus tesoros ahí estará tu corazón”. Cuando hablamos de tesoros no solamente hablamos de dinero sino de todo aquellos que amamos grandemente y tiene prioridad en mi vida.

El amor al dinero y a los bienes materiales nos impide priorizar aquellas cosas y valores que permanecen.

Cuando amamos a tales cosas nos estamos extraviando de la fe y desvalorizamos lo que verdaderamente necesitamos amar y conservar.

Amar y luchar por lo que verdaderamente vale la pena es una cualidad necesaria para todo aquel que quiera vivir en santidad.

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